La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.



Índice de esta sección

A todo gas


  

Elio Sancho


El paro no para


  

Javier Martínez Alcaraz


Esperando que escampe el temporal


  

David Uclés


El campo se concentra


  

Armando García


Un día de furia


  

David Baños


Turismo Ficción


  

Míriam Buil


Por un huerto solar


  

Miguel Pérez de Perceval




Artículos de este autor

Por un huerto solar


2009 | Economía



Por un huerto solar


Seguro que recuerdan la película ‘Por un puñado de dólares’. Un spaguetti western del irrepetible director italiano Sergio Leone en el que reconocemos algunos de nuestros paisajes más filmados y que, sobre todo, nos relata el devenir de buenos y malos en torno a una gran obsesión, el preciado botín económico. La siguiente historia nada tiene que ver con la violencia y la sinrazón de los protagonistas de este largometraje pero sí comparte un mismo eje central, una gran obsesión. En este caso, no hablamos de dólares sino de unas controvertidas instalaciones solares.

El lunes 19 de mayo de 2008 el sector del mármol protagonizó un hecho sin precedentes en la comarca. Vehículos especiales, camiones, palas excavadoras y cientos de trabajadores llevaron a cabo una protesta que prácticamente paralizó la actividad normal de las canteras almerienses. Bajo el lema “Huerto solar sí, pero no aquí”, se vivió un lunes al sol con pancarta y banda sonora de canción protesta. Algunos, los más exagerados, decían que desde la época de los fenicios nunca había habido un día laborable en el que no se hubiera trabajado en esta industria minera. 

Se trataba de la puesta en escena del gran órdago de la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía (AEMA) ante el anuncio de la instalación de un huerto solar en la escombrera de ‘El Pozo’, situada en plena explotación minera. Un proyecto que desarrollaría la empresa Kyoto Photovoltaics Iberia y que contaba con el visto bueno de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Macael.

Días antes, la patronal había emprendido la vía contencioso administrativa contra los informes favorables tanto regionales como municipales obtenidos por esta iniciativa. Los empresarios veían en estas instalaciones una futura amenaza para sus intereses. No se oponían a su desarrollo pero sí frontalmente a su ubicación. 

La lógica parecía aplastante. Un huerto solar en plena cantera y encima cercano a una zona de vertido de escombros. A cualquiera se le ocurrían decenas de inconvenientes que desaconsejaban la idea, posible impacto de voladuras, efectos nocivos del polvo existente en las canteras, notables molestias ante la intensidad del tráfico pesado de la zona... 

AEMA, además, veía otros “intereses ocultos” tras este polémico proyecto. Así, acusaba directamente al consistorio macaelense, concesionario de la escombrera, de hacer “negocio con el dinero de los explotadores”, ya que, según afirmaron, pagan anualmente una media de un millón de euros por la prima de 20.000 euros que derivaría de la actividad del huerto solar.

En este mismo sentido, los empresarios del mármol sostenían que el huerto solar se ubicaría en unos terrenos municipales que fueron comprados gracias a una importante aportación de su asociación. En concreto, según detallaron, se pagaron 147.000 euros por los 30.000 que salieron de las arcas municipales.

Obviamente, estas acusaciones tuvieron una rápida y enérgica respuesta. Así, el alcalde de Macael, el socialista Francisco Pastor, calificó de “falsedad” el que AEMA reivindicara la propiedad de la escombrera de ‘El Pozo’. Según su versión, la parte que adquirieron los empresarios por 147.000 euros se encuentra a 150 metros por encima del nivel del suelo donde se ubicaría la instalación fotovoltaica y, por lo tanto, defendía que los terrenos eran de “pleno dominio municipal”.

Asimismo y para darle un toque más dramático, el primer edil macaelense decidió tras el primer acto de protesta por parte del sector (el anteriormente citado y que a la postre se convirtió en el único de la polémica) denunciar a AEMA por usurpación de terrenos durante la concentración, así como por no contar con la preceptiva autorización de la Subdelegación del Gobierno para llevar a cabo dicha protesta pública. Todo ello fue ratificado en un pleno urgente en el Ayuntamiento de Macael un día después, dándole así a la historia un sabor a tragedia y esperpento más cercano a la obra de Shakespeare o del patrio Valle-Inclán que a un desacuerdo de posturas que, al fin y al cabo, era de lo que se trataba. 

Por lo tanto, la batalla en forma de partida de ajedrez imaginaria ya estaba totalmente preparada. Los contendientes habían realizado sus primeros movimientos y estudiaban el siguiente paso en esta más que reñida contienda.

Como suele ocurrir en estos casos, la sangre ni mucho menos llegó al río y lo que parecía una encrucijada de improbable solución derivó en un acuerdo satisfactorio para todas las partes. Aunque claro, para ello, hubo que esperar casi tres meses. Los implicados se sentaron a negociar con la premisa básica de que estaban obligados a entenderse. Se abandonaron las movilizaciones, las acusaciones cruzadas en la prensa y se dio paso a la cordura.

Por fin, en agosto de 2008 se alcanzó un acuerdo. El huerto solar no se movería ni un milímetro de la zona proyectada y los empresarios lograban un compromiso por escrito de la empresa promotora de la iniciativa renunciando a reclamar cualquier daño ocasionado por la actividad normal de la cantera.

En concreto, la promotora de los trabajos y los diecinueve inversores del proyecto firmaron ante notario un escrito en el que se explica las particulares características del proyecto. Se hace especial hincapié en la ubicación de las instalaciones fotovoltaicas. En plena zona de explotación minera, donde existen industrias de extracción y elaboración del mármol que en su actividad diaria pueden llegar a perjudicar el buen funcionamiento del huerto solar.

Del mismo modo, el documento deja claro que la promotora asumirá la obligación de adoptar las medidas que sean necesarias para paliar o disminuir los efectos nocivos que se deriven del desarrollo minero. Además, si esas actuaciones fracasan renunciará de forma expresa a llevar a cabo cualquier tipo de reclamación. 

Una vez zanjada la polémica todo ha seguido su curso normal. El huerto solar ya es una realidad que se encuentra en plena producción. Por ahora y crucemos los dedos, el sector minero y este nuevo ‘inquilino’ conviven pacíficamente, de hecho, desde su apertura a finales de 2008 no se ha producido altercado alguno. 

Sin duda, con la existencia de estas instalaciones fotovoltaicas se vuelve a poner de relieve que todo es posible, incluso, un huerto solar en plena cantera de mármol de Macael. Posiblemente, el maestro Sergio Leone lo diría de otra manera, “todo tiene cabida en el mundo de la épica, todo es posible en el lejano oeste”. 

 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2009, en la sección Economía


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