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Nuevos medios. ¿Sobreviviremos?

JUNE FERNÁNDEZ
@marikazetari

La otra cara del trágico desmantelamiento de los medios de comunicación tradicionales ha sido la proliferación de proyectos tanto generalistas como especializados que están consolidando una nueva cultura periodística. Su autonomía respecto a los grupos de poder propicia un periodismo crítico, honesto, innovador y creativo. El reto es la sostenibilidad económica.

Cuando empecé a trabajar en El País, un colega escribió en mi blog: “Bienvenida a la primera división”. Me tocaron tiempos de reducción de plantilla, de precarización, de quitar del medio a las falsas autónomas como yo que hasta entonces gozábamos de mucho trabajo y bastante reconocimiento. Así que cuando salí del periódico en el que siempre había soñado con trabajar, resultaba difícil imaginar cuál podía ser la próxima estación sin que se sintiera como un descenso.

Suena a manual de autoayuda eso de que la crisis puede ser una oportunidad. Pero lo cierto es que la otra cara del trágico desmantelamiento de los medios de comunicación fue la creación de tres centenares de nuevos proyectos periodísticos, incluido Pikara Magazine, la revista que puse en marcha con el apoyo de tres periodistas vascas. Lo uno no compensa lo otro, ya que la trayectoria y los nutridos equipos de los medios que han echado la persiana contrastan con los exiguos presupuestos y el futuro incierto de los nuevos medios. Pero estas aventuras de emprendizaje son valiosas porque están funcionando como laboratorios de periodismo.

Nuevos medios, nuevas lógicas

Los nuevos medios invitan tanto a innovar como a volver a la especialización y la profundidad frente a la creciente tendencia al teletipo y la rueda de prensa sin preguntas. Me refiero por una parte a los periódicos generalistas “a la izquierda de El País” nacidos con el ERE de Público: eldiario.es, La Marea e Infolibre. Y, por otro lado, a la proliferación de revistas especializadas en internet, como Periodismo Humano (dirigida por el fotógrafo Javier Bauluz, especializada en derechos humanos), FronteraD (periodismo narrativo, crónica y ensayo, un proyecto de Alfonso Armada), Vía 52 (periodismo de datos) o Pikara Magazine.

Mención aparte merece el periódico Diagonal, ya que nació en 2005, antes de los EREs en las grandes empresas de comunicación, como un proyecto alternativo nacido de los movimientos sociales. Varios de los cuestionamientos a las dinámicas del periodismo que plantean los nuevos medios los escuché por primera vez en Diagonal:

- El mito de la neutralidad: Los nuevos medios se alejan de los enfoques acríticos, de la equidistancia, de la falsa neutralidad, pero también del sectarismo. Se suelen definir como rigurosos y honestos, ya que explicitan cuáles son sus posicionamientos editoriales.

- La competitividad entre medios: Quien compraba Público dejaba de comprar El País. Quien lee eldiario.es probablemente se pase de vez en cuando por La Marea o Infolibre. Interesa sumar fuerzas. Además, ser medios dirigidos por periodistas y no por gestores propicia una cultura más colaborativa, en la que abundan los intercambios de contenidos y de publicidad.

- Derechos de autor: La mayoría optamos por licencias creative commons, que permiten compartir nuestros contenidos siempre que sean citados adecuadamente. No sólo por una cuestión ideológica, sino también por el convencimiento de que llegar a la mayor gente posible por vías diversas fortalece al proyecto.

- Otra agenda: Economía no es sinónimo de bolsa, política no es sinónimo de partidos y deporte no es sinónimo de fútbol masculino. Los nuevos medios hacen hincapié en responder a los intereses de la ciudadanía, no de los grupos de poder. No depender de grandes anunciantes o accionistas permite publicar contenidos críticos como el especial de FronteraD sobre el impacto de las multinacionales españolas en América Latina o el de Vía52 sobre el fracking en España. Los nuevos medios tienden también a fijarse en qué ocurre en los rincones del mundo que no salen en los telediarios. En Pikara, por ejemplo, hemos publicado sobre la situación de las mujeres y las personas LGTB en países como Armenia, Honduras, Paraguay, Afganistán o el Congo.

- Fuera corsés: Dirigidos o coordinados por periodistas con la mente abierta, estos medios se convierten en laboratorios en los que no nos encajonamos por secciones ni por géneros, sino que tenemos más margen para hibridar, probar nuevos formatos y explorar desde lo multimedia al periodismo narrativo.

Periodismo con visión de género

Desde finales de los años noventa, profesionales de la comunicación (en su mayoría mujeres) comprometidas con la igualdad de género y conscientes del importante papel que desempeñan los medios en la perpetuación del machismo, se organizaron en las llamadas redes de periodistas con visión de género. Son espacios en los que nos formamos, debatimos sobre enfoques y apoyamos a periodistas perseguidas por su trabajo, como la congoleña Caddy Adzuba o la mexicana Lydia Cacho. En España, la agencia de noticias Ameco Press y el portal web Mujeres en Red fueron pioneras en promover el periodismo con visión de género.

Pikara Magazine pertenece a una nueva generación de proyectos de comunicación feminista, caracterizados por su frescura, irreverencia, interés por romper tabúes (como los ligados a la sexualidad) y vinculación con otras luchas sociales (especialmente el movimiento LGTB). Las impulsoras de Pikara nos planteamos ofrecer un periodismo de calidad y atractivo para públicos amplios, sobre todo tipo de temas sociales y culturales. Estamos convencidas de que el periodismo, si es sexista, no es bueno, ya que no se puede explicar bien a la ciudadanía lo que está pasando si obviamos el impacto del sexismo o, más aún, si incurrimos en estereotipos sexistas que lastran nuestros análisis.

En estos cuatro años, nuestro contador de visitas ha ido subiendo hasta alcanzar una media de 150.000 al mes en 2014. Nos avalan reconocimientos como los premios de periodismo Colombine. Además, hemos logrado influir en la agenda de los medios generalistas. El caso más destacable (pero no el único) es el artículo ‘Tetas y toros’ de nuestra colaboradora Emilia Arias, que propició que los medios de masas iniciaran el debate sobre el acoso machista en sanfermines.

Pero un medio no es feminista sólo por sus contenidos sino también por sus formas de trabajo. Pikara representa un espacio de aprendizaje, empoderamiento y apoyo mutuo para quienes se vinculan con el proyecto. Ilustradoras que prueban a escribir artículos, redactoras que hacen entrevistas en vídeo, periodistas que se lanzan a escribir ficción u opinión...

Convencidas de que el periodismo se paga (algo que no resulta tan obvio para medios con mayor presupuesto que el nuestro), remuneramos las colaboraciones, a la vez que invitamos a la colaboración voluntaria en tareas de edición, traducción o diseño.

¿Sobreviviremos?

Pero el gran desafío es la viabilidad. Los nuevos medios nos caracterizamos por estar explorando constantemente vías dispares de financiación: publicidad, fiestas, venta de materiales, talleres... La aportación de las lectoras y lectores (como suscriptoras, socias o mediante las campañas de financiación colectiva, los crowdfunding) se presenta como la vía más fiable y que menos compromete la independencia informativa. Eldiario.es ingresó 337.511 euros en 2013 a través de las aportaciones de sus socios y socias. Nosotras, infinitamente más pequeñas, tenemos unas 200 amigas y amigos, cuyas cuotas nos permiten cubrir una cuarta parte de nuestro modesto presupuesto de entorno a 20.000 euros al año (que, obviamente, no da como para tener a personas contratadas en plantilla).

¿Cómo es que siendo tan precarias nos lanzamos con una edición anual impresa, ahora que se suponía que el papel estaba muriendo? Lo cierto es que los apoyos a la revista en papel vía crowdfunding están reforzando nuestro proyecto; el papel está sirviendo de aliciente para fidelizar a nuestras amigas y amigos y para llegar a nuevos públicos, a través de presentación y de su venta en librerías. No somos las únicas. Combinar una web muy activa con una edición en papel cuidada es una apuesta por la que han optado medios como eldiario.es (con su revista monográfica Cuadernos) o el magazine cultural Jotdown.

¿Cuánto tiempo aguantaremos precarias, ‘inventando’ (como dicen en Cuba) para seguir a flote? No sabemos. La ventaja es que el panorama laboral en el periodismo al uso es tan desolador, para muchas de nosotras, la autoprecarización es preferible que la explotación para lucro del consejero delegado de turno. A quienes no nos creímos que el éxito es tener una nómina, una hipoteca y formar una familia nuclear, no nos va mal. Además, creo sinceramente que estamos transformando la forma de hacer periodismo, un proceso que a su vez nos fortalece como periodistas. A mí no me parece poca cosa.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2014, en la sección Comunicación


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