La portada es una reproducción de la imagen plasmada en una chapa que editó la Asociación de Periodistas de Almería y en la que se podían leer los hastags utilizados a través de Twitter por los periodistas para reivindicar la profesión y denunciar algunas de las situaciones que se estaban produciendo durante el año. Dicha chapa la vestimos muchos periodistas en todas las manifestaciones, que fueron muchas, y que tuvieron lugar durante los dos años de los que trata el Anuario de 2013.



Índice de esta sección

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PSOE de Almería, renovarse o morir


  

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PSOE de Almería, renovarse o morir

Iván Gómez
Periodista

“Cuando un partido se da cuenta de que un afiliado se ha convertido de un adepto incondicional a un adepto con reservas tolera esto tan poco que, mediante toda clase de provocaciones y agravios, trata de llevarlo a la defección irrevocable y de convertirlo en adversario; pues tiene la sospecha de que la intención de ver en su credo algo de valor relativo que permite un pro y un contra, un sopesar y un descartar, sea más peligrosa para él que una oposición frontal”. La frase de Friedrich Nietzsche resume la historia reciente del PSOE en la provincia, un partido en el que la pluralidad interna no termina de encajar y cualquier discrepancia en lugar de estimular el combate de las ideas ha acabado enfrentado a personas, grupos y corrientes. Después de una etapa de casi 15 años en las que el partido ha estado en manos del ‘Clan de Cuevas’ (Martín Soler y Diego Asensio), en julio de 2011 se inició un nuevo proyecto político de la mano de José Luis Sánchez Teruel que pretende caracterizarse por la cultura de la participación de los militantes y también de los ciudadanos. La necesidad de revestimiento democrático había llegado a tal extremo, después de que el PSOE almeriense tocara fondo en las elecciones municipales y generales, que la única salida era renovarse o morir.

El exalcalde de Chirivel fue el elegido por la organización provincial y la dirección andaluza que encabeza José Antonio Griñán para adaptar un partido burocratizado en Almería a la sociedad de la segunda década del siglo XXI y el proceso de regeneración socialista, después de los correspondientes congresos provinciales y locales, se culminó en octubre de 2012 con la designación con talante y consenso de las nuevas ejecutivas en el centenar de agrupaciones locales. Tan sólo en unas pocas (Adra y Carboneras) se presentaron dos listas, una clara muestra de la pretensión integradora de la nueva dirección del partido. Antes tuvieron lugar los nombramientos de los delegados territoriales de la Junta, también acordes a las nuevas ideas y actitudes que se quieren impulsar con Sonia Ferrer, hija de una de las socialistas más destacadas de la provincia, capitaneando el barco de la administración andaluza en la provincia. José Luis Sánchez Teruel dispone desde entonces de un partido a su medida para ofrecer una nueva forma de hacer política y cumplir los compromisos por los que llegó a la dirección del partido. Se ha querido romper con el pasado, del que en su día muy pocos renegaron, renovando el formato del partido y recuperando el talento expulsado, agotado, exhausto y aburrido de tanta liturgia política obsesionada con administrar el poder interno en lugar de socializar y politizar las ilusiones y responsabilidades propios de una nueva etapa de visualización política, como bien define el consultor y asesor de comunicación Antonio Gutiérrez-Rubí.

Prietas las filas tras el incesante goteo congresual del último año, se está caminando desde el orden jerárquico y su nervio fidelidad hacia un proyecto de integración que aleje el poder de las ‘cordatas’, como dicen los italianos, familias y sensibilidades en español, que tanto daño han infligido al socialismo en la provincia en los últimos años. Hay un nuevo ecosistema social y ya no vale la repetición de las consignas de siempre ni el paradigma del autobús. El PSOE perdió la batalla en la provincia y si quiere recuperar su papel de protagonista, el que tenía antaño, debe afrontar una serie de desafíos para recuperar la credibilidad de los ciudadanos. “La vieja política está en vías de extinción”. Lo suelta, cada vez que habla de su proyecto, el secretario general de los socialistas. Pero no se refiere a los “viejos” políticos, aquellos que llevan casi toda una vida, como la generación de guerristas que estuvo al frente del partido hace ya 25 años (Nono Amate, Antonio Bonilla, Fernando Martínez lideraron la ejecutiva saliente del Congreso de La Parra) y que ahora siguen aportando su experiencia en primera o segunda línea de batalla. El vino nuevo en los ocres antiguos. Conscientes de la necesidad de una alianza intergeneracional para recuperar la política, su sentido y utilidad, la maquinaria del PSOE de Almería está engrasada. El objetivo es reconquistar la Diputación y los municipios que se perdieron todavía en tiempos de Zapatero. Los obstáculos no son pocos. Escándalos recientes como las facturas falsas del Patronato de Turismo o los cheques desviados en la Delegación Provincial de Medio Ambiente pueden ser decisivos si no se corrigen a tiempo.

Los socialistas deben huir de la confrontación como arma electoral y, en su lucha contra el desguace del Estado del Bienestar, ofrecer alternativas y soluciones a los ciudadanos. Esa es su receta contra lo que se ha venido haciendo mal, la propuesta socialista para resolver el nudo gordiano del PSOE almeriense a la que se sumó Griñán. El discurso político del partido en la provincia necesitaba un rearme conceptual con el que deshacerse del legado de Zapatero, Chaves y el ‘Clan de Cuevas’, basado en la autocrítica y en recuperar el sentido de la política. Con Martín Soler y Diego Asensio todo era positivo, hasta en las derrotas aplastantes. Decía Warren Buffet que “sólo cuando la marea baja se sabe quién nadaba desnudo”. La crisis de resultados y la fuerte contestación interna desnudó a los anteriores líderes y su forma de hacer política. Ahora se promulga un partido de debate interno y externo, de críticas y reproches sin represalias. Entre bueyes no debe haber ‘cornás’ y han sido muchos los heridos de un tiempo a esta parte. Y las miradas no sólo están puestas en el seno de la organización y en lo que ocurre en sus sedes. Donde sólo había luces cortas se han puesto las largas con iniciativas como la Plataforma Andalucía en Acción, las oficinas parlamentarias y los grupos de trabajo contra los desahucios. Sánchez Teruel, Juan Carlos Pérez Navas y Adela Segura son los pilares de un partido que se ha apoyado en históricos dirigentes y jóvenes militantes para salir del pozo y poco a poco remontar el vuelo en la provincia. El desgaste de los recortes del Gobierno y las medidas sociales de la Junta de Andalucía juegan a favor de un PSOE que quiere ser más fuerte, pero que no debe olvidarse, si quiere resultar victorioso, de asignaturas pendientes en la provincia como la Autovía del Mármol, el Cable Inglés o el Cortijo del Fraile. Ya habrá tiempo de volver a mojarse en guerras ajena como la de Rubalcaba o Chacón, lo importante ahora pasa por ofrecerse como una alternativa real que canalice las demandas de los ciudadanos.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2013, en la sección Política


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