La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.



Índice de esta sección

El annus horribilis del Hospital de Poniente


  

Almudena Fernández Villegas


Almería también tiene banlieues


  

Antonia Sánchez Villanueva


Receta contra las agresiones médicas


  

Sonia Arráez Fernández


Vícitmas por partida doble


  

María José Uroz


La vuelta a casa tras 10 años de exilio


  

María del Mar Carrillo


De las miserias compartidas


  

Javier Pajarón


Juanma necesita ayuda


  

Noelia Mengíbar


Torrecárdenas: 25 años de cara y cruz


  

María Medina


Jugar a los médicos


  

Francisco Molina


Estrategia a la deriva


  

Noelia Lázaro




Artículos de este autor

La vuelta a casa tras 10 años de exilio


2009 | Sociedad



Envejecimiento activo, un reto para la comunicación


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15M: La indignación continúa


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La vuelta a casa tras 10 años de exilio


Más de 1.000 estudiantes de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, así como una centena de docentes y un buen grupo de trabajadores de administración y limpieza han comenzado el presente curso escolar en un nuevo y moderno centro educativo. La actual consejera de Educación, Teresa Jiménez, fue la encargada de inaugurar, en noviembre pasado, las instalaciones del Instituto de Educación Secundaria Alhamilla, un auténtico emblema en el panorama educativo de la ciudad cuya primera apertura se remonta a 1951. Desde aquellos años cincuenta hasta la madrugada del 2 al 3 de  febrero de 1999, el centro había visto formarse a miles de almerienses, acoplándose a las circunstancias impuestas por las diferentes administraciones, sirviendo a la sociedad desde un lugar privilegiado de la ciudad. Pero la caída de un falso techo en una de sus aulas, en esa madrugada de febrero de 1999, truncó el devenir del Instituto, que cesó casi totalmente su actividad durante diez años.

“En mi opinión, quizás se tomó precipitadamente la decisión del desalojo. Además, se apostó por un proyecto sobredimensionado lo que pudo llevar a que la Consejería tuviera problemas económicos para abordarlo”. Estas son algunas de las razones que esboza el director del IES Alhamilla, Jesús E. Rodríguez, para explicar los diez años de “exilio” que ha sufrido la comunidad educativa del instituto. 

Alumnos y profesores fueron trasladados a diferentes espacios en la ciudad, situación que acarreó problemas de diferentes tipos. Mientras que la Secundaria y el Bachiller se alojaron en las instalaciones del Hogar Provincial de la Diputación de Almería (Carretera de Ronda), parte de la Formación Profesional continuó impartiéndose en una zona en uso del centro y los talleres pesados de construcciones metálicas se trasladaron a Cortijo Grande, donde siguen estando ya que el proyecto del nuevo complejo educativo contempla también unas nuevas instalaciones en este lugar.

La Dirección del IES y la Asociación de Madres y Padres coinciden en que las consecuencias más negativas de esta dispersión fueron las relacionadas con la falta de adecuación de los espacios “provisionales” para poder ejercer con normalidad la labor educativa.  José Rodríguez, presidente de la AMPA del IES Alhamilla, explica que, por ejemplo, en el patio de las instalaciones del Hogar Provincial coincidían los alumnos con personas que no formaban parte de la comunidad educativa, por lo que los vigilantes veían dificultada su actividad a la hora de dejar entrar y salir del recinto. Además, las instalaciones estaban defectuosas, con mala electrificación y aseos en no muy buenas condiciones, entre otras carencias. 

En un cajón

No obstante, las movilizaciones no comenzarían hasta unos cinco años después, cuando una situación que se suponía iba a ser “provisional” parecía no empezar a solventarse nunca. Toda la comunidad educativa se unió para exigir que comenzaran las obras del nuevo centro, unas reivindicaciones impulsadas por los padres y que llevaron a cortar carreteras y manifestarse ante los pertinentes responsables políticos. “A mí me da la sensación de que durante unos años el proyecto se mete en un cajón, ya que fue la voluntad de una persona y su equipo lo que hizo que todo empezara a ponerse en marcha”, señala el director del IES. Fernando Contreras llega a la dirección del Ente Público de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE) de la Junta de Andalucía, y es entonces cuando se agiliza la construcción del edificio. “Por primera vez y con claridad nos reunimos todos, también con el delegado de Educación Francisco Maldonado, y vemos que el edificio se va a hacer”, destaca Rodríguez.

Tampoco ha sido un camino de rosas el proceso de construcción, desde que la entonces consejera, Cándida Martínez, pusiera la primera piedra del edificio (en febrero de 2006), hasta su inauguración en noviembre de 2008, se sucedieron una serie de problemas técnicos que acarrearon más protestas por parte de los padres. Tanto las familias del propio IES como las del centro desde donde llegan la mayoría de alumnos al Alhamilla, el Colegio Luis Siret, no cesaron en su empeño hasta ver construido el edificio.

“Ahora estamos como un niño con zapatos nuevos. Aunque ha costado mucho trabajo ponerlo en marcha, ya que hemos empezado sin perder ni un solo día de clase”, subraya satisfecho el director del IES. 

El nuevo complejo

Las nuevas instalaciones, en cuya obra y equipamiento se ha invertido 8,4 millones de euros, cuentan con cinco plantas y una superficie de 9.700 metros. Asimismo, albergan diez aulas de Educación Secundaria Obligatoria, ocho de Bachillerato y nueve Ciclos Formativos de Grado Medio y Grado Superior, además de aulas específicas de tecnología, informática y dibujo. Las instalaciones destinadas a la enseñanza se completan con un taller de tecnología, laboratorios, biblioteca, diez seminarios y gimnasio. Por su parte, en la zona administrativa están ubicados los despachos para el director, el jefe de estudios, el secretario y el orientador, además de las salas de profesores, asociación de padres y madres, y de alumnos. Por otro lado, el centro está dotado de espacios libres para uso deportivo y de recreo.

El antiguo Pórtico

Otra de las polémicas surgidas en torno a las obras del IES Alhamilla ha sido la referente al uso y ubicación de su antiguo pórtico. Colocado finalmente en la glorieta de la Avenida del Mediterráneo, a la altura del Hotel Elba, se ha especulado sobre la posibilidad de que siguiera formando parte del centro reconstruido. Según el director, Jesús E. Rodríguez, “la mayoría de los miembros del Consejo Escolar de aquellos momentos pensó que lo ideal sería que quedara en el interior del centro”. Aunque afirma que es entendible que el arquitecto no lo incluyera en su proyecto, sugiere que éste podría haberse quedado en el patio, por ejemplo, como posible fondo de escenario para espectáculos. “El valor de la portada no es tanto arquitectónico como sentimental, ya que la antigua escuela de Formación Profesional tuvo un valor muy reconocido entre los almerienses, independientemente de cuándo y en qué régimen se construyera. Muchos chavales pudieron estudiar gracias a ella”, explica el director del IES.

 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2009, en la sección Sociedad


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