La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.


El Toyo: presente continuo, futuro imperfecto


¿Se puede comprar una galleta en El Toyo? Una pregunta absurda a priori, pero que levantó demasiadas ampollas entre el Ayuntamiento de Almería y los empresarios de El Toyo, aquella zona que debía ser la joya de la corona de la capital, la que ha aportado al Consistorio 300 millones de euros en plusvalías, y otros tantos quebraderos de cabeza. Aunque en 2005 se preveía un crecimiento sin igual, lo cierto es que año tras año El Toyo sigue ahí, esperando al revulsivo que lo haga despertar, olvidar los conflictos que parecen querer hacer presa de él, aunque no se lo han puesto fácil.

Con el comienzo del año empresarios, sindicatos, equipo de Gobierno y oposición iniciaron un pulso cuyo trofeo era el Edificio Polivalente de El Toyo. El Ayuntamiento daba por buena la propuesta de Asempal para crear centro de negocios en el que estén representados todos los sectores económicos de la provincia, quedando atrás las pretensiones del PITA, que optó por renunciar a la petición de cesión del inmueble, a favor de la Universidad de Almería. Sin embargo, PSOE e IU, especialmente este último partido, no vieron con buenos ojos este “regalo” a los empresarios del que se erigía como alternativa al ya manido Palacio de Congresos de Norman Foster. Meses más tarde, en octubre, se aprobó el proyecto de adecuación que permite a todos los interesados participar en la pertinente licitación, aunque el propio concejal de Urbanismo, Juan Megino, reconoció que "no se va a modificar ni una coma" de la propuesta de Asempal.

Los sindicatos, en el caso de CC.OO. y UGT mostraron su malestar por una cesión “directa y sin canon” del edificio, algo que ya denunció Diego Cervantes (IU) al afirmar que se “regala y subvenciona” el Polivalente, tras tres años, ahora cuatro, de cierre ininterrumpido, después de haber gastado en él cerca de 12 millones de euros. Los agentes sociales no consideraron justo entonces que Asempal, con sede propia y uso de parte del edificio sindical, obtuviese además estas instalaciones, cuando ellos reclaman desde hace años salir de las decadentes dependencias que ocupan en la actualidad. El presidente de Asempal, Miguel Uribe mantuvo que los sindicatos habían estado al corriente y de acuerdo con la idea empresarial, “dicen que es una cesión gratuita pero el proyecto empresarial tiene un presupuesto de 3,6 millones de euros, que después puede subir un 40 o 50% más, no percibimos ingresos directos, se trata de vender los sectores de la economía almeriense, para engrandecer al conjunto de la provincia”.

Sin embargo, casi a la vez, viejos fantasmas del pasado se resistían a morir, como es el caso de la concesión a Telvent de la Ciudad Digital de Almería, que se ubica, precisamente en El Toyo. Fue el mismo Luis Rogelio Rodríguez Comendador, alcalde de Almería, con el concejal de Urbanismo, Juan Megino, el que hizo pública una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que daba la razón al Ayuntamiento de Almería y revocando el fallo del Juzgado de lo Contencioso-administrativo número dos de Almería que, en junio de 2006, anuló la concesión a la empresa Telvent para la explotación del Centro de Servicios Digitales Avanzados en El Toyo, la Ciudad Digital. El primer edil pidió entonces la dimisión de numerosos cargos del Partido Socialista. No sabía lo que estaba por llegar. 

Un mes más tarde, en julio de 2008, Diego Cervantes retomó el tema, gracias al eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer que registró ante la Comisión Europea una pregunta sobre el incumplimiento por parte del Ayuntamiento de Almería de la normativa comunitaria en materia de contratos públicos, por el contrato de concesión administrativa para el diseño, construcción, explotación y mantenimiento de un centro de servicios de El Toyo. En diciembre, la Comisión Europea aceptó a trámite la queja de IU y decidió comenzar a investigar esta concesión, de la que todavía no se conocen los resultados. 

No obstante, pese a que “el primer pago de la Ciudad Digital no se ha realizado por causas meramente administrativas, y relacionadas con el crédito necesario”, y a estar en activo sólo parte de los servicios, la red semafórica, la de la Policía Local, la intranet municipal, comunicaciones on-line, por ejemplo, el Consistorio autorizó el pago de 2,7 millones de euros del edificio de usos múltiples de la Ciudad Digital.  

Pero, sin duda, una de las mayores polémicas ha sido la de la VPO en El Toyo II. Mientras que Vivienda y Obras Públicas se ha mostrado proclive a ubicar buena parte de las 9.000 viviendas protegidas, de las que adolece la capital, en El Toyo II, el Ayuntamiento ha apostado por un uso de corte terciario. Finalmente, después de la última reunión celebrada entre el consejero Juan Espadas y Juan Megino, parece que la decisión queda en manos del Consistorio, que pretende cubrir la demanda gracias a los suelos de la Corona Norte y La Juaida. Quedaba así zanjado, aparentemente, un enfrentamiento dialéctico en el que se tachó de “clasista” a los representantes municipales desde diferentes administraciones, al entender que se quería separar a los ciudadanos, según sus posibilidades económicas. En aquellos entonces parecía incuestionable que El Toyo II sería el área de reserva para VPO por excelencia, sin perjuicio de la vivienda libre u otros usos. 

El Ayuntamiento defendía, por su parte, que la Junta optaba por el camino fácil, el que evitaba los problemas de ordenación de unos terrenos que no eran “vírgenes” en cuanto a viviendas, ni de propiedad estatal, como el caso de El Toyo II. Megino, además, entendía que un segundo argumento, su cercanía con el PITA, no era razón suficiente ni definitiva para emplazar en este punto del mapa el grueso de VPO que precisa la ciudad. Eso sí, como el resto de promociones, el 30% de las viviendas serán protegidas, por lo que se cumplirá en parte los deseos del delegado de Vivienda, Luis Caparrós, que siempre ha defendido, "la mezcla de clases sociales, para crear una ciudad social, integrada que no pregunte quién vive y cuánto cobra". 

Claro que para poder vivir en un lugar, es preciso poder acceder al mismo. Para ello es preciso que las vías de comunicación sean funcionales, y ofrezcan la fluidez suficiente. Cuando el equipo de Gobierno anunció el desdoblamiento de la N-344, previsto desde La Cañada hasta El Toyo, era de esperar que antes o después surgiesen los problemas. En octubre, el alcalde firmó, con la UTE RB-Ides-Ineco, el contrato para la redacción del proyecto, que deberá estar listo en seis meses, desde el momento de la firma. Habría que ser adivino, para saber si el Consistorio llegó a imaginarse que Patrimonio del Estado no cedería los 1.800 metros cuadrados de suelo necesarios para la actuación, sino que iba a instar a la expropiación de estos.

Finalmente, después de varias reuniones con el subdelegado del Gobierno, Miguel Corpas, en febrero de 2009 se supo que se establecerá un convenio por el que se hará una permuta de suelos con el Ayuntamiento, suelos "que son de interés para el Gobierno y los almerienses", en los que se situará un centro de "gran calado" del que se desconoce su naturaleza, aunque sí se sabe que "necesita bastante suelo", en concreto entre 4 y 6.000 metros cuadrados.

Desafortunadamente, algunos problemas se siguen arrastrando de 2008 a 2009, sin que hayan visto una solución satisfactoria. Es el caso de los trabajadores de Cespa concesionaria del servicio de mantenimiento de El Toyo, que se manifestaron “ante la actitud de no hacer nada de la Entidad de Conservación de El Toyo, cuyo presidente es Juan Megino, ante la gran sobrecarga de trabajo y la falta de plantilla”, 614.800 metros cuadrados de espacios libres para sólo 18 jardineros y 3 responsables de limpieza. Comisiones Obreras solicitó en todo momento la implicación del Consistorio, insistiendo en que éste se “había cerrado en banda”. Pese al compromiso posterior del Ayuntamiento, poco pudo hacer éste cuando comenzaron los despidos en Cespa, a los que CC.OO. llamó "terrorismo empresarial" y “ERE’s encubiertos”. Aunque no es algo que sea exclusivo de El Toyo, en la Entidad de Conservación, iniciado ya 2009, se había producido tres despidos.

Cespa, decía CC.OO. no debería poder ampararse en la crisis, al ser una concesión administrativa. Otros, sí que lo han hecho, al no poder hacer frente a las obligaciones que contrajeron en su momento. Es curioso que el Consistorio prevea ingresar hasta 13 millones de euros por la enajenación de las últimas 47 parcelas que quedan en El Toyo, mientras que diversas empresas, como Vallehermoso, Montisa, Desarrollos Activos Inmobiliarios y Gesmar Proicasa, que en junio pidieron el aplazamiento en las obligaciones contractuales, prórroga que fue concedida por dos años, al entender que entonces podrían darse mejores condiciones, y ante lo negativo económicamente que sería para el Ayuntamiento rescatar las parcelas.

No son los únicos que van con retraso, ya que la oposición ha entendido que, por citar uno, el comercial en El Toyo ha agotado los plazos sobradamente, como sucede con los locales de la Plaza del Mar, para los que sólo se han solicitado dos licencias de apertura, de 22 posibles. En su momento el concurso quedó desierto y se acudió a un procedimiento negociado; el Ayuntamiento podría rescatar por incumplimiento, pero hay que recordar que está ligada a la construcción del Cuartel de la Policía Local por parte de Predios del Sureste, que está ejecutado en un 70%; por lo que habría que pagar al menos 7 millones de los 10 en los que está valorado, aunque éste parece ser el camino más realista en los últimos meses.

Y así, al final, llegamos a la pregunta que habría este texto ¿es posible comprar una galleta en El Toyo? Según la Asociación de Hoteleros de El Toyo, no. Los empresarios denunciaban “la pasividad y falta de gestión municipal”; solicitando un plan de actividades; ventajas en el canon que deben pagar a la Entidad de Conservación  y el IBI; así como la puesta en valor del palacio de convenciones, la apertura de los locales de la Plaza del Mar, y dar uso a la parcela comercial donde está previsto que vaya una gran superficie.

Megino, por su parte, incidió en “continuados incumplimientos en las obligaciones contractuales en la Plaza del Mar, la Parcela Comercial, el campo de golf”, manteniendo que "a lo mejor es que esos hoteles en concreto no son todo lo competitivos que podían ser". El alcalde, poco después se comprometía a realizar una serie de acciones para promover los puntos que fallan en El Toyo, como hablar con la Dirección General de Costas para mejorar la playa, agilizar los trámites para llevar actividad al Centro Polivalente, y dinamizar la Plaza del Mar, además de que desde la Concejalía de Turismo se promocione El Toyo en ferias como FITUR.

Recientemente, la directora de Promoción y Comercialización Turística de la Junta de Andalucía, Monserrat Reyes, acordó una adenda que permitirá, gracias a 60.000 euros para 2009, promocionar El Toyo entre distintos países de Europa.

En todos los segundos, minutos, horas, días, meses y años en los que El Toyo dejó de ser una fantasía para ser una realidad, el desarrollo ha sido menor, o más lento al esperado. Si estas buenas intenciones y compromisos servirán para que de verdad sea la “joya de la corona” o no, sólo el tiempo lo dirá. Hoy, es un ejemplo de lo que pudo ser y no fue, aunque tal vez no sea aún demasiado tarde para cambiarlo.

 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2009, en la sección Ciudad


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