La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.



Índice de esta sección

El Siglo de Oro, ¿recurso turístico?


  

Antonio Verdegay Flores


El ocaso de las salas de cine


  

Eduardo D. Vicente


El rostro de Nerea. Perfil de Nerea Camacho


  

Juan Gabriel García


El Ejido, aventura festivalera


  

Pilar de Rojas


Nicolás Salmerón: 100 años de olvido


  

José Bono Martínez


Sus brazos, dos ramas de olivo


  

Marta Rodríguez




Artículos de este autor

El ocaso de las salas de cine


2009 | Cultura



El paraíso olvidado


2008 | Crítica y Opinión



Prosperidad frente a nostalgia


2011 | Política y Gestión



El ocaso de las salas de cine


El derribo del edificio del Centro Cinematográfico, previsto para la próxima semana, terminará con la historia del último gran local que se construyó en la capital. Fue el 19 de marzo de 1980 cuando abrió sus puertas, ofreciendo al público dos salas, ‘A’ y ‘B’.

A pesar de la arriesgada apuesta que realizó su empresario, el negocio no consiguió la rentabilidad necesaria para sobrevivir en tiempos complicados. Su apertura coincidió con la llegada al mercado de los vídeos caseros, la gran revolución de los ochenta que terminó convirtiéndose en una losa para las salas de cine.

Desde entonces, casi treinta locales, entre salas y terrazas, han ido quedándose en el camino, víctimas de una crisis a la que sólo ha logrado sobrevivir el viejo teatro ‘Cervantes’, que sigue en activo, compitiendo con las multisalas del centro comercial Alcampo.

La época dorada para los cines en Almería fue sin duda la década de los años cincuenta. Después de la Guerra Civil siguieron en pie locales como el Hesperia y el Cervantes y las terrazas de verano del Tiro Nacional, Imperial, Variedades y España,

A comienzos de los cincuenta llegó la fiebre cinematográfica, coincidiendo con una etapa de resurgimiento económico después de los oscuros años de la posguerra. Primero apareció la terraza Moderno, junto a la plaza del ayuntamiento. Fue la primera apuesta del empresario de Alhama, Juan Asensio Artés, padre del desaparecido Juan Asensio Rodríguez, durante tanto tiempo magnate de los cines en Almería.

En noviembre de 1953 nace el cine Pavía, el primer centro cerrado que se construye en una barriada de la ciudad, y dos años después, en abril de 1955, Asensio sorprende erigiendo, en el corazón del Barrio Alto, por entonces una de las zonas más deprimidas de la ciudad, el Monumental. Fue una gran obra que terminó en un edificio de tres plantas y cine de gran aforo gracias a un amplio patio de butacas y al gallinero que se habilitó en el piso de arriba.

La apuesta del cine Liszt

En el centro de la ciudad competían el Cervantes, el Hesperia y el Apolo, que empezó como teatro y terminó derivando a cine. 

En 1957 aparece otro en escena, el Liszt. El empresario de la construcción Alejandro Gutiérrez López, construyó un cine de lujo en la calle Torres, entre la Plaza Flores y la Plaza San Pedro. El local contó en su inauguración, el 9 de diciembre de 1957, con 622 butacas repartidas en dos alturas. La sala se caracterizó, en sus más de treinta años de vida, por la extraordinaria visión que ofrecía desdesde cualquier punto.

Eran tiempos de estrenos de grandes susperproducciones, en los que el cine era el principal entretenimiento de la gente. Los sábados y domingos había que guardar cola par sacar una entrada. La demanda era tan importante que algunos empresarios optaron por vender localidades de forma anticipada en las taquillas improvisadas de conocidos cafés del Paseo.

Uno de los acontecimientos que mayor expectación despertaron en la ciudad fue el estreno de la película ‘La Violetera’, con Sara Montiel y Raf Vallone. Fue la que eligió el cine Imperial para abrir sus puertas el 15 de enero de 1959. Las colas para conseguir una entrada, en los primeros días, llegaban hasta la Puerta de Purchena.

El negocio del cine era una apuesta segura y seguían proliferando los locales por el centro y en los barrios. El 10 de abril de 1959 se inauguraba el cine Roma, en la calle de la Reina, otra sala de lujo que contó, en los primeros años, con terraza de verano.

El Reyes Católicos

En febrero de 1961 se terminó de construir el edificio ‘Santa Isabel’, un piso moderno, obra de los arquitectos Manuel Herrero Palacios y Guillermo Langle Rubio, en el centro de la calle Reyes Católicos. Unas semanas después, el empresario Fernando Espa Cuenca abría en la planta baja del edificio el cine Reyes Católicos, que presentaba como gran novedad del momento, el sonido estereofónico magnético a cuatro bandas.

A finales de los sesenta el empresario Juan Asensio Rodríguez realizó su gran obra: el cine Moderno. Partió de la terraza y levantó un gran edificio con sala de invierno abajo y local de verano arriba, en el ático, con vistas privilegiadas a La Alcazaba y el cerrro de San Cristóbal. El Moderno marcó una época. Fue el primer y el único cine  que estableció funciones infantiles, los domingos a las 12 horas.

En la Transición florecieron algunos locales importantes: el Gelu, en la calle González Garbín, fue primero un cine de culto de cinéfilos y después la primera sala que proyectó películas pornográficas.

En 1975 apareció el Emperador, como un atractivo más dentro del recién inaugurado Centro Comercial Altamira y en 1980, el malogrado Centro Cinematográfico, cuyo edificio será derruido próximamente, y el cine Concordia, situado en una travesía de la calle Javier Sanz..

Los primeros cines de Almería

Sobre una pared encalada de la calle Aguilar de Campoó, frente a la puerta del Mercado Central y junto a la actual Joyería Regente, se proyectaban imágenes sin movimiento ni sonido hacia 1915. La máquina, a modo de linterna, reflejaba las escenas que un locutor iba narrando al público a modo de historietas. Aquí nacieron los primeros escarceos de cine público que se recuerdan, aunque en aquella época familias de la alta burguesía de la ciudad ya disfrutaban de proyectores adquiridos en Inglaterra donde veían las primeras películas de Chaplin en reuniones nocturnas.

Uno de los primeros cines que hubo en la ciudad, quizá el primero, fue el Teatro-Circo Variedades. Estaba situado en un amplio solar del Paseo, donde hoy se levantan el Hotel Costasol y la Delegación de Hacienda. En los años veinte daba funciones los jueves y los domingos. Eran películas de cine mudo que se ofrecían al público por episodios.

De la misma época es el Trianón, frente a la Plaza Circular donde hoy está el edificio de la Seguridad Social. Era un local muy primitivo: cuatro paredes, un pantalla y dos filas de bancos de madera hechos de tablas, que hacían de asientos. Frente al cine, donde está el chalet de la ‘Casa Vasca’ abrieron la primera terraza de verano que hubo en la ciudad.

También en los años veinte se construyó el Teatro Cervantes, aunque tendrían que pasar décadas para que empezara a funcionar como cine. Fue un caso similar al del Apolo, construido para montar obras de teatro, pero que después se fue transformando en una sala de cine.

En 1925 apareció el Hesperia, que fue la sala pionera en las proyecciones de cine sonoro. Hacía 1930, llegó la primera película hablada que se estrenaba en la ciudad. La cinta escogida fue ‘El desfile del amor’, del director Ernst Lubitsch, protagonizada por dos estrellas de la época como Maurice Chevalier y Jeanette MacDonald.

Al estreno, que fue un acontecimiento en la ciudad, acudieron las principales autoridades y una banda de música.

El cine de la Guerra Civil

En los años de la guerra se cerraron las salas de cine. Algunas se utilizaron para almacén de víveres. Las únicas películas que se pudieron ver entre 1936 y 1939 fueron los documentales de propaganda marxista que enviaban desde el Ministerio de Cultura de la República. Aquellas cintas intentaban levantar el ánimo de la población, con arengas que aseguraban la inminente victoria del ejército republicano. Un viejo edificio de la calle Pedro Jover, cerca de la Avenida del Mar, se habilitó como sala de cine con el nombre de Katiuska. 

Como no había asientos suficientes para que todo el público pudiera estar sentado durante el espectáculo, era muy habitual ver a la gente tirando de la silla que se llevaban de sus casas. 

En los años de posguerra se hizo muy popular ‘El Tiro Nacional’, una gran terraza que se habilitó en uno de los descampados que se prolongaban en lo que hoy es la Avenida de la Estación. Allí llegaban los circos, se daban mítines franquistas, se hacían bailes populares y hasta se ofrecían acaloradas veladas de boxeo. En verano, se convertía en terraza de cine. Después, con el paso de los años, las terrazas se fueron generalizando y afloraron por casi todos los barrios de la ciudad. Pescadería tuvo la de ‘San Roque’, conocida popularmente como ‘El Jurelico’. En Los Molinos abrieron la terraza ‘Las Delicias’, ‘Los Pinares’ frente a la Bola Azul, ‘Bahía’ en el Zapillo, y ‘San Miguel’ en Ciudad Jardín.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2009, en la sección Cultura


Estupendo documento sobre el cine en Almería. ¿Me podrían proporcionar más bibliografía? Estoy escribiendo sobre los cines de Almería en los años 60. Muchas gracias.
Comentario realizado por: 

Luis Martínez Reche

 | 15/10/2013  | Email pirlampasreche@gmail.com

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