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Con la piedra al cuello

PAQUI MARTÍNEZ SÁNCHEZ
Paqui Martínez Sánchez

La crisis se ha llevado por delante a la mayoría de las empresas del mármol, y con ella también se han esfumado más del cincuenta por ciento de los empleos. En su mayoría hombres que han trabajado durante décadas en las entrañas de la sierra y que hoy encuentran como única salida la formación que ofrece el Consorcio Escuela del Mármol de Andalucía. Reciclarse y poder optar a un puesto de trabajo se convierte en prioritario para la subsistencia de cientos de familias, es por ello que la situación que vive este centro Referencia Nacional adquiere una trascendencia difícil de ver para aquellos que no viven su día a día en el norte de la provincia.

La Escuela del Mármol de Andalucía no es solo un centro de formación, es una de las pocas salidas para miles de desempleados del Almanzora. El sector del mármol vive desde hace años su peor crisis y este organismo público se convierte en prioritario para que el norte de la provincia pueda tener una nueva oportunidad. Algunos datos que fotografían esta realidad; en enero de 2008 el sector del mármol empleaba de forma directa a 5.959 personas. Ese fue el pico más alto de la última década y a partir de ahí, comenzó también su caída más brusca. En apenas un año perdieron 1.253 puestos de trabajo, 752 en los doce meses siguientes, y así sucesivamente hasta enero de 2013, cuando apenas superaban los 2.900. La crisis se ha llevado por delante a la mayoría de las empresas del mármol, y con ella también se han esfumado más del cincuenta por ciento de los empleos. Por el camino han quedado cientos de empresas y miles de trabajadores.

Las empresas no han sido capaces de soportar la carga financiera, la explosión de la burbuja inmobiliaria les cogió en plena amortización de la maquinaria. Su dependencia del mercado nacional, las dificultades para acceder a la refinanciación, son algunos de los motivos que explican la situación sufrida por este sector económico de nuestra provincia. Solo aquellas empresas que han sabido adaptarse a las exigencias del mercado y ser competitivas, aquellas que se anticiparon a través de la innovación, han logrado sobrevivir. Según la opinión de los expertos, el futuro del mármol en la provincia de Almería pasa por la internacionalización, especialización, logística, cooperación y un posicionamiento en nuevos mercados.

Ese es el futuro, pero el presente de muchos pueblos del interior de la provincia, cuya economía estaba ligada de forma directa al sector, es una tasa de paro que en algunos casos supera el 50%. Pequeños municipios donde conviven cerca de un millar de parados, como es el caso de Macael y Olula del Río. En su mayoría hombres que han trabajado durante décadas en las entrañas de la sierra y que hoy encuentran como única salida la formación que ofrece el Consorcio Escuela del Mármol de Andalucía. Reciclarse y poder optar a un puesto de trabajo se convierte en prioritario para la subsistencia de cientos de familias, es por ello que la situación que vive este centro Referencia Nacional adquiere una trascendencia difícil de ver para aquellos que no viven su día a día en el norte de la provincia.

El Consorcio Escuela del Mármol de Andalucía, dependiente de la Consejería de Educación de la Junta, lleva dos años sufriendo serios problemas de financiación. Si en el curso pasado los trabajadores acumularon un año entero sin cobrar, este año han finalizado el ciclo lectivo con cinco nóminas y dos pagas extras pendientes, que se suman a la incertidumbre de no saber cuál será su futuro. Encierros y manifestaciones no han servido para que la Administración Autonómica libere el dinero, a día de hoy casi dos millones de euros. Al cierre de este artículo se ha finalizado el curso correspondiente al periodo 2013/ 2014 sin que la EMA haya recibido siquiera un euro de esta partida, a lo que habría que añadir el 25% del presupuesto de los dos últimos años. Si hoy en día la escuela funciona, lo hace bajo mínimos. Se debe a todos los proveedores, recibos, seguridad social, becas a los alumnos, no se arregla la maquinaria, falta todo tipo de material e incluso son los propios alumnos quienes llevan la piedra para poder realizar sus prácticas. Es muy difícil mantenerse en estas condiciones, sin servicios, sin dinero en la caja y fundamentalmente sin un Plan Formativo que se supone la certeza para la continuidad de la Escuela. El regreso de las vacaciones marcado por el mes de septiembre es un gran interrogante, en tanto y en cuanto la administración no ha requerido a día de hoy el programa escolar del curso que se inicia.

La plantilla de este centro único en España pide “valentía a la Junta”. Valentía es un reclamo que encierra el drama de algo más de una veintena de personas que han llegado a perder su vivienda por no hacer frente a los recibos del banco y que sobreviven durante meses sin ningún tipo de ingreso.

La Escuela del Mármol para toda España, pero sobre todo para los vecinos de la comarca, representa la única posibilidad de reciclarse y reengancharse al mercado laboral, donde sus alumnos se convierten en insumos de aquellas empresas que han logrado subsistir y que hoy basan su estrategia comercial en el mercado exterior. Este centro trabaja de la mano del sector, diseñan su programa formativo en función de las necesidades de las empresas, y contribuyen por tanto, a la especialización de los profesionales del mármol potenciando el desarrollo de esta industria, la investigación y nuevos métodos de trabajo relacionados con la calidad en la fabricación y nuevas técnicas de uso.

Así ha sido desde su creación en el año 1992, por entonces dependiente de la Consejería de Trabajo, más tarde Empleo, hasta que en esta legislatura la Junta de Andalucía decidió trasladar este tipo de Consorcios a la Consejería de Educación a través del Decreto Ley 4/2013 de 2 de abril. Ese es el origen de todos los problemas, el traslado de competencias, desde entonces comenzaron los impagos y a partir de ahí han subsistido sin presupuesto, sin subvención alguna y tirando de remanentes de años anteriores. El expediente de este centro formativo lleva más de un año en fase de verificaciones. Desde la Consejería de Educación continúan solicitando documentos y requerimientos que se remontan al año 2007 y al parecer hasta que no terminen con la última documentación no liberarán el dinero pendiente. Esa es la explicación que una y otra vez han escuchado de la Delegada de Educación de la Junta en Almería, Isabel Arévalo, cuyos compromisos de pago después de dos años, se han transformado en falsas ilusiones y decepciones continuas.

La Escuela del Mármol de Andalucía es Centro de Referencia Nacional del área de Industrias Extractivas y Centro integrado de Formación Profesional. Por ella han pasado miles de alumnos, y gracias a este centro se han formado con una alta tasa de inserción en el mercado laboral. La formación de trabajadores y empresarios es sin duda uno de los pilares donde debe asentarse el mañana del sector del mármol. Desde la Junta de Andalucía, su presidenta, Susana Díaz, en su visita el pasado mes de junio a la comarca del Almanzora, aseguraba a los trabajadores que su “apuesta por la Escuela del Mármol sigue siendo firme”. Les adelantaba que “se está trabajando para conseguir un préstamo bancario para poder hacer frente a los pagos más inmediatos de sueldos, becas, proveedores y servicios, ya que la subvención total no puede llegar hasta que no pasen todo el proceso de verificación” aseguraba. Del mismo modo les informaba que pasarán a depender del Instituto de Servicios Educativos a partir del 1 de enero de 2015. Después de aquellas palabras ha habido reuniones en Sevilla y también en Almería, plazos de pago que una vez más han pasado de largo y un dinero que sigue sin aparecer.

El mayor desafío que tendrá que afrontar la Escuela del Mármol llegará con el inicio del nuevo curso 2014/2015. Si no sucece nada extrordinario durante el verano, no tendrán nada que ofrecer. No habrá una oferta formativa, no habrá una segunda oportunidad para muchos desempleados y no habrá tampoco posibilidades para que las empresas cuenten con trabajadores formados, se dejará de potenciar el desarrollo del sector y desaparecerá también su labor de investigación. Si nada cambia, el futuro habrá llegado hace rato.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2014, en la sección Economía


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