Comenzar este artículo afirmando que Almería con los nuevos accesos que se proyectan está a un paso de ser una ciudad del siglo XXI sería una falacia. Aunque el futuro es esperanzador y en los últimos dos años se han producido avances importantes como desdoblar y dignificar la antigua entrada a la capital, aprobar el proyecto del primer tramo del nuevo acceso al puerto o dar a conocer la alternativa elegida para que la A-92 por fin llegue a la ciudad, aún queda un largo camino por recorrer. Sobre todo si se tiene en cuenta que en Almería la media para que los grandes proyectos se materialicen se aproxima a las dos décadas. Tristemente este último dato no es una exageración, para corroborarlo no hay más que echar un vistazo a las hemerotecas.

Durante este año el cambio más transformador y palpable que ha costado cuatro corporaciones municipales para comenzar a ser realidad es el desdoblamiento de la N-340 a su paso por la ciudad. El pasado 17 de febrero el Ayuntamiento de Almería recepcionó las obras de los nuevos viales. La canalización y soterramiento de la Rambla Iniesta y la duplicación de carriles desde el cementerio hasta la intersección con las Carreteras de Ronda y de Granada no sólo ha supuesto solucionar un problema histórico de tráfico si no que es el primer paso para dejar atrás la imagen ominosa de esta entrada a la ciudad. Ahora quedan pendientes dos fases que transformarán este espacio en un bulevar de 1.800 metros de extensión con todo tipo de prestaciones, dando lugar a una gran avenida que para muchos es ya considerada la “tercera Rambla” de la ciudad.

A pesar del gran avance que supone esta actuación, desde el principio ha sido un proyecto polémico sobre el que han corrido ríos de tinta. Aunque la ejecución de la obra ha sido ejemplar al cumplir los plazos a rajatabla (incluso ha acabado cuatro días antes de lo previsto) el resto del proceso se ha dilatado en el tiempo, ya que para ponerla en marcha ha sido necesaria antes la firma de un convenio con el Ministerio de Fomento para la cesión al Consistorio de este tramo de carretera nacional, junto a otros de la ciudad, además de un montante económico que supera los 22 millones de euros. A los problemas iniciales del convenio, se suma la negociación con los propietarios de los terrenos necesarios para la obra, la llegada de los informes técnicos y la firma con Fomento, que tampoco estuvo exenta de polémica.

El caso más sangrante y que más quebraderos de cabeza ha causado al Ayuntamiento es la lucha que ha emprendido el propietario de uno de los clásicos bares de tapas de Almería, El Andaluz. Ubicado hasta hace unos meses en el corazón del trazado del desdoblamiento, el dueño ha presentado varias demandas ante los tribunales. Aunque en un principio llegó a un acuerdo con el Consistorio, a través de la Gerencia de Urbanismo que es desde la que se dirige el proyecto, para permutar sus terrenos, una larga cadena de desencuentros hizo que la negociación culminase en una expropiación que también está en los juzgados. Su desalojo del local fue el más mediático que se recuerda, ya que por una serie de errores de forma municipales, el propietario estuvo legitimado para permanecer en la finca hasta el último día que permite la normativa, atrincherado en la antigua fonda del local, cuando la otra mitad ya había sido derribada.

Al margen de este caso, el desdoblamiento ya es una realidad. Ahora queda pendiente la parte estética que transformará este espacio en un lugar de tránsito para los vecinos, con un bulevar que supera los siete millones de euros de inversión y que será diseñado por el arquitecto Ignacio Mendaro Corsini, elegido mediante un concurso de ideas. El Ayuntamiento tiene previsto culminar esta obra para otoño de 2010, cuando habrá alcanzado un coste total cercano a los 25 millones de euros, entre la obtención de los terrenos, la construcción de los carriles y la urbanización del bulevar.

Asimismo se han dado pasos importantes en los últimos meses para dar otra dimensión a los accesos al puerto, a la entrada a la ciudad por el barrio de Pescadería donde los atascos abundan en las horas puntas, aunque aún queda un largo recorrido burocrático para que arranquen las obras. El Ministerio de Fomento, a través de la Secretaría de Estado de Infraestructuras,  aprobó el pasado 29 de enero el proyecto de trazado del primer tramo de la duplicación del acceso al Puerto de Almería. Esta primera fase abarca el tramo que discurre entre la autovía y los túneles de Bayyana, y entre otras mejoras, plantea duplicar los carriles además de transformar la intersección actual en una gran glorieta e incluso crear otro túnel. Para esta primera parte, el presupuesto alcanza los 13,7 millones de euros. Sin embargo, la transformación más sobresaliente llegará con el segundo tramo. Desde Bayyana y hasta la glorieta de Pescadería cuyo coste rondará los 36 millones de euros. En este parte casi todo el trazado irá soterrado, por lo que la actual travesía de la N-340 a su paso por el barrio se podrá convertir en un bulevar.

La conexión de la A-92 con Almería, ya que la autovía fue inaugurada en 2002 por el Ministerio de Fomento, dejando este enlace sin concluir, ha generado este año un enfrentamiento entre la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Huércal de Almería y la capital, además de varias asociaciones vecinales. De las cuatro alternativas barajadas por la Junta, ha optado por la primera opción que planea realizar la conexión en paralelo a la línea de ferrocarril atravesando varios residenciales, entre otros, uno de los más poblados como es el de Villa Inés, mediante un bulevar y conectar con la ciudad por el norte. Las otras tres alternativas que lo harían en paralelo al cauce del río Andarax (segunda) o atravesando en mayor o menor grado el polígono de La Juaida en Viator (tercera y cuarta), están por el momento descartadas.

Mientras se dirime si finalmente esta será la opción elegida, el Ayuntamiento de la capital tiene abiertas otras negociaciones con el Estado, como es conseguir que le ceda los suelos que necesita para desdoblar la carretera que lleva hasta El Toyo, para que el tráfico sea fluido entre este residencial turístico y el resto de la ciudad. Además de este proyecto, en otros barrios la transformación de carreteras nacionales en bulevares como El Alquián y La Cañada ha supuesto un gran revulsivo para los vecinos.

Sin embargo, la obra que sin duda transformará la ciudad, el archimencionado soterramiento sigue al cierre de este anuario en el cajón del olvido, ya que nada se ha sabido tras la firma del convenio.