La portada es una reproducción de la imagen plasmada en una chapa que editó la Asociación de Periodistas de Almería y en la que se podían leer los hastags utilizados a través de Twitter por los periodistas para reivindicar la profesión y denunciar algunas de las situaciones que se estaban produciendo durante el año. Dicha chapa la vestimos muchos periodistas en todas las manifestaciones, que fueron muchas, y que tuvieron lugar durante los dos años de los que trata el Anuario de 2013.


La reforma de los cinco o seis millones

Ana Galera
Periodista

Ahora a ser autónomo se le llama emprender. A los despidos masivos, expedientes de regulación de empleo, ERE. El paro juvenil, con cifras superiores al 50%, coyuntura económica. A la pérdida de derechos sociales, bajada de las pensiones, recortes en las ayudas a la dependencia o eliminación de la paga extra de los funcionarios, austeridad. La reforma laboral, durante su primer año de vigencia, ha alcanzado cotas históricas. En el primer trimestre de 2013 rebasó la cifra de 6,2 millones de parados, según la EPA. Bruselas pide explicaciones y propone cambios. ¿Buenos?
Llevamos muchos años acostumbrados a escuchar eufemismos para definir la realidad, gobierne el signo político que gobierne. Pero lo cierto es que la reforma laboral en su primer año, tristemente, ha dado la razón a los más pesimistas. La patronal ganó la enésima batalla con el firme argumento de que abaratar el despido era la única solución para que muchas empresas no tuviesen que echar el cerrojo. Insistiendo hasta la saciedad en que así la sangría sería menos sangrante. Presentada como la panacea para el mercado laboral y la propuesta ideal para satisfacer a Bruselas, dícese Alemania, entonces se vaticinó que a finales de 2013 ya se hablaría de tendencia en la creación de empleo. Ojalá. Pero hasta el momento, los despidos, más baratos que nunca, siguen aumentando y el paro supera los seis millones de parados, según la EPA, Encuesta de Población Activa. Según el paro registrado, personas inscritas en el INEM, la cifra se sitúa en poco más de cinco millones. Con un paro juvenil que sobrepasa el 50%.
Con la nueva normativa el despido generalizado está siendo en la modalidad de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades, para las empresas que presentan EREs. Para los despidos que se consideren improcedentes, antes la indemnización era de 45 por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades, ahora se rebaja a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Tras la reforma, además de más barato, para las empresas es mucho más fácil despedir a sus trabajadores porque se han ampliado las causas para justificar un ERE. Entre otros, que se prevean pérdidas.
La Autoridad Laboral ya no interviene en estos procesos, y si hay conflictos con el comité de empresa porque considera bajas las indemnizaciones o elevado el número de despidos, solamente un juez podrá parar el ERE. Por tanto, no es de extrañar que haya incrementado enormemente el número de empresas que presentan esta fórmula para despedir a sus trabajadores y que muchos hablen ya de despido libre. Solo en Almería, desde que la reforma entró en vigor, el número de despidos masivos vía ERE se han incrementado en un 700%, según los datos aportados por la Junta de Andalucía. Durante este periodo, en la provincia el número de desempleados se ha elevado en 15.000 personas.
Las cifras globales también abruman. La reforma laboral en su primer año de andadura arroja un balance de casi 700.000 parados más. Y detrás de cada número, un drama personal. Mientras millones de familias que antes vivían bien, y que ahora no tienen para vivir, ven como la desidia del desempleo les hace perder todo por lo que habían luchado, gobierno y oposición siguen enzarzados, en la denostada estrategia del ‘y tu más…’ Sin percatarse, o sin querer
hacerlo, de que a la mayoría de los ciudadanos ya no les preocupa quien lo hizo mejor o peor, si los que estaban antes o los que están ahora.
Si, se habla y se repite hasta la saciedad la “terrible situación que atraviesan miles de familias”, pero se echa en falta una tregua efectiva, con propuestas reales, por parte de la oposición, del partido del gobierno, sindicatos y empresarios, más de puertas para adentro y menos hacia la galería, para poner freno a esta crisis devastadora.
El debate político se pierde en hacer política de guerrilla para desgastar al adversario, mientras el país sufre como hace mucho no lo hacía. Cada vez son más las familias que no tienen para hacer la compra, pagar la factura de la luz y en muchos casos pierden hasta la casa. Pero siguen pagando la hipoteca porque la entidad bancaria, que les tasó la casa por encima de su valor, ahora estima que la deuda no queda satisfecha con el inmueble. Injusticia social a la que ha hecho frente la ciudadanía, consiguiendo con sus movilizaciones y el enorme poder de difusión que tienen las redes sociales, llevar el debate hasta el Congreso e impulsando una modificación en la normativa de desahucios.
El paro alcanza cotas históricas, dejando a millones de familias en el umbral de la pobreza. Solo en Almería más de 50.000 personas comen cada día gracias a las organizaciones sociales como Cruz Roja, Cáritas y el Banco de Alimentos.
Los jóvenes son uno de los sectores de población más perjudicados. Más de la mitad están parados. España lidera el paro juvenil europeo. En muchos casos, no solo no tienen trabajo, sino que nunca lo han tenido. Siguen a la espera de la primera oportunidad laboral. Fomentar el empleo juvenil fue uno de los objetivos de la Reforma Laboral, y de hecho, incluye bonificaciones fiscales para las empresas que contraten a jóvenes menores de 30 años. También se limita a 24 meses la consecución de contratos temporales. Pero, al menos de momento, estas medidas no han tenido el efecto deseado.
La primera consecuencia es la fuga de cerebros que se produce hacia otros países de la Unión Europea, sobre todo, y también a Latino América. El fenómeno de la emigración se ha transformado por completo, y ahora, como pasara en los años 70, los jóvenes españoles vuelven a buscar en países como Alemania una oportunidad, alcanzando cotas de emigración semejantes a las de hace 40 años.
La guinda al pastel de la situación laboral en España, la pone Bruselas, o la troika, lanzando propuestas tras sus exámenes constantes, e invitado al Gobierno Central a modificar la Reforma Laboral, en vista de los resultados cosechados durante el primer año. El comisario europeo de Empleo, el húngaro László Andor, incluso ha invitado a implantar el contrato único. Medida que supondría perpetuar aún más la precariedad laboral en nuestro país, y que ha sido descartada tanto por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como por el ministro de Economía, Luis de Guindos. El Ejecutivo, presionado por empresarios y sindicatos, para ‘reformar la Reforma’ asegura que, por el momento, “no habrá modificaciones ni un sentido, ni en el otro”.
Y mientras Bruselas sigue apretando las tuercas hasta la extenuación, y ya en cualquier conversación de la calle se habla de la prima de riesgo, del rescate, o de las presiones de ‘la
Merkel’. La precariedad laboral, en un segundo plano por el paro, se instaura como algo cotidiano. El número de contratos temporales alcanza el 92% y el de fijos, indefinidos un 8%. Se busca trabajo a cualquier precio y ahora se aceptan condiciones laborales que no hace tanto hubieran rozado la explotación. Lo que importa es trabajar y llevar un sueldo a casa, casi, como sea.
Pero no todo es negativo. En una de las escasas medidas que si están de acuerdo las administraciones, como el Ejecutivo central y la Junta de Andalucía, es en fomentar la cultura emprendedora. El autoempleo. En lo que va de año se han presentado numerosas medidas como la Ley de Apoyo al Emprendedor. El autoempleo se ha convertido en un yacimiento de trabajo. Se siguen dando de baja autónomos asfixiados por la situación, al mismo tiempo que otros muchos se lanzan a la aventura. La cultura emprendedora parece contagiosa y se aprecian datos positivos que apuntan a consolidarse en tendencia.
La crisis agudiza el ingenio y hace que cada vez más desempleados dejen de trabajar en buscar trabajo, esperando una poco probable llamada de teléfono con una oferta de empleo. Me quedo con historias como la de Susana, dueña de una repostería de diseño, que tras 14 años en la misma empresa, se vio en la calle, con 40 años, su marido ya parado de larga duración y una hija de cuatro años. Tras estudiar bien su proyecto y asesorarse, se lanzó a la aventura de emprender y ya lleva casi un año viviendo de lo que hasta entonces solo había sido un hobbie.
Ojalá en la próxima edición de este anuario, cuando haya que escribir otro artículo sobre la Reforma Laboral y sus consecuencias, ya con más tiempo vigente, sea analizando los buenos resultados y la tendencia real a generar empleo de forma sostenida en el tiempo. Esa es la noticia que tod@s queremos contar.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2013, en la sección Economía


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