20 años no es nada, cantaba Gardel en un tango muy recurrente cada vez que hablamos del tiempo que transcurre. Pero para un espacio natural, 20 años puede ser toda una vida y un ejemplo de supervivencia, teniendo en cuenta las amenazas que lo acechan, desde el ladrillo hasta el cambio climático.

En todo caso, hay una gran distancia entre Sierra María Los Vélez y Cabo de Gata Níjar y no sólo es una separación geográfica. Quizá lo único que los une es este cumpleaños conjunto para celebrar el vigésimo aniversario de ambos como Parques Naturales.

Uno, al norte de la provincia, otro en el sureste; uno frondoso y de interior, otro desértico y bañado por el mar. Uno querido y cuidado, el otro, objeto de polémica, visto por algunos ciudadanos y políticos como un límite al desarrollo urbanístico y a pesar de todo con el orgullo de ser la zona litoral mejor conservada del Mediterráneo occidental, por méritos propios pero también, por desgracia, por la falta de rigor proteccionista sobre sus principales competidores.

El Parque Natural Sierra María Los Vélez se extiende sobre 22.500 hectáreas entre los términos municipales de María, Chirivel y Vélez Blanco, en el extremo norte de la provincia de Almería. Es el contraste en verde dentro de una tierra semidesértica. Su flora y fauna es muy rica; destacan los bosques de pino carrasco, y un ejemplar de sabina albar declarado Monumento Natural por la Junta de Andalucía, ya que su antigüedad es superior a los 600 años.

Su fauna es muy variada, y destacan las aves: el azor, el gavilán, y el águila calzada; en los cortados nidifican el águila real, el halcón peregrino y el búho real.

Desde hace 18.000 años hasta hoy, todos los pueblos y culturas han dejado su rastro en los parajes de Sierra María-Los Vélez, y lo podemos comprobar en la Cueva de los Letreros, donde aparece pintado el Indalo, símbolo de la provincia de Almería, o el Castillo de Vélez Blanco, uno de los más representativos del Renacimiento español del siglo XVI y cuyo patio interior, si queremos verlo, tenemos que viajar hasta Nueva York donde se expone en el Museo Metropolitano como una auténtica obra de arte.

El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se extiende a lo largo de 38.000 hectáreas, 63 kilómetros de litoral de playas y 12.000 millas marinas. Los tres municipios afectados, tanto beneficiados como limitados por este espacio son Níjar, en un 70%, Carboneras (21%) y Almería capital (9%). Su paisaje es singular, tanto que hace varias décadas no encajaba con los valores ni la estética naturales, hasta que en 1987 se reconoció sus peculiaridades y consiguió el título de primer parque marítimo-terrestre protegido de la Península.

Casi el 95% de las plantas que habitan en este Parque son autóctonas; su ecosistema se caracteriza por una gran variedad de fauna y especialmente avifauna acuática: durante las distintas épocas del año pueden observarse hasta 80 especies de aves. Pero sin duda es bajo el mar donde se encuentran las principales riquezas de este espacio natural, ya que en sus fondos marinos que se extienden hasta una milla desde la costa, formados por praderas de Posidonia oceanica, se han catalogado más de 1.400 especies.

Sus calas son imagen de película, video-clips y anuncios. Entre los piropos que este Parque ha recibido está su definición como museo geológico a cielo abierto y acuario marino intacto o las palabras del poeta José Ángel Valente, poco antes de morir: “Cabo de Gata-Níjar es un espacio donde la naturaleza parece todavía reconocerse a sí misma…”.

Tiene este espacio todos los reconocimientos posibles, entre ellos, Reserva de la Biosfera, por la UNESCO, Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000 y fue el primer territorio andaluz distinguido con la catalogación de Geoparque. 

Pero quizá le falta la distinción más importante: el respeto humano. Porque mientras Sierra María Los Vélez ha vivido en armonía con su entorno y sus vecinos, nunca ha sido objeto de polémica y nunca se ha planteado que podría suponer una limitación al desarrollo, es más, ha contribuido a la proyección turística de la comarca, Cabo de Gata Níjar, por el contrario, sigue siendo hoy por hoy parque natural a debate, amado y criticado por igual, y aunque se promociona como ejemplo de turismo sostenible, lo cierto es que ha tenido y tiene que enfrentarse constantemente a las amenazas constructoras, los invernaderos, los macroproyectos políticos que venden apartamentos y naturaleza a altos precios, y las quejas de algunos habitantes que ven cómo no pueden hacerse de oro en el Parque Natural.

Bien es cierto que es muy fácil ondear la bandera del ecologismo y del salvemos el Parque cuando no se vive allí, no se come de él, y sólo vamos de visita, eso sí en coche, no andando, porque todos queremos volver a la naturaleza pero no a pie.

Dice un proverbio ruso que hay quienes pasean por el bosque y sólo ven leña para el fuego. Si seguimos así, quizá no dentro de 20 años pero sí de 200 sólo podremos disfrutar de nuestros Parques Naturales en exposiciones y actividades como las que ha organizado la Junta de Andalucía a lo largo de 2007 con motivo del vigésimo aniversario de Sierra María Los Vélez y Cabo de Gata Níjar. Dos joyas de la Naturaleza almeriense que viven al límite.