Frente al ordenador. 

Así es como nos encontramos a diario los profesionales de medios de comunicación. Tenemos que escribir para locutar, subir a la web o llevar a imprenta aquello que los espectadores o lectores encontrarán en televisión, radio, periódicos e Internet. 

Un proceso que, cada vez, es menos sencillo. Durante ese período de tiempo se reciben llamadas, visitas a la mesa de personas de ‘rango’ superior que tratan intervenir en nuestro trabajo, etc. El periodista quisiera, entonces, encontrarse en una burbuja, mantenerse aislado y no sufrir interferencias que mermen la finalidad y objetivo que se persigue: informar, y bien. 

Aunque encontremos esos factores externos que tratan de interponerse entre el profesional y su ordenador, debemos obviarlos, espantarlos como si de una mosca que no para de molestar se tratase y continuar con nuestro cometido. Volver al origen de este trabajo y reducir todo aquello que disminuya la fuerza del mensaje entre el emisor y el receptor. 

Escribir, leer, volver a escribir, releer y dar por concluido nuestro texto cuando sólo nosotros estemos seguros de ello, con responsabilidad y profesionalidad. De eso sólo sabemos los periodistas.




Índice de esta sección

La Voz de Almería cumple sus setenta primeros


  

Pedro M. de la Cruz


Cuba: SOS por la libertad de expresión


  

Miguel Galban Gutiérrez


El sistema, contra los periodistas


  

Miguel Ángel Blanco Martín


Soy periodista, ¿y?


  

Julia Millán


Periodismo humano de Pulitzer


  

Noelia Lázaro y Marta Soler


Del Apagón a la ‘TEDETEtización’


  

David Baños


El periodismo, una verdad a medias


  

Marisa Trapero


Información pagada, ¿información publicada?


  

Rosa María Carrillo Pérez


Pesa como una losa


  

Eunate Serrano


Pártete conmigo un cuartito de silencio


  

José Luis López Villalobos


75 años de Radio Almería


  

Francisco Espinar




Artículos de este autor

Soy periodista, ¿y?


2011 | Comunicación y Opinión



Soy periodista, ¿y?


Soy periodista, y un título universitario lo demuestra, pero ¿para qué sirve? porque para conseguir optar a una oposición a determinados puestos en ‘comunicación’ de instituciones, organismo y a la propia administración, bien podría ser cualquier cosa, albañil, camionero, porque lo mismo da, no te exigen tener la titulación de Periodismo.

No es comprensible que exista una carrera universitaria y que luego cualquier otra persona sin ese título pueda tener las mismas opciones para conseguir un puesto de ‘redactor’ en la Diputación de Almería o de ‘Técnico en Comunicación e Imagen’ en  la Autoridad Portuaria.

La convocatoria por parte de la Autoridad Portuaria de Almería de una plaza de Técnico en Comunicación e Imagen señalaba como requisito estar en posesión de cualquier diplomatuRa, ingeniería técnica o formación profesional superior, por lo que tener la licenciatura en Ciencias de la Información o de Comunicación, no era un requisito.

Aún así los periodistas de Almería y otros lugares vimos una buena posibilidad la de presentarse a este concurso-oposición, un buen puesto de trabajo con buen horario, sueldo correcto y estabilidad, ilusión que tardó muy poco en desmoronarse ya que poco después desde el Puerto se afirmaba que esta plaza no era para un periodista, sino para un “comercial”.

Vamos, que estaba clarísimo que ‘Técnico en Comunicación e Imagen’ significa ‘comercial’. Todos entendimos nuestro fallo a la primera, así que el problema lo teníamos nosotros, no el Puerto por ofrecer una plaza con un nombre incorrecto o erróneo en un documento oficial, publicado en un boletín oficial y un texto elabora seguro que por ‘un comercial oficial’.

El año comenzó con esta desilusión para muchos, pero luego vino otra que también ha provocado muchas protestas, y con razón, las plazas de redactor en la Diputación provincial de Almería, institución respetada e importante que está demostrando no respetar a los periodistas ni a la profesión.

Fue en septiembre cuando se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Almería las bases de la convocatoria del concurso - oposición para cubrir cinco plazas de redactor en la Agencia de Comunicación Local (ACL), para lo que sólo se necesita tener título de bachiller o técnico, por lo que la licenciatura en Ciencias de la Información tampoco es exigencia, o sea, volvemos a no ser reconocidos.

La Asociación de la Prensa se movilizó para que se rectificara y se denunció públicamente, sin conseguir el objetivo buscado, ya que la Diputación se negó a ello.

También se ha intentado la impugnación por parte de algunos sindicatos, tanto de Almería como de otras provincias, pero nada, seguimos sin ser escuchados.

La Asociación consulta a su asesoría jurídica pero el informe señala que no hay garantías de conseguir éxito en un proceso judicial. Otro duro golpe.

“Nos encontramos desprotegidos al no existir una ley, ni un reglamento de creación de Colegio de Periodistas en Andalucía, ni estatuto marco, que, entre otras cosas, defina la profesión de periodista” una conclusión de la Asociación de la Prensa, dura y difícil de entender para un periodista, pero así están las cosas, nos encontramos desprotegidos y ni las administraciones, los poderes públicos, son capaces de respetarnos, porque sino se respeta la profesión, no se respetan a los profesionales.

Seamos serios, un puesto de periodista debe ser para un periodista, porque para eso hemos estudiado, nos hemos preparado y de ello vivimos, y como sabemos los que estamos en esta profesión, por vocación. Muy pocos –yo personalmente no conozco a ninguno- lo hacen con la idea de hacerse ricos o famosos.

La profesión tiene de los peores sueldos, por detrás de camareros, carniceros o granjeros (según un ranking de 200 profesiones elaborado por CareerCast) además de tener jornadas laborales largas, duras, trabajar en fin de semana o días de fiesta (para esto no hace falta ni un ranking, ni encuesta, ni estudio), por eso conseguir un puesto con un horario fijo, un sueldo en condiciones, es una buena opción profesional, sobre todo si tenemos una familia, hijos, o queremos tener una vida personal.

Miedo tengo de que un día llegue mi hija y me diga ‘mamá quiero ser periodista’.
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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2011, en la sección Comunicación y Opinión
Palabras clave de este artículo: periodistas  |  oposiciones  |  profesión  |  licenciatura


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