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La imaginación, una ‘fórmula asequible’ para sortear la crisis
Los ayuntamientos se han visto abocados en estos tiempos de crisis a poner en marcha una batería de medidas sociales con las que paliar la grave situación que atraviesan muchas familias almerienses. Desde catering a huertos urbanos, pasando por roperos municipales, son algunas de las herramientas con las que intentan solventar las problemáticas que les plantean sus vecinos.
Por más que uno se frote los ojos, la crisis económica que azota a la inmensa mayoría de familias almerienses se ha convertido en una pesadilla difícil de erradicar. Un mal sueño que ha provocado que muchas de ellas se vean abocadas a pedir de forma desesperada soluciones y ayuda a sus dirigentes políticos más cercanos, que no son otros que los alcaldes y concejales de sus municipios. “Es un verdadero mal trago porque hay veces que no puedes ayudarles a pesar de que sus problemas son realmente graves”, afirma la alcaldesa de Pechina, María Ángeles Morales, que recibe diariamente a decenas vecinos en su despacho. Como ella, son muchos los alcaldes que tienen que añadir en su ajetreada agenda municipal un plus de paciencia, liderazgo y empatía para intentar solucionar las difíciles problemáticas que les presentan sus paisanos: dificultades para llegar a final de mes, impago de facturas, malnutrición infantil, riesgo de exclusión social, etcétera.
Un entuerto que se vuelve aún más complejo si se añade a esta ecuación la maltrecha situación que atraviesan las arcas municipales, que no son ya ni la sombra de lo que fueron hace menos de una década con el boom de la construcción y que limita su área de actuación y restringe sus posibilidades a la hora de poner en marcha talleres formativos o bolsas de trabajo temporales para mantenimiento y arreglo de instalaciones municipales. Un hándicap que obliga a los regidores y ediles a aplicar un elemento que no requiere desembolso alguno y que supone, en la mayoría de ocasiones, un bálsamo para solventar diferentes problemas que presentan los vecinos de sus pueblos. Se trata de la imaginación. Y es que a ella acuden en estos últimos meses muchos responsables políticos para encontrar fondos económicos o bienes materiales con los que dar respuesta a las peticiones de sus paisanos.
La lista, a medida que pasa el tiempo, va in crescendo y es un claro ejemplo de que no hacen falta muchos recursos económicos para lidiar una situación tan aciaga como la que actualmente vivimos. Es el caso del Ayuntamiento de Viator. Hace ya casi tres años que puso en marcha un ropero municipal en el que todos los vecinos pueden donar aquella ropa que ya no usan y que puede ser utilizada por otros paisanos. Este recurso asistencial, el primer ropero que se creó en la provincia, ha tenido desde su entrada en funcionamiento una excelente acogida. Ubicado en un local propiedad del Consistorio viatoreño, abre todos los martes de 10:00 a 14:00 horas y a su cargo está un grupo de voluntarias, expertas también en costura para arreglar aquellas prendas con algún desperfecto. “Hay semanas que se atienden hasta 20 familias, lo que demuestra que son muchos los que están pasando una situación muy complicada”, señala la concejala de Bienestar Social y Cooperación del Ayuntamiento de Viator, Paqui Claro.
En esta misma línea, los ‘balones de oxígeno’ a familias con problemas económicos también van enfocados a los niños, un colectivo que padece con más virulencia los efectos devastadores de la crisis económica actual. Es el caso de ayuntamientos como el de Gádor y Benahadux, que año tras año entregan bonos sociales que permiten a familias que acreditan que sus adultos están en situación de desempleo acceder a las piscinas municipales de forma totalmente gratuita. Una manera de enmascarar la difícil situación económica que atraviesan permitiendo a los más pequeños disfrutar de un rato de asueto y diversión que les evada, por momentos, del complicado clima familiar. “Con esta medida de carácter social pretendemos evitar que los niños y niñas gadorenses se queden sin piscina en verano”, apunta la primera teniente alcalde del Ayuntamiento de Gádor, Lourdes Ramos. A esto hay que sumarle también los esfuerzos económicos del Ayuntamiento de Fines para sufragar el coste de la escuela de verano para aquellos niños con sus padres en situación de desempleo.
El préstamo de libros de texto también es una constante que cada vez más empiezan a poner en marcha diferentes ayuntamientos de la provincia. Uno de los primeros bancos fue inaugurado en 2012 por el Ayuntamiento de Viator, en este caso para libros de texto de bachiller, que de esta forma pueden ser reutilizados en el curso siguiente por otros alumnos. Esta acción altruista se pone en marcha con un doble objetivo. Por un lado, se pretende apoyar a las familias con mayores dificultades económicas y, por otro, fomentar los valores de la solidaridad, respeto y cuidado para la reutilización de libros. Y funciona.
Los mecanismos que se articulan desde los ayuntamientos para facilitar el día a día a sus vecinos también abarcan áreas de primera necesidad como son la alimentación. No en vano, muchos consistorios han empezado a contemplar en sus presupuestos anuales partidas específicas para la compra de alimentos de primera necesidad que ceden a Cruz Roja o Cáritas para que las distribuyan entre las familias más desfavorecidas. Iniciativas solidarias que este año se han visto amplificadas con la puesta en marcha por parte del Ayuntamiento de Huércal de Almería de un catering low cost. “Por 2,75 euros, los vecinos tienen un plato consistente y equilibrado de 500 gramos y una pieza de fruta o postre”, explica el regidor de la localidad, Juan José López de las Heras. Una medida novedosa en la que prima por encima de todo la confidencialidad de los beneficiarios que previamente han tenido que solicitar en el Ayuntamiento una cartilla para poder optar a estos menús económicos. Actualmente son un centenar de familias de esta localidad del Bajo Andarax las que se están beneficiando de esta medida cobijada bajo el más férreo anonimato. “La principal barrera a la que se enfrentan los vecinos es a la vergüenza y el miedo a que la gente sepa que están en paro y adquieren estos menús”, añade el alcalde. Por esta razón, es una empresa privada la que se encarga de ofrecer el servicio de catering en la cafetería de la antigua residencia de mayores de lunes a viernes de 13:30 a 14:00 horas.
También en esta parcela están la puesta en marcha por ayuntamientos como los de Pulpí y Huércal de Almería de huertos urbanos municipales en los que los propios vecinos pueden cultivar todo tipo de hortalizas como tomates, lechugas, acelgas, patatas… Otro guiño al sistema de autoabastecimiento que recuerda a otras épocas pero que ha vuelto para quedarse y que cada día cuenta con más adeptos.
Atajar la alta tasa de desempleo es otra de las problemáticas en la que más inciden los ayuntamientos haciendo uso de sus escasos recursos. El de Alhama de Almería creó hace unos años una bolsa de trabajo y en un par de semanas contaba ya con más de 500 solicitudes. “No tengo una varita mágica para conseguir un trabajo a mis vecinos pero todos los arreglos municipales son realizados por paisanos que están inscritos en la bolsa de empleo. Así somos totalmente equitativos y evitamos que la gente piense de forma malintencionada que se enchufa a unos y a otros no”, explica el alcalde de Alhama, Cristóbal Rodríguez.
Y para completar el espectro de primeras necesidades, no podía faltar el derecho a una vivienda. Hace unos meses el pequeño Ayuntamiento de Bayárcal saltaba al panorama informativo provincial y regional por la cesión de forma gratuita de varias viviendas municipales a familias numerosas con el objeto de evitar la despoblación y mantener la escuela rural, falta de niños en edad escolar. Y los requisitos, según su alcalde Jacinto Navarro, eran bastante asequibles: “Ser buena gente, con ganas de vivir en un pueblo, responsables y con al menos tres hijos en edad escolar”. Le han llovido las peticiones de incluso familias procedentes de Galicia y el País Vasco. La posibilidad de tener también un empleo y un techo, fueron el acicate para que esta novedosa medida corriera como la pólvora por las redes sociales. Y también funcionó.
Propuestas y medidas, en definitiva, que han convertido a los ayuntamientos en uno de los principales responsables del sustento de muchas familias almerienses y que han agudizado el ingenio y la imaginación de los responsables municipales a un nivel impensable en la época de las ‘vacas gordas’ ayudándoles, por otro lado, a aprender a mimar con suma maestría los fondos municipales que gestionan. Acudiendo al refranero popular, no hay mal que por bien no venga.
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