La Portada está fundamentada en dos elementos principales. Por un lado, un fondo de color negro reforzando la idea de ´Año Negro de la Prensa de Almería´, en cuyo conjunto se pueden leer algunas de las muchas circunstancias que ha tenido que sufrir el colectivo en el 2008. Por otro lado, la imagen procura representar la presión que sufren los informadores por parte de diversos sectores, y la precariedad laboral de muchos de los periodistas. 

En la fotografía, se representa a un profesional almeriense intentando realizar su trabajo, con los bolsillos sacados simbolizando ruina y las carencias que sufre en su puesto de trabajo. También hay dos hombres de corbata que simbolizan los grupos de presión. Éstos tienen los bolsillos llenos de dinero y, por ello, tiran de los brazos del periodista para manipular a su antojo la información que ha de salir publicada en el medio que ampara al periodista. 

* Joaquín Navarro, autor de la portada del `Anuario Crítico de Almería 2009´, trabajó como diseñador y maquetador en el desaparecido `Diario de Almería´, uno de los medios almerienses (junto con `El Director Económico´y `El Mundo Almería´) que cerró durante 2008. Situación que queda reflejada en la página principal de esta publicación.



Índice de esta sección

Urbanismo bajo sospecha… pero sigue siendo el rey


  

José María Granados


Lo que el ladrillo se llevó


  

Manuel León


Sueños entre escombros


  

Lorenzo Robles


Proceso de ruptura pactado


  

Miguel Ángel Blanco Martín


No hay mal que por bien no venga


  

Antonio Fernández


Matar la gallina de los huevos de oro


  

Anuska Benítez Fernández


"The End" en Palomares


  

Rosa María Carrillo Pérez




Artículos de este autor

Urbanismo bajo sospecha… pero sigue siendo el rey


2009 | Urbanismo y medio ambiente



El Ejido conquista la Diputación


2008 | Elecciones



La vida es una tómbola


2007 | Almería y provincia



Treinta y nueve años y un día…


2013 | Comunicación



Urbanismo bajo sospecha… pero sigue siendo el rey


Seguro que seguirá pasando el tiempo y, como sucede ahora, seremos testigos de planteamientos de buena voluntad, y de entonaciones políticas del estilo de “hay que cambiar la Ley”. Pero ni las normas cambiarán ni lo harán los políticos con posibilidades de mando. Después de 30 años de democracia municipal ­–las primeras elecciones municipales fueron en 1979 y los primeros alcaldes democráticos presidieron las corporaciones en abril de ese año– ningún periodista conoce el caso de que a la hora de mandar alguien se peleara por conseguir Bienestar Social, Mujer, Vecinos o incluso Cultura. La estrella, desde el 79 –en el siglo pasado– a nuestros días ha sido y es el Urbanismo. No hay ayuntamiento que se precie, en el que el responsable de esa área se auto considere el rey de corral municipal y, en algunos casos, con tan poquitos votos como para ser el único de su partido en estar en la Corporación.

Almería, la provincia, no ha estado exenta hasta de casos de presumible corrupciones urbanísticas, de escándalos y pseudo escándalos relacionados con el ladrillo y la expansión vertical y milagrosa del terreno y, por supuesto, de personajes y personajillos dispuestos a hacer fortuna con el apoyo de unos votos populares –a veces los de su propia familia bastaban- y un rostro no solo duro, sino también inmenso. A lo largo de los últimos años –desde el mismo 1979– los medios de comunicación han mostrado algunas situaciones digamos que “especiales” y algunas de ellas han tenido incluso una respuesta política fulminante, si bien es verdad que han abundado más las situaciones de sospecha y de irregularidad.

En los últimos meses, la referencia exacta del ámbito que recoge este anuario, una serie de casos han elevado a la fama pública a municipios en principio tan profundamente desconocidos como Albox, Gádor, Zurgena, Albox, Níjar, Mojácar, Vera, Huércal-Overa, Garrucha, Roquetas de Mar… y seguro que muchos más que irán aflorando si es que hay interés en que afloren. Ocurre, en principio, que buena parte de las actuaciones urbanísticas que luego han sido denunciadas como irregulares, han provocado épocas de vacas gordas en los municipios afectados, y eso, a los ojos de muchos, es suficiente justificación para lo ocurrido. No se trata de que una serie de nombres propios se hayan enriquecido a costa de aprovechar su propia situación, sino de que, para muchos, del empobrecimiento posterior del municipio la culpa es de otros. Se aplaude en muchos casos al infractor, al sinvergüenza, al que no ha cumplido con la legalidad, y se critica la justicia y su actuación. Ejemplos los hay dentro y fuera de esta geografía provincial cuyo territorio trata ahora de ordenarse y el que más o el que menos ya ha sido testigo de poco menos la salida a hombros de determinados responsables políticos que han pasado por el juez y después por la cárcel.

 

El costurón de Zurgena

Empezaba el mes de abril cuando  el municipio de Zurgena se situó en el mapa nacional por obra y gracias de un escándalo urbanístico. Un pueblo que no llega a los 3.000 habitantes accedía de la noche a la mañana a la fama. Su alcalde, el andalucista Cándido Trabalón, era detenido  y acusado de los delitos de prevaricación, cohecho y contra la ordenación del territorio, dentro de la operación desarrollada contra presuntas irregularidades urbanísticas en la comarca del Almanzora. La construcción de media docena de promociones de viviendas en suelos calificados como rústicos, puso en marcha una investigación policial coordinada por el Fiscal de Medio Ambiente de Almería conocida como ‘Operación Costurero’ que, en un principio, provocaba un buen costurón en el municipio de Zurgena con la detención de cinco personas y el registro del Ayuntamiento de Zurgena y de promotoras, constructoras y estudios de arquitectura situados en los municipios de Albox, Huércal-Overa y Zurgena. También se detuvo al concejal de Urbanismo Manuel Tijeras, también del Partido Andalucista, al arquitecto municipal, Carlos Berbel, el arquitecto técnico y un constructor de la comarca. Durante los diferentes registros los agentes se apoderaron de decenas de cajas repletas de expedientes, proyectos, licencias de obras y convenios urbanísticos suscritos por el Ayuntamiento de Zurgena, así como equipos informáticos e información diversa encontrada en las oficinas de una empresa promotora de Huércal-Overa.

Con la operación en marcha, las diligencias incoadas por la Fiscalía de Medio Ambiente  elevó a 24 el número de imputados por presunta corrupción urbanística en Zurgena, el séptimo fue el de la ex secretaria municipal Trinidad Lidueña, a la que se acusó de prevaricar y delinquir contra la ordenación del territorio en la tramitación de expedientes desde el año 2004 para autorizar la construcción de más de un millar de viviendas sobre suelo rústico, en seis pedanías del término municipal de apenas 2.800 habitantes. La investigación imputa a otros 17 implicados los mismos delitos que a la ex funcionaria del Ayuntamiento zurgenero, a cuyos concejales en la anterior corporación -tres más del Partido Andalucista y cuatro del PSOE- señalan como implicados por haber emitido voto favorable en pleno a los proyectos urbanísticos promovidos por el Ayuntamiento y 25 empresas.

 

Desastre

El desastre urbanístico de Almería, una provincia en la que los Planes Generales de Ordenación Urbana, las Normas Subsidiarias y otras figuras jurídicas de planificación territorial no han cumplido nunca con las expectativas que levantaba su anuncio, no ha conseguido pararse con el tiempo. Los errores del falso desarrollismo de las últimas décadas del siglo pasado, se han mantenido en muchos casos en pleno siglo XXI hasta que ha llegado esta crisis que parece que se va a cargar a los falsos profesionales del urbanismo y de la urbanización y, de paso, a algunos espabilados que, amparados en su condición de representantes de los ciudadanos, han actuado como les ha venido en gana y ahora tienen que responder ante la justicia.

Y es que no ha sido solo el afán por enriquecerse, sino también el que el asunto llevara su firma. En ocasiones, todo ha terminado en agua de borrajas tras sonoros acontecimientos y, en otras, se sigue a la espera de la velocidad judicial, toda una incógnita. Aunque la mayoría de la veces, el escándalo ha estado en otras cosas. ¿Cómo explicar que si el precio de los materiales es el mismo –según la calidad, eso sí- en Almería que en Somontín ; el convenio colectivo de ámbito provincial y los proyectos del mismo arquitecto y con el mismo visado, pueda costar un potosí la vivienda en la capital y bastante menos en el otro lugar. Claro, el precio del suelo. ¿Y quién se lo pone? ¿Cómo se hace? ¿Qué tipo de información circula para poder seleccionar? ¿Cómo se paga eso? ¿Se paga de verdad? ¿Se cobra? ¿Aflora todo? ¿Se ve sólo la punta del iceberg?

Pero ojo, olvidemos la iniciativa privada y vayamos a la pública. Aunque esas parcelas hayan sido de propiedad municipal toda la vida, hay ayuntamientos en esta bendita tierra que también han especulado y en lugar de procurar una vivienda digna a sus ciudadanos, han sacado su venta al mejor postor; ayuntamientos que han subastado terrenos en lugar de procurar que todos sus vecinos pudieran acceder a una vivienda. Este si es el gran escándalo de este tiempo por más sorteos para jóvenes y mayores que se hayan producido. Las personas no pueden estar a expensas de la fortuna para tener una casa, aunque haya quienes piensen que más que estar a expensas de la suerte hay que hacer fortuna.  Es inmoral que desde un Ayuntamiento, y con las carencias existentes, se juegue a ser especulador.

Cuando la justicia deje cada caso en su sitio –sinvergüenzas hay en todos sitios y no todos los imputados en casos urbanísticos lo son- seguramente habrá que refrescar memorias y hasta hacer historia para que los que estén sepan de qué va la cosa. El paso del tiempo es la mejor medicina para fortalecer el olvido y, mientras hace su cometido, nos salpican pequeñas anécdotas que nos entretienen, como esa casa de Vera echada abajo; esas viviendas de Albox levantadas en no se sabe dónde y esas otras licencias con más agarre político que legal. También hay centros comerciales que se salvan porque el mal ya está hecho y tirarlos supone dejar en la calle a cientos de trabajadores y también hay errores que se intentan ahora subsanar pagando con dinero de todos lo que la administración consintió.

Casos

En la provincia de Almería se mantienen en este momento un importante número de casos en espera de una respuesta judicial. A nivel nacional se reconoce a la provincia por la  mole del hotel edificado y abandonado en en la playa de El Algarrobico, convertido en el símbolo de la ocupación urbanística ilegal. Pero hay algunos ejemplos más como:

Ohanes: El ex regidor socialista Juan Francisco Sierra está acusado de un presunto delito de cohecho por recibir dinero de un constructor a cambio de favores urbanísticos.

Zurgena: El alcalde del PA Cándido Trabalón está acusado de prevaricación, cohecho y contra la ordenación del territorio por permitir 1.300 chalés en suelo no urbanizable.

Níjar: Convenio que cuadruplicó la edificabilidad en Agua Amarga. 

Huércal Overa: Trama en la que hay 23 imputados por prevaricación, cohecho y tráfico de influencias.

Vera: La Fiscalía ha remitido al Juzgado las diligencias. Para investigar una presunta trama urbanística en el municipio, cuyo Ayuntamiento, gestionado por el alcalde PA Félix López, habría recalificado terrenos a cambio de comisiones.

Sorbas: El Juzgado ha imputado al alcalde de Sorbas, el popular José Fernández, como presunto autor de un delito de prevaricación y otro contra la ordenación del territorio al, supuestamente, autorizar la construcción de ocho viviendas en suelo rústico.

Y es que el urbanismo sigue siendo el rey. Lo seguirá siendo por mucho tiempo, con burbuja sin ella, con suelo público y suelo privado, con solares o sin ellos… Vendrá más elecciones y habrá tortas por coger competencias en esa materia, aun vendiendo el alma o el escaño al diablo. ¿No lo creen? Revisen la cronología de este anuario… o mejor, repasen la de todos los anuarios editados. Verán como el urbanismo está bajo sospecha… pero sigue siendo el rey.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2009, en la sección Urbanismo y medio ambiente


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