Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa". 

La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.



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José Manuel Román


Cuando el balón es redondo o el fútbol hace justicia


  

Juanjo Aguilera


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Glorias y memorias de una ciudad deportiva


  

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Cuando el balón es redondo o el fútbol hace justicia


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Una tarta con 20 velas y 21 celebraciones


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Cuando el balón es redondo o el fútbol hace justicia


El 19 de mayo de 2007 pasará a la historia del deporte almeriense. Ese día, poco antes de las 20.30 horas, la UD Almería conseguía de forma matemática el billete, ojalá que sólo de ida, para competir en una de las ligas fútbol más importantes del mundo, la Liga de las Estrellas. Fue la culminación a una gran temporada, el fruto a un fútbol de Primera División que vivía circunstancialmente en Segunda, la confirmación de que a veces, en contadas veces, el fútbol hace justicia.

La UD Almería había culminado 2006 con opciones de ascenso, aunque la derrota en Málaga había frenado en cierto modo las ilusiones, la noche de Reyes. A partir de ahí comenzaron a salir las cosas y, aunque se cayó en Tenerife _el único equipo que le ganó los dos partidos de liga al Almería_, el cuadro almeriense volvió a la senda de los buenos resultados, con demostraciones de buen fútbol en todos y cada uno de los partidos disputados, pero sobre todo con aquellos equipos ante los que había algo más que una victoria en juego. Victorias en casa ante Real Murcia, Castellón o Numancia fueron muy importantes. Ante murcianos y sorianos porque eran rivales directos, ante los levantinos porque fue muy costosa. Todas sirvieron para abrir hueco. La lograda ante el Numancia dejaba al cuarto clasificado a diez puntos. Era el Ciudad de Murcia, que se había postulado como único perseguido ‘fiable’. Pero el Almería demostró fuera su ‘solvencia’ y su calidad de serio candidato al ascenso. El 4 de marzo ante el Hércules o posteriormente en Gijón. Pero, sin lugar a dudas, la victoria más importante fue la conseguida en la vetusta Condomina ante el Ciudad. Aunque todo parecía decidido _había doce puntos de ventaja y quedaban diez partidos por jugar_, el gol conseguido por Míchel, de penalti, en el minuto 24 de la primera parte, fue la confirmación casi definitiva.

Una semana después se ganó el derbi al Poli, pese a que Tena había adelantado a los celestes a la media hora de partido, pero Míchel, en dos minutos, dio la vuelta a un marcador al que luego pondría el sello definitivo Miguel Ángel Corona.

Era el destino. El Almería estaba ya en la lanzadera hacia el ascenso. El día 6 de mayo fue otra fecha para la historia. Llegaba el Valladolid, ascendido y 29 partidos invicto. Se veían las caras los dos mejores equipos de Segunda. Frente a frente, los dos mejores entrenadores de la categoría, que lo han dejado patente en este ‘medio’ año de estancia en Primera, Unai Emery y Jose Luis Mendilíbar. El duelo prometía y cumplió su promesa. Los pucelanos se adelantaron por dos veces, con goles de Víctor y Sisi, pero el Almería no se vino abajo. En 20 minutos dio la vuelta al marcador. Soriano y Uche marcaron en dos minutos e Iñaki Bea _que fue pupilo de Emery un año antes en Lorca_ marcó en propia meta el tercero. El Mediterráneo se venía abajo porque el ascenso estaba a tres puntos. Los de Lorca o los de que se ponían en juego ante la Ponferradina.

No se ganó en la que fue ‘primera casa’ de Emery, un día de ‘peregrinaje’ hacia tierras murcianas. Estaba casi escrito. Había que celebrar el ascenso en casa. Nunca antes, en la historia reciente _desde que lo hiciera la AD Almería_ se había conseguido ese logro. Se llenó el Estadio por primera vez, se vistió de rojiblanco y para darle emoción la Ponferradina puso su granito de arena con el gol de Rubén Vega. Jose Ortiz _el sucesor del mítico Rojas_ dio el primer paso y Kalu Uche propició la remontada, dos minutos después. Corona, en la segunda parte, puso la guinda con una gran acción de Fernando Soriano.

Almería volvía a ser la Primera y lo hacía gracias a la apuesta de Alfonso García que optaba por un técnico joven como Unai Emery para llevar adelante un proyecto que a corto plazo estuviera entre la élite. Lo consiguió a las primeras de cambio, gracias también a la labor ejercida por el técnico y por Roberto Olabe que, en sintonía con el técnico, forman un equipo de calidad que le permite aspirar a estar entre los mejores.

El Almería acaba como el equipo con más poder rematador de la categoría y fundamenta su ascenso, en gran medida, en su fortaleza en casa, donde sólo el Tenerife, que ganó el primer partido, consiguió sacar la victoria. Además, el Almería ‘casó’ los resultados con el buen juego, una oferta futbolística muy alejada de la que se estila hoy en día.

Con un seguro en la portería, como Westerveld, el equipo crece en cada línea, con dos hombres por puesto. El holandés propició la tranquilidad de tener bajo los palos a un gran portero y arriba a tres hombres con el gol en las botas. Míchel, que hizo doce goles y sumó su cuarto ascenso a Primera _antes  lo había conseguido con Rayo, Sevilla y Getafe_, Crusat, que marcó 11, y Jose Ortiz, que hizo diez, repartieron responsabilidades arriba, apoyados por el gran juego en el centro del campo de hombres como Cabrera y Soriano y la recuperación de un Miguel Ángel Corona, un jugador invitado a vivir en el ostracismo por técnicos que no valoraron su calidad en temporadas anteriores, y al que Emery supo sacarle partido. El equipo tipo lo forman el cancerbero holandés Westerveld, con Bruno, Carlos García, Acasiete, Mané; Fernando Soriano, Corona, Cabrera; Jose Ortiz, Míchel y Crusat, aunque también aportaron lo suyo el resto de componentes de la plantilla: Kalu Uche, Francisco, Domingo Cisma, Mario Bermejo, Gorka Larrea, Rodri, Valerio, De Palmas, Alberto, Valerio, Mairata, De Palmas, Mena o Ricardo.

Son nombres para el recuerdo de una temporada en la que el balón fue redondo o, lo que es lo mismo, el fútbol hizo justicia, algo que no ocurre todos los días.


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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2008, en la sección U.D. Almería de Primera


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