Frente al ordenador. 

Así es como nos encontramos a diario los profesionales de medios de comunicación. Tenemos que escribir para locutar, subir a la web o llevar a imprenta aquello que los espectadores o lectores encontrarán en televisión, radio, periódicos e Internet. 

Un proceso que, cada vez, es menos sencillo. Durante ese período de tiempo se reciben llamadas, visitas a la mesa de personas de ‘rango’ superior que tratan intervenir en nuestro trabajo, etc. El periodista quisiera, entonces, encontrarse en una burbuja, mantenerse aislado y no sufrir interferencias que mermen la finalidad y objetivo que se persigue: informar, y bien. 

Aunque encontremos esos factores externos que tratan de interponerse entre el profesional y su ordenador, debemos obviarlos, espantarlos como si de una mosca que no para de molestar se tratase y continuar con nuestro cometido. Volver al origen de este trabajo y reducir todo aquello que disminuya la fuerza del mensaje entre el emisor y el receptor. 

Escribir, leer, volver a escribir, releer y dar por concluido nuestro texto cuando sólo nosotros estemos seguros de ello, con responsabilidad y profesionalidad. De eso sólo sabemos los periodistas.



Escampa la lluvia de millones extraordinarios


Los fondos anticrisis de Gobierno Central y Junta de Andalucía han aliviado la situación de las arcas municipales durante los dos últimos años, pero en 2011 los ayuntamientos dejan de recibir ese dinero ‘caído del cielo’
 
Las cuentas bancarias de los ayuntamientos almerienses están temblando. Por la denostada crisis económica que ha reducido sus ingresos propios y porque los fondos extraordinarios llegados desde Gobierno Central y Junta de Andalucía se han acabado.
En 2009 y 2010 los millones de euros de los planes estatales y regionales hicieron que miles de almerienses en paro pudieran ser contratados por las empresas adjudicatarias de los proyectos municipales. Pero este año esa opción para los desempleados de la provincia ha desaparecido.

Las arcas de los ejecutivos encabezados por Zapatero y Griñán ya no dan más de sí y no se pueden permitir otro ejercicio con esas altas cantidades de dinero enviadas a los ayuntamientos. Así que los equipos de gobierno locales, tanto los actuales como los que salgan de las urnas del mes de mayo, han de afrontar un 2011 sin esperar los millones llegados desde Madrid y Sevilla.
 
La ‘generosidad’ de Zapatero

El Gobierno Central ejecutó en 2009 el Fondo Estatal de Inversión Local, del cual llegaron a la provincia almeriense 114,4 millones de euros, que sirvieron para contratar a más de 5.000 desempleados y poner en marcha 377 proyectos. En aquella primera edición se trataba de obras, de actuaciones relacionadas con el sector de la construcción, ya fuera para nuevos edificios municipales o para mejorar el estado de los que ya había. Porque el objetivo era rescatar del paro a miles de trabajadores de la provincia que los años anteriores habían sido empleados por empresas del ladrillo.

El año pasado el ejecutivo de Zapatero cambió la etiqueta de esta iniciativa extraordinaria y la llamó Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local. 72,2 millones de euros fueron asignados a los 102 ayuntamientos almerienses, los cuales podían destinar hasta el 20% del dinero que iban a recibir a sufragar los llamados gastos sociales. Sólo 26 lo hicieron y la mayoría de ellos están entre los que cuentan con más población.

Y es que los consistorios más pequeños decidieron, por segundo año consecutivo, gastar esos miles de euros no esperados en proyectos de construcción que quizás no podrían abordar sin los fondos anticrisis. Varios ejemplos: recuperación paisajística y embellecimiento de los accesos a parque turístico y biosaludable en Albanchez (78.000 euros); adaptación de local sin uso a escuela municipal de música en Huécija (57.297 euros); o la limpieza y acondicionamiento de barrancos y ramblas en Senés (28.139).
Por su parte, los equipos de gobierno locales de los municipios más grandes han destinado parte del fondo estatal a gastos relacionados con el mantenimiento y limpieza de centros educativos; servicios de ayuda a domicilio para personas dependientes; programas de prevención de la drogadicción; proyectos de integración de la población inmigrante; gastos de personal; escuelas de verano; o para mejorar el acceso a las nuevas tecnologías de grupos de población en riesgo de exclusión social.
 
Griñán también tiene su plan

La Junta de Andalucía también quiso ‘arrimar el hombro’ en la lucha contra el desempleo y aprobó el Programa de Transición al Empleo (Proteja) y las Medidas Extraordinarias para la Mejora de la Empleabilidad de las Personas Demandantes de Empleo (Memta).
 
En el primer caso, el gobierno regional destinó en 2009 casi 25 millones de euros a la provincia almeriense y el año pasado algo más de 14 millones de euros. Este dinero fue utilizado por los ayuntamientos para, principalmente, adjudicar proyectos públicos que propiciaran la contratación del mayor número posible de desempleados. Parados procedentes, sobre todo, del sector de la construcción, el más castigado en una provincia que también ha abusado en los últimos años del ladrillo como fuente de ingresos para las familias.

A diferencia de los fondos estatales, desde la Junta de Andalucía se ha querido poner el acento también en la formación de los desempleados para que puedan buscar trabajo en otros sectores distintos al suyo de origen. De esta forma, ha habido cientos de cursos en los que se ha buscado el reciclado de los parados para que tengan un futuro laboral más esperanzador que el actual.
 
La incógnita a corto plazo

Ahora que los fondos extraordinarios se han acabado, la incógnita a corto plazo pasa por ver cómo afrontarán los ayuntamientos almerienses las dificultades económicas que todavía marcan su día a día y que impiden la puesta en marcha de nuevos proyectos municipales y, en algunos casos, las obligaciones mensuales con los trabajadores que desarrollan los servicios públicos locales.
Porque al final se trata de eso. De que miles de familias almerienses que han dependido del sueldo procedente de la empresa privada puedan hacerlo ahora del llamado erario público; y de que otras tantas puedan seguir llegando a final de mes porque el ayuntamiento no ha dejado de pagar la nómina.
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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2011, en la sección Política y Gestión
Palabras clave de este artículo: fondos  |  ayuntamientos  |  menta  |  ayudas


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