La portada es una reproducción de la imagen plasmada en una chapa que editó la Asociación de Periodistas de Almería y en la que se podían leer los hastags utilizados a través de Twitter por los periodistas para reivindicar la profesión y denunciar algunas de las situaciones que se estaban produciendo durante el año. Dicha chapa la vestimos muchos periodistas en todas las manifestaciones, que fueron muchas, y que tuvieron lugar durante los dos años de los que trata el Anuario de 2013.



Índice de esta sección

Papá Estado y mamá Junta, al rescate de los ayuntamientos


  

Lorenzo Robles


Hágalo por mí, por favor


  

Lola González


El profundo agujero de los ´parkings´


  

Mari Carmen Callejón


Abierto al público, pasen y vean


  

Noelia Lázaro




Artículos de este autor

Estrategia a la deriva


2009 | Sociedad



Ley seca... en la calle


2008 | Análisis y Reflexión



Control entre dos orillas


2007 | Sociedad



Abierto al público, pasen y vean


2013 | 



Abierto al público, pasen y vean

Noelia Lázaro
Periodista

Nunca antes el trasiego de vehículos y el murmullo de la gente habían sido tan bien recibidos por los almerienses. La ocasión sin duda lo merecía. El Mercado Central abría sus puertas el 15 de junio de 2012 tras casi tres años de trabajos.

8.000 metros cuadrados distribuidos en dos plantas componen el nuevo Mercado de Abastos en el que se distribuyen 23 puestos de carne, 37 de pescado, 24 de frutas y verduras, 2 de flores y una cafetería. Una ambiciosa remodelación de este monumento almeriense, de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, que ha supuesto una inversión de 15 millones de euros aportados por Ayuntamiento de Almería (un 70%) y Junta de Andalucía (30%).

Su reapertura, por tanto, bien merecía el júbilo de comerciantes, ciudadanos y administraciones. Los primeros han sido sin duda los más castigados en los meses de prolongación de las obras. Desde que en mayo de 2009 el Mercado cerrará sus puertas los tenderos fueron trasladados hasta Carretera de Ronda, a una infraestructura de carácter provisional que para ellos tuvo los tintes de un ‘destierro’. La poca afluencia de clientes hizo caer sus ventas en hasta un 70%. No era difícil encontrar en sus pasillos barracas cerradas ante las pérdidas acumuladas lo que llevó a muchos de ellos a vender sus productos en pequeños arrendamientos ubicados en el entorno de Obispo Orberá. Una práctica que desembocó en algunos casos, en renuncias a sus puestos o en el cierre de negocios por la imposibilidad de hacer frente a los gastos ni a las nuevas tasas acomodadas a los tiempos y nuevos servicios que algunos vendedores han tildado de “inasumibles”. Pero no fueron éstos los únicos afectados. Las obras mermaron la clientela de tiendas cercanas cuyos propietarios han vitoreado, como si del mismísimo Plan Marshall se tratara, la vuelta a la actividad del tradicional mercado, sabedores de la afluencia de almerienses y revitalización de la zona que acarrea. Y no es para menos, pues a nadie se le olvida el incómodo inquilino que se ha colado en nuestras vidas desde hace unos años; la crisis, que sigue haciendo del bolsillo del consumidor su víctima y que hace más difícil si cabe el día a día de comerciantes y resto de actividades productivas.

En segundo lugar, hallamos a los ciudadanos. Felices de volver a un entorno querido por todos, punto de encuentro, fácil comunicación y ligado a la vida comercial de la ciudad. Y finalmente, Junta y Ayuntamiento, quienes entre dimes y diretes han sido capaces de sacar adelante una de las obras de mayor envergadura realizadas en Almería en los últimos años. Y eso, en una tierra acostumbrada a promesas caídas en saco roto, a reproches continuos y atascos insalvables de proyectos emblemáticos es, pese a los meses de retrasos en su conclusión, una gran noticia. Por su parte, el Ayuntamiento deberá ahora cerrar capítulo con el Mercado Provisional que esperan sacar a concesión para su reutilización como zona comercial.

Trascurridos los meses, en el nuevo Mercado Central queda pendiente la puesta en funcionamiento de un supermercado en sus dependencias y también en este tiempo se ha convertido no sólo un punto de referencia para almerienses, sino que su nueva imagen ya atrae a visitantes gracias a su incorporación en las rutas del Área de Turismo y su adhesión a un Código QR que permite descargarse toda la información sobre el inmueble al Smartphone.

Nuevo tiempo, en definitiva, para un viejo enclave que bien podría servir de inspiración para otros tantos siempre pendientes y que ahora más que nunca deberán esperar el paso de recortes, ajustes y austeridades.

 

Compartir

Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2013, en la sección


Si desea realizar un comentario sobre este artículo, recuerde hacerlo siendo respetuoso. Su comentario será validado por el administrador del sitio y publicado siempre que no sea ofensivo para el autor o lector de este artículo.


Autor

Web

Correo

Texto


Los textos recogidos en esta edición digital pertenecen a las ediciones publicadas, en sus respectivos años, del Anuario Crítico de la Asociación de Periodistas y Asociación de la Prensa de Almería | Para ponerse en contacto con nosotros o notificar algún tipo de abuso realizado en los comentarios de los textos publicados, puede escribir a nuestro email info@anuariocritico.es | También puede visitar nuestra web
Página subvencionada por la Diputación Provincial de Almería
Asociación de Periodistas | Asociación de la Prensa de Almería | Pz. San Sebastián, 5, G. Comercial Edf. Concordia, 1,1. 04003 Almería. | © Copyright 2009