La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.

Buenas noticias para el medio ambiente en este mes, y no hablamos de administraciones o grupos ecologistas (encargados de izar esta bandera, en ocasiones, de manera desafortunada), hablamos del legado que dejaremos a nuestros hijos. El Tribunal Supremo anulaba la licencia para construir 300 viviendas y un hotel en Marinas de Aguamarga. Aquí la resolución llegó a tiempo, no como el pronunciamiento de la Audiencia Nacional que defendía el deslinde de 100 metros en El Algarrobico. Noticia que conocimos cuando el complejo cumplía dos años desde la paralización de unas obras casi culminadas. Y como en 2008, el 80% del Parque Natural de Cabo de Gata aún estaba en manos de cuatro empresas, la Administración regional optó por comprar 23 hectáreas en Mónsul y Genoveses. No fueron las únicas novedades que nos dejó el mes del inicio de la campaña electoral para las nacionales y autonómicas, por primera vez, los candidatos andaluces enseñaban sus patrimonios, pudiendo comprobar que la, por entonces, ‘desaceleración’ no había hecho mella en sus bolsillos. Mientras que Arenas defendía el trasvase del Ebro, propuesta que el PP nacional no incluía en su programa, el PSOE traía a la capital a su político más carismático, Felipe González. En estos días la típica pegada de carteles se vio reducida, no por respeto al medio ambiente, sino porque las nuevas tecnologías y los debates televisados se impusieron.