Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa". 

La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.



Índice de esta sección

El camino hacia el sillón


  

Josefina Guerrero


El Ejido conquista la Diputación


  

José María Granados


Masivo descaro


  

María José López Díaz


Unas elecciones con pocas sorpresas


  

Francisco Gerez


Sorpresas nos dan las urnas


  

Antonio Hermosa


Un hombre de temple. Perfil de Juan Carlos Usero


  

Fernando Cuadrado




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El camino hacia el sillón


2008 | Elecciones



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El camino hacia el sillón


 

Con sólo dos concejales, el Grupo Independiente por Almería inició, tras las elecciones, un proceso de negociación paralelo con las formaciones mayoritarias. Tras cerca de dos semanas de incertidumbre se reeditó el pacto con PP, el único posible para muchos.

La sombra del posible tripartito enturbió la victoria electoral del Partido Popular en la capital hasta la rúbrica con Gial del pacto que repetiría por segunda vez el trabajo conjunto al frente del Gobierno municipal. Con trece concejales populares frente a los 11 socialistas, el gobierno estaba en manos de las formaciones minoritarias; por una parte Gial, y por otra Izquierda Unida, en caso de que se consolidara un gobierno a tres. El descenso en los votos y concejales de la formación de Juan Megino no evitó que se convirtiera en pieza clave para asegurar la gobernabilidad, y así comenzó el camino para amortizar una posición hegemónica, a través de la negociación en el que todas las formaciones tuvieron abiertas sus posibilidades durante más de dos semanas.

Con dos concejales y la flexibilidad que otorga la independencia, fueron las formaciones mayoritarias las que se pusieron en contacto con Juan Megino para acercar posturas. Los primeros, el Partido Popular y posteriormente el PSOE, no sin que desde Gial se “hiciera una invitación pública para negociar”, según sus dirigentes provinciales socialistas.

No obstante, el pasado popular de los fundadores del Grupo Independiente fue determinante desde el primer momento para el rechazo de un pacto, a nivel local de la izquierda con representación municipal. Tanto José Antonio Amate como Diego Cervantes negaron la posibilidad de que se firmara el tripartito, aunque el tiempo y los estatutos de los partidos a los que representan otorgaron la decisión de negociar a las directivas regionales.

Pese a la incredulidad de muchos de que las conversaciones llegaran a buen puerto, y con la negociación iniciada con el PP, Gial también tuvo contactos con el PSOE. Antequera fue el escenario en el que se determinaron las bases que hubieran permitido un gobierno en conjunto. Sin determinar repartos ni responsabilidades, el acercamiento se limitó a plantear los grandes proyectos que para la ciudad podrían ser desbloqueados mediante un trabajo común. 

De forma paralela, el Partido Socialista además hizo frente al reto de convencer e integrar a Izquierda Unida dentro de un Gobierno en el que estuvieran presentes Juan Megino y Diego Cervantes. El apoyo de IU al gobierno tripartito estaba cerrado, según destaca Megino que se le expuso en las conversaciones mantenidas, aunque se limitaba a un apoyo en la investidura de un alcalde socialista, según reconocen los propios dirigentes de PSOE.

El “serio intento” de buscar el tripartito por parte del PSOE, según Diego Cervantes, “les llevó a comunicar lo que no existía”. La callada por respuesta durante el proceso fue la actitud adoptada por Izquierda Unida, primero desde Almería y posteriormente desde la regional, con la finalidad de “no facilitar o ser el culpable de que la derecha gobernara”. 

Encuentros formales en La Marca y otros de casuales en Casa Puga marcaron el inicio de unas conversaciones que llegaron a la Comisión Regional entre las formaciones de izquierdas al mismo nivel que el pacto de Córdoba, aunque “no era comparable, porque GIAL es un partido de derechas, no un grupo independiente, y así lo entendió desde el principio Valderas”.

El silencio del segundo

Clave en el proceso de negociación fue Esteban Rodríguez. Su negativa al pacto, “antinatural” para muchos, con PSOE e Izquierda Unida ha sido descartada desde Gial, aunque mantiene Megino que “quizá hubiera sido necesario un desmentido público para evitar especulaciones”. Precisamente el presidente de la formación independiente resalta la presencia del actual concejal de Medio Ambiente en la reunión de Antequera. Pero su presencia estuvo acompañada por “el silencio del expectante”, según mantiene el secretario de Organización del PSOE en Almería, Diego Asensio, quien considera dicha actitud como indicativo del resultado final. Además, con el voto de Esteban Rodríguez, Luis Rogelio Rodríguez podría conseguir reelegirse como alcalde sin la necesidad del apoyo de Juan Megino.

El pacto fue el resultado de la negociación de alguien “que supo marcar muy bien sus tiempos para hacerse más fuerte”, así lo considera el candidato a la Alcaldía en el Ayuntamiento de Almería por el PSOE en las pasadas elecciones, Nono Amate, lo que le llevó a ser “el gran vencedor de los comicios”. Muy distinta es la visión de Megino, quien destaca el fracaso de bajar en 3 concejales la representación conseguida en 2003; así, la negociación fue “más de corazón que de cabeza”, al decantarse por mantener un pacto que en los 4 años anteriores había tenido muchos altibajos.  

El resultado fue repetir al frente de las Concejalías de Urbanismo y de Medio Ambiente; pero además, añadir a la gestión de los representantes de Gial la Empresa Municipal de la Vivienda y la Empresa Municipal de Infraestructuras y Servicios; áreas que soportan un gran porcentaje del presupuesto municipal. Por otra parte, se impuso la imposibilidad de acceder al reto de la Alcaldía, a la que los electores no le dieron acceso a Gial tras los limitados resultados. 

La vara de mando la tiene tras el pacto Luis Rogelio Rodríguez, que en este camino no hizo más que esperar a llegada de Gial con la aprobación hacia la propuesta consensuada. Su espera se produjo al amparo de doce concejales con ganas de seguir el proyecto inconcluso, y una incertidumbre y nervios compartidos, ante la posibilidad de encontrarse con la espalda de quienes fueron sus socios.


 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2008, en la sección Elecciones


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