Miércoles 24 Abril 2024

Reseña Portada



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El cambio climático ya está aquí


  

José Antonio Fuentes


Las energías renovables son presente


  

Mabel Angulo


Una cumbre sin desierto


  

José Manuel Román


Ecologistas, vigilantes con alta graduación


  

Mar Salas Salvador


Los deslindes, David contra Goliat


  

Mónica España


Reinventar la ciudad vertical frente a la mancha de aceite urbanística


  

Francisco Molina


Abarrotado y sin médicos


  

Mari Ángeles Camacho


Miedo al paciente


  

María del Mar Alonso




Artículos de este autor

Un centenario olvidado


2008 | U.D. Almería de Primera



Una cumbre sin desierto


2007 | Medio Ambiente y Salud



Una cumbre sin desierto


Almería era la gran favorita para albergar la VII Conferencia de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertización. Incluso desde los poderes públicos se aseguró la elección. Un cúmulo de circunstancias daban a nuestra provincia casi todas las bazas para adjudicarse esta “cumbre” mundial que parecía hecha a medida para una tierra que padece la mayor desertización de Europa. Pero al final los méritos y tantas aseveraciones “off the record” como se hicieron fueron baldíos, porque de forma sorprendente la reunión se marchó a la capital del Reino, convirtiéndose automáticamente en una “cumbre” sin desierto. Ni Almería, ni la también candidata a última hora Fuerteventura….Madrid fue la nominada.

Al encajar el golpe se habló de “paripé”, sorpresa, amaño y hasta de falta de coordinación entre los responsables de la organización. No fueron suficientes los dos simposios internacionales sobre desertización y migraciones, inaugurados por S. M. La Reina, cuyas conclusiones serán básicas en la “cumbre” y donde el profesor Andrés García Lorca, jugó un papel destacado; ni los numerosos proyectos, estudios y trabajos intensos que realiza desde tiempo inmemorial la Estación Experimental de Zonas Áridas; o la misma condición desértica de nuestra provincia. El propio Ministerio de Medio Ambiente, que decidió la sede conjuntamente con el secretariado de Naciones Unidas, referió razones estratégicas, exclusivamente logísticas, para tomar la opción no contemplada a priori de Madrid, basadas en las infraestructuras, el transporte y la cercanía de los servicios diplomáticos. 

¿No se sabían estas circunstancias antes? Si las razones logísticas se hubiesen destapado en su momento nos habríamos ahorrado seguramente la propia candidatura y, por supuesto, en el peor de los casos, los planteamientos utilizados. Almería, después de los Juegos Mediterráneos de 2005, está en disposición de recibir a los tres mil representantes de casi doscientos países de todos los continentes, que protagonizarán la conferencia mundial.

MEDIOCRIDAD DE NUESTROS POLÍTICOS

Pero no echemos toda la culpa al Ministerio de Medio Ambiente. Hay otros parámetros que también han influido. La mediocridad de nuestra clase política, sin unidad de acción, sin poder decisorio, ni peso suficiente fuera de nuestra provincia, han hecho que no estuvieran a la altura para hacer realidad un evento con todo a su favor. Incluso, y lo que es peor, algunos iniciaron actuaciones de apoyo cuando todo estaba consumado. Tampoco el tejido empresarial y la sociedad almeriense en general se movilizaron en los primeros momentos como exigía una “cumbre” mundial de esta envergadura. Aportaron sus propuestas cuando se lo pidieron, en una demostración quizá de exceso de confianza. En sus inicios el aval solo fue de la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería y de la Federación Andaluza a la que pertenece (FAAP). Por cierto, que la ministra de Medio Ambiente, en escrito agradeciendo el apoyo de los periodistas, se comprometió a informar de la marcha de las gestiones, cosa que hasta el momento no ha hecho.

Madrid, la elegida sin ser candidata, será la que albergará la VII Conferencia de lucha contra la desertización, en el último trimestre de este año; mientras a nuestra provincia, para compensar la desilusión, se nos ha premiado con una reunión complementaria para agradecer la iniciativa y capacidad de las instituciones públicas y privadas de Almería.

UN CENTRO MUNDIAL QUE DEBEMOS RESPALDAR

El alemán, Hans Günther Brauch, de la ONG germana PRESS (Peace Research and European Security Studeies) fue quien propuso a Almería como sede permanente de un Centro Mundial de Investigación sobre Desertización y Migraciones. Las conclusiones del II Simposio Internacional, que serán objeto de la “cumbre” de Madrid 2007, contemplan la sede almeriense para un instituto con referencia mundial. Pero mucho nos tememos que como esta iniciativa no tenga un respaldo sólido por parte de las administraciones públicas y académicas, así como de toda la sociedad almeriense, la iniciativa puede irse a otro punto de la geografía española. Es necesario coordinar una acción de apoyo a este centro, que, sin lugar a dudas, puede reportar grandes beneficios en la lucha contra la desertización.

REUNIÓN DE MINISTROS DE AGRICULTURA

De otra parte, a finales de 2006 se anunció la VII Conferencia de Ministros de Agricultura del Centro de Altos Estudios Agronómicos del Mediterráneo (CIHEAM), que bien podría tener por marco Almería y proyectar nuestra imagen como es debido. Habría que ver si llegamos a tiempo de conseguir ser anfitriones de este encuentro internacional, que se celebrará en España en 2008. Zaragoza, casi con seguridad, pujará fuerte para albergar esta reunión, de ahí que sea necesario que nuestros políticos se movilicen y den el primer paso, para después que sea el resto de la sociedad, al frente del sector agrícola, quienes hagan posible un proyecto viable. El CIHEAM lo forman Portugal, Francia, Italia, Grecia, Marruecos, Argelia, Túnez, Malta, Albania, Líbano, Egipto, Turquía y España. La sede principal está en Paris y tiene cuatro institutos en Zaragoza, Bari (Italia), Montpellier (Francia) y Chania (Grecia). Su misión es contribuir a la formación de profesionales, a la cooperación y al desarrollo tecnológico en el sector agroalimentario.

Esperemos una mejor respuesta y respaldo, tanto en la consecución del Centro Mundial de Investigación sobre Desertización, como para la Conferencia de Ministros de Agricultura del CIHEAM, con el fin de que no se vuelva a repetir lo que ha pasado con la “cumbre” que sorprendentemente ha recalado en Madrid.

 

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2007, en la sección Medio Ambiente y Salud


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