Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa". 

La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.



Índice de esta sección

Hortyfruta, un antes y un después


  

Mabel Angulo


La nueva etapa del CAF


  

Javier Blanco


Jaque a la extinción


  

Mónica Sánchez


Ginés Morata, el científico tranquilo


  

Antonia Sánchez Villanueva


Aquel paseo de Goytisolo


  

Juan José Ceba


Gunter Kunkel, hasta el final


  

Miguel Ángel Blanco Martín


El resurgir de la uva


  

Sergio Bueno


Un sueño hecho realidad. Perfil de Rosa María García-Malea


  

Joaquín Tapia


El saber está... en los periódicos


  

Victor J. Hernández Bru




Artículos de este autor

Jaque a la extinción


2008 | Almería en Positivo



Jaque a la extinción


 

Evitar la extinción de algunas especies animales del norte de África constituye el principal objetivo del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana (PRFS), un espacio ubicado a espaldas de la Alcazaba almeriense, en la finca conocida como La Hoya, tan singular desde el punto de vista estético y paisajístico como por su alcance científico.

El recinto y la actividad que en él se desarrolla son dos grandes desconocidos para la población almeriense en general. Pero a pesar de que el gran público puede no estar al tanto de lo que allí se “cuece”, los avances logrados por el equipo de investigadores que trabaja en el parque gozan del reconocimiento nacional e internacional de la clase científica.

En el PRFS se desarrolla, desde 1971, un programa de cría en cautividad de tres especies de gacelas norteafricanas, la dama, la dorcas y la de Cuvier, y una cabra de origen sahariano, el arrui, extintos en estado salvaje o en peligro de extinción. Esta iniciativa tiene como objetivo fundamental alcanzar un tamaño de población y una variedad genética que asegure su viabilidad futura y permita realizar programas de reintroducción de ejemplares de estos animales en su hábitat natural.

Toda esta labor implica un meticuloso control en el cruzamiento de los animales, el mantenimiento de ‘studbooks’, o libros de registro del pedigrí, de cada una de las especies, y un plan de dispersión de individuos en diferentes zoológicos de Europa y América, con el fin de evitar riesgos debidos a enfermedades y epidemias que pudieran afectar al conjunto de la población cautiva. El programa de cría en cautividad se apoya, asimismo, en diferentes proyectos de investigación relacionados con la ecología, el comportamiento animal, la fisiología de la reproducción, las enfermedades infecciosas o la genética molecular, entre otros aspectos. 

Con el fin de dar soporte técnico a las tareas rutinarias del PRFS y los distintos proyectos de investigación que acoge, el parque dispone de una clínica veterinaria y un banco de recursos genéticos, que potencian los estudios relacionados con la conservación de material biológico crioconservado, técnicas de fecundación asistida e implantación de embriones, entre otros. Fruto de estos experimentos, en el recinto se consiguió, en junio de 2005, el nacimiento de la primera gacela mediante fecundación asistida y el empleo de semen congelado, lo que supuso la apertura de una nueva etapa en la gestión y conservación de estas especies amenazadas.

Gacelas dorcas para Senegal

Entre las actividades más recientes del PRFS figura su colaboración en el Proyecto de Reintroducción de la Gacela Dorcas en Senegal, en donde esta especie se dio por extinguida en los años 70, que se desarrolla desde hace treinta años en varios países europeos, entre los que se incluye España, y más concretamente, el parque almeriense. Los animales permanecieron durante algunas semanas en el recinto, con el fin de que el rebaño se aclimatase y estableciese sus relaciones sociales y jerárquicas antes de viajar de forma definitiva a África.

Los veinte ejemplares escogidos fueron criados en cautividad en centros españoles y europeos, y su selección se realizó de acuerdo a criterios genéticos y demográficos. El rebaño estaba integrado por gacelas adultas, de edad avanzada, con la experiencia suficiente como para dar estabilidad al grupo, e individuos jóvenes, con una mayor capacidad de adaptación y una esperanza de vida más larga. En el proceso selectivo también se intentó atender a la mayor variedad genética posible. Antes de llegar al PRFS, las gacelas habían vivido en el propio recinto, en el Parque Temático del Desierto de Tabernas, y en los zoológicos de Madrid, Barcelona, Coronel Duyos, de Nueva Llanes (Asturias) y Marwell (Londres).

Esta reintroducción es fruto de bastantes años de trabajo, iniciado cuando, entre 1971 y 1975, llegaron a los centros de cría europeos los primeros ejemplares de gacelas dorcas para evitar su extinción. Procedían del Sáhara Occidental y formaban un rebaño de 74 ejemplares. Para diciembre de 2006, la población de estos animales en cautividad, distribuida en ocho parques, ascendía a 174 individuos, 97 de los cuales eran hembras y 77 machos. A esta recuperación ha contribuido en gran medida el PRFS almeriense, desde donde se coordina el programa de cría en cautividad de esta especie, y en cuyas instalaciones se encuentra el libro de registro de ejemplares.

Sesenta años de ciencia con mayúsculas

El PRFS está integrado dentro de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA), un gran proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyo origen se sitúa en el Instituto de Aclimatación de Almería, creado en 1947. Su primer director fue Manuel Mendizábal, uno de los grandes pilares de la investigación agraria de la provincia, y su sede se habilitó en la calle General Segura entre los años 1950 y 1952. Posteriormente, en 1979, el centro cambió su denominación por la actual. En cuanto al PRFS, fue concebido inicialmente como una finca experimental en la que, en 1957, se ensayaron por primera vez en España los cultivos hidropónicos. 

La principal misión de la EEZA consiste en combinar el desarrollo de investigación básica y aplicada con la prestación de formación especializada, asesoramiento e información acerca de los conocimientos y orientaciones metodológicas necesarias para mejorar la gestión del medio natural y rural en ambientes extremos, como las zonas áridas y semiáridas, los desiertos y los hábitats alpinos y polares. En la actualidad, la estación cuenta con dos departamentos de investigación, uno dedicado a la desertificación y geoecología, y otro que se encarga de la ecología funcional y evolutiva.

La EEZA cuenta entre sus instalaciones con varios laboratorios, de zoología; agua, suelos y plantas; y biología molecular, así como un servicio de informática e instrumentación que presta apoyo al instituto mediante el desarrollo de la infraestructura necesaria para sus trabajos. Además, dispone de una biblioteca especializada en ecología de zonas áridas, que aglutina unas 7.450 obras, más de 800 revistas y otros tantos mapas, así como importantes colecciones de fauna y flora del sureste peninsular y de la región macaronésica, que suman 115.220 ejemplares zoológicos y 15.000 pliegos de plantas, muchos de los cuales corresponden a especies endémicas.

En los próximos años, les esperan grandes cambios tanto a la Estación Experimental de Zonas Áridas como al Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, ya que estrenarán una sede nueva y mejor dotada que la actual, ubicada junto a la Universidad de Almería (UAL). Este traslado se realizará gracias a un acuerdo alcanzado por el CSIC, el Ayuntamiento y la UAL, mediante el cual el primero cederá una parte de la finca de La Hoya, unas tres hectáreas, para que el Consistorio habilite allí un espacio verde de grandes dimensiones, que contará con un jardín botánico y un centro de interpretación de la naturaleza. A cambio, el Ayuntamiento expropiará terrenos en las inmediaciones de la UAL, con el objetivo de que la comunidad universitaria se los done, a su vez, a los investigadores del CSIC, para que se instalen allí para continuar su labor. La finalización del nuevo edificio está prevista para finales de 2009, y su coste aproximado rondará los cinco millones de euros.

 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2008, en la sección Almería en Positivo


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