Durante los últimos tiempos la  violencia escolar es tema de actualidad y de  preocupación para docentes, padres y madres; y administración. Se insiste en la necesidad de una convivencia por la paz. Algunos sucesos ocurridos durante 2006 han disparado la voz de alarma. Y es que se han dado casos de acoso de padres a profesores que han acabado en los tribunales. Recordemos la sentencia que  condenaba a una madre de Adra por abofetear a la jefa de estudios de un colegio de la localidad. La razón, siempre injustificada, había sido su disgusto por el castigo impuesto a su hijo. Con esta decisión judicial se ha sentado un  hecho sin precedentes a partir del cual las agresiones a profesores no serán  consideradas como simples faltas sino delitos. Otro caso de agresión a un profesor sucedió en la barriada almeriense de El Puche. Aquí los que nuevamente no cundieron con el ejemplo fueron los padres de un alumno que se tomaron la educación por la mano dura y la racionalidad cero.

La comunidad docente de Almería no tardó en protestar  con una manifestación a las puertas de la Delegación de Educación, pidiendo el amparo de la Consejería de Educación para que, de oficio, se persone como acusación particular ante los jueces en situaciones de agresión. La respuesta fue y sigue siendo negativa por parte de la Administración.

Ante estos sucesos todos nos preguntamos si los más pequeños no  se estarán mirando en el espejo equivocado; en el de los héroes sanguinarios y jóvenes  superficiales que se preocupan por la imagen y no profundizan en nada; o tristemente en la figura de algunos padres que no entienden de educación o no tienen tiempo para dar a sus hijos lo más valioso: cariño y atención.

Padres y madres aseguran que educar no es sencillo pero ahí está el reto. Sólo con la colaboración entre docentes, administraciones y las familias se podrá abordar desde todos los frentes la violencia escolar. Pero no quitemos responsabilidades a los alumnos; ser niño no significa quedar inmune ante el mal comportamiento, la desvergüenza y el abuso hacia los demás. Hay que educar en prevención, teniendo en cuenta una cultura de valores. Desde la Delegación de Educación todos los esfuerzos se dirigen a la creación de la figura de mediador entre padres y madres; el refuerzo de las horas de tutoría; y la creación de aulas especiales para los alumnos sancionados. Por su parte, los profesores insisten en que faltan medios para poner en marcha estas iniciativas de la Administración y que la reducción de la ratio sobre el número de alumnos por aula es esencial para erradicar la violencia escolar. 

Contra el menudeo

Muchos coinciden en que la escuela es fiel reflejo de la sociedad actual y que la violencia que se pueda originar en los centros escolares emana del exterior. Desde hace dos años está en marcha el Plan Nacional contra el menudeo mediante el cual Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía trabajan conjuntamente para evitar el tráfico de drogas en la salida de los Colegios. Y es que los pequeños traficantes  utilizan los alrededores de la escuela  para enseñarles a los menores la cara más oscura de la realidad. La información que trasciende sobre esta actuación es escasa pero tirando de hemeroteca y  según el balance ofrecido por la Subdelegación del Gobierno, la quinta   fase del programa policial, desarrollada durante los últimos meses de 2006, se ha saldado con la apertura de 14 actas por tenencias de sustancias estupefacientes como hachís y marihuana. Son resultados de los controles que se han realizado en la toda la provincia. La capital ha sido el principal foco de estas intervenciones que se han llevado a  cabo en un total de ocho institutos de enseñanza secundaria,  considerados de mayor riesgo.

La presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en los 64 centros de enseñanza inspeccionados en la provincia ha roto con la intención de los traficantes que han visto reducido su campo de actuación. Con este plan, los agentes de seguridad han elaborado el mapa de riesgo que orienta el trabajo y la disposición de colaboración con las patrullas. Una información que han completado con el apoyo de los directores y docentes de los centros educativos.  Y es que, una vez más, la colaboración de toda la sociedad es fundamental para erradicar la violencia escolar, tanto dentro como fuera de las aulas. Todo con el fin de que escuela no se convierta en un campo de batalla.