El sector de la uva, que marcó la vida económica y social de varias generaciones de hombres y mujeres de la provincia durante los siglos XIX y XX, ha comenzado a resurgir tras la crisis vivida en las últimas décadas. Las iniciativas emprendidas por entidades públicas y privadas están proporcionando que todo lo que rodea a la uva hoy en día vuelva a sonar con fuerza. La aparición de nuevas bodegas que producen vino de calidad, unido a la concienciación para conservar numerosas variedades de uva de mesa que estaban abocadas a su desaparición y el apoyo de las administraciones, son algunas de las claves de dicho resurgir. 

En lo relativo a la creación de nuevas bodegas, es palpable el interés de muchos ayuntamientos y productores por seguir desarrollando este sector. En pueblos como Alboloduy, Laujar de Andarax, Fuente Victoria, Fondón o Padules, el vino que se produce está tan asentado que se está convirtiendo en una seña de identidad y en un atractivo gastronómico y turístico. El llamado enoturismo está siendo potenciado especialmente desde las Bodegas Alboloduy como una forma de conocer el patrimonio histórico-artístico del pueblo y, al mismo tiempo, hacer promoción de sus caldos mediante visitas guiadas de colectivos, y catas dentro de las instalaciones donde se produce un vino que va traspasando cada vez más fronteras y que ya es conocido en el ámbito autonómico. Que no decir de los famosos blancos de Padules y Laujar o los tintos de Fuente Victoria, caldos jóvenes que están llegando con más facilidad al consumidor y que están siendo muy bien valorados por los maestros gastronómicos. 

Otra de las claves para el resurgir de la uva la aporta desde Terque el Museo Provincial de la Uva del Barco, cuyo objetivo principal es el de hacer llegar a las generaciones futuras de almerienses un museo de la identidad de la provincia que permita reconstruir la vida cotidiana y la historia social y económica de las familias que durante dos siglos dedicaron sus vidas al cultivo y comercio de la uva de embarque.

Vivero

Hace unos meses el Museo, en colaboración con el Grupo Ecologista Mediterráneo y el ayuntamiento de la localidad, dio a conocer un interesante proyecto que consiste en la creación de un vivero donde se conserven y protejan las numerosas variedades de uva de mesa que existen en la provincia. Se pretende así frenar la desaparición de clases de uva que se han perdido con el paso de los años. Además de proteger las existentes, se va a ofrecer al visitante la posibilidad de comprar sarmientos para que los cultiven en sus terrenos y poder así degustar uvas de mesa históricas como la de Rágol, la negra o la de cuerno. Esta iniciativa, que está vinculada a la construcción de una sede más grande para albergar el Museo Provincial de la Uva del Barco, va a contribuir a la conservación y difusión de una de las tradiciones más arraigadas de la provincia que marcó toda una época.    

Por último, el resurgir de la uva está siendo posible gracias al apoyo de las administraciones más cercanas. Es el caso de la Diputación, que desde que puso en marcha hace casi una década el Plan Vitivinícola Provincial, está permitiendo la recuperación de los cosecheros y su interés por abrir nuevas fuentes de negocio con el vino. El Plan ofrece múltiples variantes que van desde los cursos de formación o jornadas técnicas informativas pasando por el asesoramiento y el fomento del autoempleo en el sector. Tampoco hay que olvidar el apoyo de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte para destinar subvenciones a empresas del sector agroalimentario y a PYMES productoras con objeto de que puedan difundir sus productos en ferias y actividades comerciales. Ayudas que van a fines tan distintos como la elaboración de portales web de las empresas, diseño de etiquetas para las botellas de vino o catas promocionales en ferias y jornadas gastronómicas.    

La época dorada de la uva jamás volverá porque ya es historia. Sin embargo, el resurgir de la uva se manifiesta hoy en día de otra forma renovada donde debe primar más la calidad que la cantidad. Una etapa marcada por la aparición de nuevas bodegas que proporcionan empleo, riqueza y prestigio en la localidad en la que se instalan, y mediante la difusión y conservación de todo el patrimonio vinculado a la uva.