Sobre la portada


Sólo una hoja en blanco

Yolanda Criado
Directora del Anuario 2014


Editar una publicación como ésta es una gran oportunidad para decir lo que muchas veces no podemos, para contar lo que en ocasiones nos está vetado a los periodistas. Cada uno de los artículos que se pueden leer en estas páginas están tratados únicamente según criterios periodísticos. Aquí no hay línea editorial, ni páginas de información pagadas, ni compromisos adquiridos con nadie. De lo que se trata es de dar una hoja en blanco a cada periodista para que escriba sobre lo que más conoce. Por eso, quien aquí participa sabe que la información, la crítica y la investigación necesaria para elaborar un artículo, depende en exclusiva del periodista, de su propio criterio y de sus ganas de contar. Por eso, quienes han sido mecenas del proyecto, también conocen que no se tiene por qué hablar de ellos, ni mucho menos hacerlo en forma positiva. Y por eso también, muchos potenciales mecenas han quedado fuera ya que pretendían comprar las páginas y destrozar la razón de ser del Anuario Crítico. En un sistema corrompido por la compra de la información, el hecho de entregar esta publicación a los ciudadanos es un gran reto para cada uno de los que escribimos aquí y así hemos de verlo, como la oportunidad que nos da la Asociación de la Prensa de Almería para, una vez al año, sacar a la luz lo que a veces se nos queda en el tintero. Aprovechémoslo.


Este décimo ejemplar del Anuario Crítico de Almería lo sentimos con la entera satisfación de comprobar que cada uno de los compañeros periodistas que han escrito su artículo lo han hecho de forma desinteresada y con una gran predisposición desde el principio. Gracias a todos ellos.


Este Anuario se estructura en dos bloques: la cronología y los artículos. En primer lugar, una detallada y minuciosa cronología muestra los eventos y los titulares más destacados del año que se han seleccionado hasta en tres ocasiones con un grupo de cuatro periodistas que han trabajado ‘a conciencia’ para no dejar fuera ningún dato de interés. En segundo lugar, se encuentran las ocho secciones que clasifican de forma temática los contenidos más destacados en torno a la información del año 2013. Los artículos que aquí aparecen y que han sido propuestos por el Consejo de Redacción del Anuario Crítico, han sido elaborados por periodistas de la Asociación de la Prensa de Almería, por compañeros de los medios y por personas expertas en algunos temas a quienes se ha invitado a participar en la publicación. Comunicación, Economía, Sociedad, Política y Juzgados, Infraestructuras, Agricultura y Medio Ambiente, Cultura y Deportes son las secciones que este año agrupan los contenidos.


Como décimo ejemplar de esta publicación que comenzara su andadura en el año 2003, se cierra una primera década y por ello se ha querido mantener la característica esencial, como es su carácter anual y además, hacer el esfuerzo por mantener igualmente su formato impreso. Para que el Anuario Crítico 2014 llegue a más gente y sus artículos se lean más fácilmente y en cualquier momento, de manera paralela se presentan los contenidos en formato accesible para ser leídos en tablets y smartphones y compartidos en redes sociales. Quizá sea ésta la línea más acertada para ediciones futuras.


Año: 2014



El reto de informar en el siglo XXI



Estamos colonizados, una élite dirige la opinión pública. Consumimos información precocinada que elaboran centros de poder de acuerdo a sus intereses. Esta inquietante advertencia se la oí, hace ya algún tiempo, a Walter Lippman, decano de los periodistas norteamericanos. Me pareció y me parece que hay que tenerla en cuenta.


El siglo XXI arranca inmerso en una crisis no solo económica sino de valores y, más que nunca, es necesario un trabajo periodístico comprometido, riguroso e independiente que esté al servicio del bien común.


Una sociedad democrática es un régimen de opinión pública que tiene que basar su conocimiento en hechos ciertos y documentados, en su contexto y en la memoria. El periodista debe esmerarse en analizar el máximo de ángulos posibles, en acercarse al “otro”. El es el responsable de la veracidad. Y, de colocar en el centro del interés a “las personas”.


No obstante, la contaminación informativa de agencias externas, la politización mediática y la mediatización de la realidad política. La precariedad laboral, la injerencia mercantil y de grupos de presión. La ruptura de la frontera entre información y entretenimiento. El uso interesado del lenguaje para conformar actitudes, la amabilidad de las palabras para manipular las ideas. La pretensión de provocar emoción más que reflexión, la aceleración, la acumulación, la inmediatez, la superficialidad son graves amenazas.


Estar bien informado es un derecho fundamental que hay que exigir al igual que lo es la obligación de esforzarse por obtener contenidos de calidad.


La American Journalism Review defiende regañar al político, desenmascarar lo políticamente correcto, corregir las mentiras de la Economía convertida en cuerpo doctrinal para evitar que errores o falsedades se filtren y calen en la percepción pública de la realidad. Hemos visto cómo verdades irrefutables han resultado ser falacias, cómo equivocaciones de la mayoría se convierten en certezas, cómo una mentira repetida varias veces se transforma en verdad.


El modelo presente parece basarse en la aceptación de un pensamiento único y el mundo mediático, en general, se diría que se ha alineado con él. Es vital, creo, alertar sobre la necesidad de hacernos preguntas: sobre la construcción social y sobre el periodismo. Según Cornelius Castoriadis, destacado pensador, el gran mal de nuestra civilización actual es que ha dejado de cuestionar lo supuestamente incuestionable.


Respecto a los medios de comunicación, convencionales o digitales, esbocemos, pues, a vuela pluma algunos interrogantes: ¿reflejan lo real o lo inventan? ¿Están donde está la noticia o la noticia está donde están los medios? ¿los imperios mediáticos globales acercan o separan? La tecnología ¿facilita o dificulta la manipulación? ¿el marasmo de supuesta información no puede ser un deliberado propósito más para desinformar que para informar? ¿Quién marca la agenda informativa, de qué hablamos y de qué no hablamos? El libre flujo de información es, de hecho, nominal, ¿no resulta que más bien desdibuja realidades? ¿Quién paga la información que recibimos? ¿No están los medios, demasiado a menudo, más comprometidos con sus compromisos empresariales y de poder que con los valores democráticos?


Nunca ha sido fácil el periodismo, cuyo objetivo es adentrarse en la invisibilidad y el silencio. Hacer ver lo invisible. Decir lo que se calla. Buscar más allá del “qué”, plantear el “porqué”, el “para qué”, el “a quién beneficia”.


Me atrevo a concluir este prólogo parafraseando a León Felipe: yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto y he visto que los gritos de angustia de los hombres los ahogan con cuentos.


Bien, contra esos cuentos, buena formación... y buena información.


Instalar en la agenda individual y colectiva el debate sobre la calidad de la información que recibimos hoy, sea en el soporte que sea, así como sobre el prostituido vocabulario público es esencial y este Anuario ve la luz, una vez más, con la vocación de cumplir esta tarea. De contribuir a crear sentido crítico. El lema debe ser a mayor crisis, mejor periodismo.


Año: 2014



A pesar de todo... El Anuario

Covadonga Porrúa
Presidenta de la Asociación de la Prensa


¿Por qué te hiciste periodista?
No me hice... Soy periodista.
Esa fue la primera respuesta que le di a alguien muy joven y muy cercano a mí, cuando me lanzó la pregunta, hace algún tiempo. Esto es algo más que un oficio que te da de comer, que te permite pagar la hipoteca, o la cuenta del supermercado. Eres periodista y lo seguirás siendo siempre. Verás la noticia donde otros sólo encuentran una anécdota, un accidente, una queja... Y te entrarán unas ganas terribles de correr a la redacción, de sentarte ante el ordenador, ante el micro, ante la cámara, y contarlo cuanto antes. En el siguiente minuto, sin perder un segundo. Como sí te fuera la vida en ello. Aunque no puedas hacerlo. Aunque te lo impidan. Como les está pasando a cientos, a miles de compañeros. Una gangrena invisible se está llevando por delante a lo mejor de esta profesión. El cierre de medios es una herida todavía lacerante. El paro, una explosión viral y tóxica que está dejando en la cuneta a toda una generación y, no se equivoquen, dejando poco a poco sin divergencia, sin conciencia, a todo un país, al que estamos convirtiendo en una masa uniformada y gris.


Por eso es tan necesario, tan importante, este Anuario Crítico que tienen entre las manos. Una nueva edición que ha visto la luz gracias al empuje, a la valentía, al inconformismo de Yolanda Criado. Periodista. Y de las buenas. Capaz de darle la vuelta al calcetín, de renovarlo y darle un aire nuevo. Aceptó el envite de la Asociación de Periodistas de Almería de dirigir y sacar adelante esta edición, que nosotros, con nuestros escasísimos medios, no podemos ni de lejos costear.


No ha sido nada fácil, se lo aseguro. Han sido muchas las buenas palabras, muchas las buenas intenciones con las que Yolanda se ha encontrado. Y escasos los apoyos institucionales. Parece que con la excusa de la crisis, todo vale. Afortunadamente, también han sido muchos los que han creído, una vez más, en este proyecto. Y han querido respaldar así la tan traída y llevada libertad de prensa. Esa de la que todos hablan, pero que muy pocos dejan practicar. Y no lo olviden tampoco. Cuanto más libre sea la prensa de un país, más fuerte será su democracia.


Por eso, a todos y cada uno de los que han colaborado económicamente con este Anuario, gracias. Gracias por comprenderlo, gracias por dar un paso adelante, sin dudarlo, sin exigir saber qué íbamos a analizar en estas páginas...
¿Por qué somos periodistas? Porque siempre queremos saber qué ocurre a nuestro alrededor; porque siempre nos preguntamos qué se cuece en las trastiendas; porque siempre ponemos en duda lo que nos quieren imponer; porque cuestionamos lo aparentemente correcto...


No busquen entre estas páginas crónicas simples relatos de los hechos. Aquí están el soterramiento; el Mesón Gitano, el Ave, las carreteras, el Calar Alto, los Tres Reyes, el caso Facturas... Y también la cultura, el deporte, pero con una buena dosis de autocrítica Cosa que tampoco nos viene nada mal, por cierto, en un momento en el que el futuro de nuestra profesión está en juego y en el que debemos recuperar el lugar que, sobre todo por nuestra culpa, hemos perdido en la sociedad.


Leerán y también verán las imágenes que han conformado este último año. Con la ironía fina, certera, de Miguel Arranz y de Moreno en sus viñetas. Con las instantáneas de nuestros hermanos fotógrafos. Gracias a la Voz de Almería por cedernos, generosamente, sus archivos fotográficos. ¿Qué sería de los plumillas sin los redactores gráficos? En la sombra, deteniendo en el tiempo un instante de historia.


Todas esas noticias con las que ustedes se han desayunado en los últimos doce meses están aquí. Siguiendo el camino que quisimos marcar desde la primera edición de nuestro Anuario. Un camino por el que velan nuestros particulares sabios del Consejo de Redacción.


Noticias analizadas con rigor, con la distancia que da el tiempo que nunca tenemos, y con el compromiso libre, libérrimo, de un enorme colectivo de compañeros de nuestra tierra. En paro, en activo, Jóvenes, veteranos. Con todas las ideas, con todas las tendencias. Han dedicado su tiempo a nosotros, y a ustedes. De forma generosa y altruista. Con talento. Con inteligencia. Con reflexión. Con ganas. Como lo que son. Periodistas.


Año: 2014



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