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En Almería uno de cada tres periodistas ya son autónomos ‘…hay que salir a vender…’

JOSE CRIADO
josefco.criado@gmail.com

En Almería, durante los últimos años podemos afirmar que se han creado más medios de comunicación de los que se han cerrado, y que hoy por hoy uno de cada tres periodistas son empresarios o autónomos. Según datos de la Asociación de la Prensa de Almería, de los 177 socios, 45 de ellos son autónomos. Si tenemos en cuenta el número de compañeros en paro laboral, el porcentaje sería mucho mayor.

Según el Instituto Nacional de Estadística cada año obtienen el grado en España 3.000 periodistas, 17.000 más permanecen matriculados en las facultades de las universidades españolas. Eso sin tener en cuenta las licenciaturas con planes de estudios similares y sin prácticamente distinciones de curriculum, donde el número de matriculados es de 44.000. ¿Podrán incorporarse a la profesión? ¿Admite el mercado laboral de nuestro país un contingente de futuros trabajadores de estas dimensiones?

Aparentemente el panorama puede resultar desolador, sobre todo si lo analizamos desde el contexto de la crisis económica, y teniendo en cuenta los cuatro males endémicos de la profesión: intrusismo, paro, baja remuneración y precariedad laboral. Y es que pese a la apertura de grandes cadenas de televisión, la concesión de nuevas licencias radiofónicas y el “Nuevo Periodismo” desarrollado en la nueva sociedad de la información, todo parece indicar que aquí no queda sitio para nadie.

Y sin embargo, ésta es la clave. La sociedad de la información es aquella en la cual las tecnologías que facilitan la creación, distribución y manipulación de la información juegan un papel esencial en las actividades sociales, culturales y económicas. Se trata de una aspiración estratégica que permitiría superar el estancamiento social. En la actualidad cualquier organización, ya sea de índole empresarial, social, cultural o política necesita incorporarse activamente a esta nueva sociedad participando de los nuevos canales de comunicación y ubicándose como generadora de información. Es evidente que los periodistas juegan un papel fundamental en este modelo. Desde una pequeña empresa con una modesta cuenta de resultados hasta la compañía posicionada en el ámbito internacional que cotiza en bolsa; desde la asociación de vecinos del barrio hasta la ONG de carácter global etc., necesitan un profesional de la comunicación que se ocupe de informar a un publico objetivo sobre el producto o la actividad de estas organizaciones, que contribuya al éxito del proyecto concreto y que forme parte del desarrollo estratégico. Por esta razón, la posición del periodista en la composición organizativa de cualquier entidad se hace indiscutiblemente necesaria y su participación esencial, incluso desde el mismo momento de la constitución.

Mientras muchos se empeñan en que el periodismo está muerto, llegan datos de la ebullición de los medios que han surgido al calor de la crisis. ¿Y si realmente estamos ante una oportunidad? La Asociación de la Prensa de Madrid ha publicado recientemente el Informe Anual de la Profesión Periodística 2013. Indica que durante los últimos seis años, coincidiendo con la crisis económica, en España se han creado 423 medios de comunicación. Aunque la mayoría han sido desarrollados en el entorno digital, destacan también otras iniciativas que mantienen el formato papel o donde conviven ambos canales (impreso y digital) y que han apostado por nuevos modelos de negocio. Del estudio se extrapolan algunos datos como que “ninguno de los medios que han surgido tiene como fuente de ingresos exclusivamente la publicidad”, la mayoría de ellos tiene una plantilla media de entre 1 y 3 personas y el 75% tiene menos de tres años de vida. Por otra parte están surgiendo otros modelos de carácter híbrido donde la información se presenta en la misma plataforma en la que se venden determinados productos, a veces relacionados con el sector al que va dirigida la información; productos de venta directa que permiten la capitalización inmediata de la empresa y otra fuente de recursos en base a esta línea de negocio, sobre todo en el ámbito digital.

Un centenar de los medios creados son hiperlocales, y deportes, cultura y economía son algunos de los nichos donde más medios han surgido. En esta línea, también se podría hacer un hueco a todos los profesionales del Periodismo que ejercen de forma independiente generando contenido para estos y otros canales tradicionales. En Almería, durante los últimos años podemos afirmar que se han creado más medios de comunicación de los que se han cerrado, y que hoy por hoy uno de cada tres periodistas son empresarios o autónomos. Según datos de la Asociación de la prensa de Almería, a fecha actual, de los 177 socios, 45 de ellos son autónomos. Si tenemos en cuenta el número de compañeros en paro laboral, el porcentaje sería mucho mayor.
Está claro que la profesión necesita reinventarse, que el autoempleo es la solución. Nos vemos en la obligación de superar el complejo tan extendido de que periodista y empresario son dos conceptos difícilmente reconciliables. En realidad la cuestión es decidir si queremos ganarnos la vida trabajando en el sector o permanecemos estancados en el paro obrero. Además, la independencia es mucho mayor trabajando en la empresa propia que ejerciendo en los grandes medios tradicionales tanto privados como por supuesto públicos. En cualquier caso, que el futuro actual de los periodistas pasa por la generación de su propio empleo no es una conjetura sino una certeza, y cuanto antes la asumamos mucho mejor, sobre todo para los jóvenes que llegan y los veteranos que han perdido su empleo.

Sin embargo, una cuestión es fundamental para tener éxito empresarial: vender. Hay que vender nuestro producto y hay que saber hacerlo. Y para eso también hay que formarse. Sorprende ver cómo las diferentes facultades dedican tan pocos créditos a esta cuestión, aunque ya sabemos como las universidades publicas españolas siguen instaladas en la consigna trasnochada de incorporar contingentes imposibles de funcionarios. También las asociaciones y colegios profesionales deben atender esta demanda auxiliando a sus afiliados en formación, asesoramiento y defensa de sus intereses. Debemos mantener nuestras reivindicaciones por la defensa del periodista asalariado, pero también velar por los intereses de los periodistas autónomos y empresarios. Dentro de poco serán más. Muchos más.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2014, en la sección Comunicación


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