La portada es una reproducción de la imagen plasmada en una chapa que editó la Asociación de Periodistas de Almería y en la que se podían leer los hastags utilizados a través de Twitter por los periodistas para reivindicar la profesión y denunciar algunas de las situaciones que se estaban produciendo durante el año. Dicha chapa la vestimos muchos periodistas en todas las manifestaciones, que fueron muchas, y que tuvieron lugar durante los dos años de los que trata el Anuario de 2013.
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Larga espera para un cortijo
El Cortijo del Fraile se sigue cayendo a pedazos. Durante todo el 2012 y como en años anteriores, los vecinos de Níjar, los visitantes de la Ruta Cinematográfica, los Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y demás simpatizantes, han visto con verdadero estupor cómo el paso del tiempo azotaba este conjunto arquitectónico sin que nadie pusiera remedio alguno para evitarlo. Aún no se conoce el destino del Cortijo del Fraile pero sí parece, o al menos eso intentamos creer una vez más, que el futuro incierto de este espacio almeriense está llegando a su fin.
El día 23 de marzo de 2011 el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía declaraba Bien de Interés Cultural el recinto situado en la localidad de Níjar y formado por una casa de fachada sencilla con viviendas para propietarios y servidumbre, una capilla con bóveda de cañón y retablo en el presbiterio, una pequeña torre campanario, cripta funeraria, patios, cuadras, hornos, pozos y aljibes. La declaración de BIC en la tipología de sitio histórico, se hacía tarde pero auguraba una actuación inmediata para la conservación y salvaguardia de este espacio relevante para la historia cultural y artística de Almería. Dos años después, el cortijo se sigue cayendo a pedazos. No han sido suficientes para frenar su estado ruinoso las sanciones, convenciones, resoluciones, recomentadaciones nacionales e internacionales que existen en favor de la protección de los bienes culturales (y naturales). Pero vayamos por partes. De un lado, se encuentra la Sociedad Agrícola La Unión, propietaria y como tal, responsable de la restauración del conjunto arquitectónico desde hace décadas. La empresa murciana, ha mostrado una total dejadez ante este patrimonio cultural almeriense cuyos recursos naturales de alrededor sí ha venido explotando años atrás. Por otro lado, la Junta de Andalucía mediante la legislación autonómica vigente (Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía) y velando por preservar este tipo de espacios, sancionaba a través de la Consejería de Cultura a la empresa propietaria con la cantidad de 30.000 euros por el reiterado incumplimiento de las medidas de conservación ordenadas por ley. Entretanto, el Ayuntamiento de Níjar (PP), segundo responsable tras la empresa propietaria del mantenimiento del BIC, ante la gravísima situación en la que se encuentra el cortijo recibía la orden de un juez de Almería de adoptar medidas urgentes para conservarlo y recuperarlo tal y como indica la legislación andaluza. Dicho ayuntamiento, incapaz durante estos años de gestionar el asunto, propone la adquisición del cortijo mediante permuta, para entregarlo después a la Junta, anque esta actuación supone la catalogación del inmueble como un sistema general de equipamiento cultural con el consiguiente cambio en el protocolo de actuación acordado. La Junta de Andalucía por su parte, reitera la necesidad de una actuación urgente por parte del Ayuntamiento ya que el estado del conjunto hace peligrar su estructura y el peligro de derrumbe es inminente. Como resultado del trasiego de documentos, papeles, sanciones y demás procedimientos burocráticos entre administraciones, el Cortijo del Fraile se sigue cayendo a pedazos y aún no se han invertido los 10.000 euros necesarios para, al menos, apuntalarlo.
Contextualizando este panorama, se encuentran las leyes nacionales y los pactos, tratados y convenciones internacionales que velan por la salvaguardia del patrimonio cultural. Desde el siglo XIX con la aparición de los estados nacionales surge la idea del patrimonio, de su conservación y su protección y cuyo antecedente se encuentra en la conciencia humanista cuatro siglos antes. Por vez primera en la historia del ser humano se considera necesario investigar, catalogar e incluso coleccionar el patrimonio nacional. Así surgen los primeros recintos para visualizarlo: es el nacimiento de los museos. Doscientos años después, la legislación internacional, nacional y autonómica vela por la salvaguardia de los monumentos, de los bienes culturales y naturales ya que muy pronto, los recursos patrimonializables se hacen extensibles no sólo a objetos históricos y artísticos sino a elementos culturales ya sean materiales o inmateriales. Así se amplía la noción del patrimonio y los conjuntos arquitectónicos, los espacios naturales o el patrimonio etnológico tanto material como inmaterial, empiezan a ser considerados en la legislación que versa sobre el concepto de patrimonio. Dicho esto y frente a los avances legislativos, la situación real no es paralela a las leyes puesto que éstas no se aplican en la práctica. El resultado: el Cortijo del Fraile se sigue cayendo a pedazos.
Ante tal situación tiene lugar la aparición de un agente fundamental en todo este largo proceso que evidencia cómo el avance de la idea de patrimonio tiene que ver más con las personas que con otra cosa. Son ellas las que permiten la transmisión de esos usos culturales heredados. La sociedad civil, los nijareños, los almerienses y los amigos y defensores de la cultura han tenido mucho que decir aquí. Su trabajo constante creando redes sociales, agrupando a los colectivos conocidos como amigos de y la difusión que han realizado de las protestas a través de aplicaciones digitales como youtube, han jugado en todo este año un lugar esencial sobre la concienciación, la protesta y la gestación de un espíritu reivindicativo para conseguir que este legado cultural del que somos herederos no se caiga. Gracias a esas personas y a sus acciones el futuro del Cortijo del Fraile ha contado con una mayor presencia en la sociedad mostrando también la presión que ejercen los medios sobre las decisiones políticas. Charlas, visitas convocadas a través de Facebook, rutas de senderismo o jornadas literarias en los alrededores del cortijo son un ejemplo. En ellas se recitan los textos que Carmen de Burgos ‘Colombine’ (1931) y Federico García Lorca (1933) escribieran inspirándose en los hechos que acontecieron en el cortijo con motivo de una boda pactada por intereses económicos allá por 1928. En este año de acción ha habido artistas que debutaban como protagonistas de documentales y videos sobre el cortijo, periodistas que narraban su historia a los visitantes, viajeros impactados por el mal estado de conservación y que denunciaban en la web la situacion del BIC, anónimos y comprometidos todos los que enamorados del entorno del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar no tienen la voz quebrada a la hora de denunciar que el Cortijo del Fraile se sigue cayendo a pedazos. Parece que comienzan a cambiarse las cosas. Mientras tanto, ahí sigue, esperando.
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