Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa". 

La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.



Índice de esta sección

Los medios ante la violencia de género


  

María del Mar Segura


Medios sin tacto


  

Ana López Otero


Una asignatura pendiente


  

Manuel Carretero


Informadores gráficos, trabajadores de segunda


  

Carlos Barba


El reto del quinto periódico


  

Alberto Gutiérrez


La mirada compartida del Consejo Audiovisual y los periodistas de Almería


  

Eduardo Castro


Multimedia, ¿multi... qué?


  

María del Mar Díez


Informando en precario


  

Blanca Aneas


A dos años de la TDT


  

Antonio Torres


Protagonistas de la Transición


  

María del Mar Blanco


Las viñetas de la discordia


  

Ana Almansa




Artículos de este autor

Informando en precario


2008 | Comunicación



El timo de las estampitas


2007 | Economía



Informando en precario


Los periodistas nos afanamos en contar cada día a nuestros lectores, oyentes y espectadores las sinrazones e injusticias que pueblan el mundo en que vivimos. Ofrecemos un altavoz inigualable para que colectivos de la más diversa índole, tengan la oportunidad de hacerse escuchar y dar a conocer su situación a quien quiera oírles. Porque, ya saben lo que no sale en la tele, no se oye en la radio o no se lee en el periódico o en Internet, no existe. 

Sin embargo, paradójicamente, mientras nos dedicamos a relatar cómo es el universo que nos rodea, prácticamente nadie conoce las miserias de nuestra profesión. Muy pocos saben que ese redactor al que ven firmar cada día en su periódico, que les habla desde la radio o cuyo rostro ven en la televisión, vive inmerso en un mercado laboral marcado por la más absoluta precariedad. Sueldos basura, contratos inexistentes, jornadas de trabajo maratonianas, fines de semana al pie de cañón (sin ver un euro), trabajo simultáneo para varios medios a la vez (cobrando sólo por uno de ellos)…  son sólo algunas de las condiciones de trabajo de las que ‘disfrutamos’ los periodistas de hoy en día. 

Unas condiciones que la inmensa mayoría ya nos cuidaremos de ir contando por ahí, al menos a micrófono abierto… Porque cuando hay una hipoteca que pagar y una familia que mantener,  un redactor se lo piensa dos veces antes de pedir a su empresa que le suba el sueldo, o cuanto menos que le deje ver de una vez, aunque sea de lejos, una copia de su contrato.  Por desgracia para nuestra sociedad, lo que no se va a pensar tanto es obedecer cuando le presionen para que deje de lado cualquier tema comprometido, o dé un sesgo determinado a la información que está preparando. 

En medio de este panorama, la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa (FAAP) planteó a la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, la conveniencia de que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) colaborara para mejorar las condiciones laborales en el sector periodístico. Los contactos mantenidos con la propia Consejería de Empleo y con la Dirección Territorial de la ITSS se plasmaron finalmente en la realización de una serie de inspecciones, que tuvieron como objetivo las televisiones locales de las ocho provincias. 

La intención era detectar irregularidades relacionadas con: la falta de inscripción de las empresas en la Seguridad Social, la falta de alta de los trabajadores, diferencias de cotización en relación con el Convenio Colectivo aplicable; o la existencia de falsos becarios, autónomos o colaboradores. 

El resultado del trabajo llevado a cabo por las inspecciones provinciales de trabajo, se plasma en un informe de la FAAP, del que se desprenden conclusiones tan demoledoras como que “entre el 50%  y el 60% de las televisiones locales visitadas presentaban irregularidades en materia de precariedad laboral”. De las 110 empresas inspeccionadas en toda Andalucía, 61 de ellas estaban incurriendo en algún tipo de irregularidad. 

No menos llamativa es la cifra que arroja la deuda de estas empresas con la Seguridad Social, y que según los datos provisionales de la ITSS estaría situada entre los  250.000 y los 500.000 euros. El motivo principal de esta deuda: pagar a los trabajadores un salario inferior al que les corresponde, al fijar sus retribuciones por debajo de lo establecido en el convenio colectivo del sector, o directamente, no darles de alta en la Seguridad Social.

En Almería se han inspeccionado un total de 12 empresas: 3 en la capital, 4 en Roquetas de Mar; 2 en La Mojonera; 1 en El Ejido; 1 en Vera y otra en La Cañada.  Del trabajo realizado por la Inspección de Trabajo en la provincia, llama la atención, que la mitad de las empresas inspeccionadas, 6, incurren en alguna tipo de infracción. Esta situación, lleva a la FAAP a calificar como “preocupantes”, los datos revelados por la inspección en Almería. Un calificativo que también se puede aplicar a lo detectado en las provincias de Huelva, Jaén y Málaga. 

El importe de la deuda por falta de alta de las empresas en la Seguridad Social se sitúa en Almería en 3.756 euros. Si nos vamos a la “recaudación a la SS por acciones de precariedad laboral pura (falta de alta en la SS de trabajadores y pagos de salario por debajo del convenio colectivo del sector)”, la deuda de las televisiones locales almerienses  supera los 13.000 euros.  

El panorama en el resto de Andalucía tampoco es muy halagüeño. Bastan algunos ejemplos: en Cádiz, las deudas de estas empresas con la Seguridad Social rondan los 100.000 euros; en Huelva, 12 de las 17 empresas inspeccionadas incurrían en algún tipo de irregularidad, principalmente no dar de alta a sus trabajadores; y en Jaén, la ITSS ha detectado problemas en el 70% de las empresas visitadas. 

En busca de un Convenio Colectivo Propio

En toda Andalucía, el informe sólo destaca la existencia de un Convenio Colectivo propio, en la Empresa Pública de Radio y Televisión de Motril (Granada). Ninguna otra de las 109 televisiones locales inspeccionadas parece disponer de este instrumento. Es más, para realizar las inspecciones, la ITSS ha tenido que aplicar el Convenio Colectivo de Productores Audiovisuales, de ámbito andaluz, al no existir otra norma laboral aplicable. 

La intención de la FAAP al impulsar las acciones de la Inspección de Trabajo ha sido la de tratar de poner coto a los desmanes que se producen en algunas de las empresas de televisión local.  Por ello, lo más positivo es que una vez realizadas las inspecciones, la Asociación de Televisiones Locales de Andalucía (ACUTEL), se ha puesto en contacto con la Consejería de Empleo, para manifestarle su voluntad de negociar (por fin) un convenio colectivo de las televisiones locales andaluzas. La FAAP asegura que si finalmente hay una negociación entre la patronal y los sindicatos y ese convenio llega a ver la luz, se podría calificar la labor realizada como “de éxito rotundo”. 

Esperemos que así sea.


 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2008, en la sección Comunicación


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