La portada es una reproducción de la imagen plasmada en una chapa que editó la Asociación de Periodistas de Almería y en la que se podían leer los hastags utilizados a través de Twitter por los periodistas para reivindicar la profesión y denunciar algunas de las situaciones que se estaban produciendo durante el año. Dicha chapa la vestimos muchos periodistas en todas las manifestaciones, que fueron muchas, y que tuvieron lugar durante los dos años de los que trata el Anuario de 2013.


La Balsa del Sapo, un problema en vías de solución

Juan Arias
Periodista

La problemática de la Balsa del Sapo y sus constantes inundaciones ha sido una de las principales preocupaciones este año de agricultores y vecinos, no sólo de Las Norias, en El Ejido, sino también de municipios aledaños como Vícar o Roquetas de Mar, ya que parte del agua de desagüe de la balsa ha ido a parar a la Rambla del Cañuelo, en Roquetas de Mar, lo que también ha sido perjudicial para los intereses, principalmente, de muchos productores de estos dos municipios.

Desde 2007, la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente ha puesto en marcha instalaciones de bombeo, que están evitando daños mayores en las explotaciones, además de llevar a cabo actuaciones de regeneración ecológica y estudios para la recuperación del acuífero. A día de hoy, las distintas administraciones, principalmente la Junta de Andalucía, siguen apostado por el incremento de los bombeos de agua, por lo menos hasta que el Gobierno central autorice la construcción de forma urgente de un túnel de desagüe hasta el mar, con un emisario de 1.000 a 1.500 metros, que podría ser la solución definitiva a los problemas de la Balsa del Sapo y, por ende, a los de la Rambla del Cañuelo, ya que no vertería ningún tipo de agua. Esta decisión no debería tardar mucho, puesto que se trata de una obra de interés general.

Hasta que llegue ese momento, las últimas inversiones realizadas por la Junta de Andalucía han servido para aliviar la lámina de agua de la Balsa del Sapo, pero con medidas provisionales, como es el incremento del bombeo. La impulsión adicional de la balsa está en funcionamiento desde el pasado día 12 de febrero y con esta solución se está controlando el régimen ordinario de esta instalación y se ha reducido el nivel del agua dos metros. En este sentido, los trabajos han consistido en la construcción de un nuevo sistema de captación de agua junto al ya existente, una nueva estación de bombeo, un edificio de válvulas y un nuevo calderín antiariete. También se ha ampliado la instalación eléctrica, se ha construido una nueva conducción de aguas y una arqueta para el vertido al cauce de la rambla Colomina.

El esfuerzo realizado por la Junta de Andalucía ha sido importante. En este sentido, y según destacó en una visita a El Ejido el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, todas las actuaciones que se han llevado a cabo hasta ahora en la balsa del Sapo, han contado con un presupuesto de 14 millones de euros. Este esfuerzo lo compartirán ahora con los regantes, ya que la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente ha cedido a la Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente Almeriense la gestión del nuevo sistema de impulsión de agua de la balsa del Sapo.

Tapar un agujero para abrir otro

Sin embargo, suele suceder que a veces el remedio es peor que la enfermedad y éste podría ser uno de esos casos. Los bombeos se han incrementado, lo que supone que se extraigan del humedal 680 litros por segundo, pero esa agua salobre no va a parar de manera directa al mar –algo que sí haría si finalmente se construyese el túnel-, sino que va a parar a la Rambla del Cañuelo, en Roquetas de Mar,  lo que supuso inundaciones de caminos rurales y de fincas, con el consiguiente gran perjuicio para los agricultores roqueteros.

Mientras tanto, la Junta de Andalucía ha puesto en marcha el segundo bombeo de la balsa del Sapo -con el que se ha garantizado la seguridad de las personas y de los bienes de Las Norias de Daza-, confiando en que “el Gobierno de España acometerá cuanto antes el proyecto de construcción del túnel de desagüe, que será la solución definitiva al problema de las balsas, ya que los bombeos, con ser importantes, son medidas paliativas”, según destaca el delegado de Agricultura y Medio Ambiente, José Manuel Ortiz.

Sin embargo, no todos tienen tan claro que la mejor solución sea la construcción de un túnel con desagüe al mar. Otros, como por ejemplo, la Federación de Regantes de Almería (FERAL), apuestan por la puesta en marcha de una desalobradora. La propuesta de una planta desalobradora tiene como objetivo fundamental evitar que se vierta directamente al mar el agua sobrante en la balsa del Sapo, como viene sucediendo hasta el momento. Tras la puesta en marcha del nuevo sistema de bombeo, se pueden perder anualmente más de 21.000 millones de litros de agua salobre que podrían destinarse a riegos en la zona del Poniente almeriense y a la recarga de los acuíferos, por lo que desde FERAL apuestan por la construcción de una desalobradora en El Ejido.

No obstante, el futuro de la balsa del Sapo podría estar orientado a la ornitología. Así se desprende de un encuentro mantenido entre empresarios y Ayuntamiento de El Ejido con la problemática de la balsa como telón de fondo. Sobre la mesa, la iniciativa de crear en este humedal un parque ornitológico en el que poner en marcha un centro de interpretación destinado a la divulgación y educación en valores ecológicos. En este sentido, el regidor ejidense, Francisco Góngora, ha explicado que ya han comenzado a darse los primeros pasos con los que se pretende convertir el espacio en un importante referente turístico y pedagógico de la provincia y en el que los visitantes se sientan compenetrados con la naturaleza y la rica fauna ornitológica de la zona. Además, dispondrán de un centro interactivo para la comprensión y la interpretación de la laguna, de su creación desde las primeras extracciones de arcilla, la aparición de las primeras aguas o el establecimiento posterior de las aves y otros animales.

De momento, la balsa del Sapo sigue siendo un problema, pero quizás en un futuro no muy lejano para las Norias de Daza y, para Almería, sea más bien una solución.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2013, en la sección


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