Apuntes sobre el discurso político-electoral
Antonio M. Bañón Hernández
Ética y servidumbre del periodista
Miguel Ángel Blanco Martín
Gabinetes versus periodistas
María José López Díaz
Decálogo para el buen gabinete de comunicación
Ana Almansa
No hay nada nuevo bajo el sol
Fina Martín
Periodismo por amor al arte
Ignacio Escolar
`Colgados´ en la web
R.A.
Un momento decisivo
Manuel Ángel Vázquez Médel
Los gráficos también se agrupan
Rocío Soria Kowarik
Envejecimiento activo, un reto para la comunicación
María del Mar Carrillo
Fotogramas de Palomares
Antonio Sánchez Picón y Jose Herrera Plaza
Del conflicto a la negociación
María del Mar Blanco
Perfil de Miguel Ángel Blanco
Ana Torregrosa Carmona
Fotogramas de Palomares
2007 | Comunicación
Fotogramas de Palomares
A finales de diciembre pasado finalizó la producción del largometraje documental “Operación Flecha Rota” en el que se aborda el accidente nuclear de Palomares (Almería) de 1966 cuyas consecuencias aún hoy perduran. El trabajo se ha llevado por delante cuatro años de dedicación en los que se han quemado las fases de desarrollo y producción. Sus responsables, Antonio Sánchez Picón en la producción ejecutiva y José Herrera Plaza en la dirección, nos cuentan las múltiples vicisitudes que han tenido que atravesar para culminar el proyecto; una aportación más en la reconstrucción de nuestra maltrecha memoria histórica.
En Almería cuando dices que lo que pretendes es hacer cine (producciones audiovisuales en toda su extensión) con marchamo local y vocación universal, la mayoría te mira con cara de tener delante a un loco desparramado. Es comprensible; se han empeñado en hacernos ver que la sustancia del cine es cosa de Hollywood, de grandes productoras foráneas, de grandes presupuestos, de brillos, estrellas y alfombras rojas, de viejas glorias con quienes fotografiarse, a veces, a cambio de elevadas sumas; de historias tan almerienses, de bandidos y pistoleros, mitos y leyendas para retroalimentar un pasado glorioso y finiquitado; en definitiva, de meter al cine en un museo. Está bien, cine puede ser eso, pero no es solamente eso. Hay otro cine menos refulgente pero no menos verdadero. Hay un cine posible, de historias cercanas, de industria cultural emergente, de accesibilidad a los medios de producción merced al desarrollo y abaratamiento tecnológico, democrático, que toca conciencias, sin decorados multimillonarios. Hay un cine posible a pesar de los parcos recursos que destinan las instituciones locales y provinciales al fortalecimiento de la infraestructura empresarial local y provincial, a pesar de la letra y el espíritu de la legislación vigente; los tiros habrían de ir por aquí y no por allá. Hay un cine posible, lo hemos visto, lo hemos imaginado, pero,…, Almería es mucho desierto.
Y ahora, entrando en harina respecto a la película largometraje documental “Operación Flecha Rota”, comentar que: el presupuesto del desarrollo, etapa de estudio de viabilidad del proyecto, se cubrió con las aportaciones de Antonio Sánchez Picón P.C. como productor independiente en coproducción con Canal Sur TV obteniendo una ayuda a esta modalidad de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; que el de producción, una vez constituida la productora Pitaco Producciones se cubrió con aportaciones de la misma, completado con la coproducción de Canal Sur TV y la productora sevillana Azul Media y la ayudas a la producción de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y de la Diputación Provincial de Almería. Asimismo cuenta con la colaboración del Centro Andaluz de la Fotografía y de Juan Carlos Romera Producciones.
En cuanto al contenido ha habido de todo. Esquemáticamente podemos decir que ha sido más fácil la investigación en los EE.UU. que en España. Para comenzar, el periodo de desclasificación de la documentación institucional norteamericana es de 30 años, frente a los 50 de nuestro país. Por otra parte, aquí no existe una voluntad y conciencia del valor de nuestros archivos para el estudio de la historia reciente y la reconstrucción de nuestra memoria histórica. La sensibilidad histórica y por ende, su respuesta conservacionista va aparejada frecuentemente al número de años de las fuentes a preservar. Se ha descuidado su catalogación y salvaguarda, incluso de los icónicos, como es el caso del material rodado en cine 16 mm por el entonces cámara de TVE en Almería, Antonio Cano o el del archivo gráfico de uno de los medios de comunicación con más tradición de la provincia. Estos trabajos, las grabaciones en directo de RNE y muchos posteriores fueron material para subsistencia de traperos o simple relleno de vertedero. El mismo fin tuvieron los expedientes de los peritos encargados de evaluar daños en las cosechas, o la extraña desaparición de los escritos referentes al accidente de 1966 del Archivo Municipal de Cuevas del Almanzora, o la paradójica inexistencia de documentos sobre el suceso en el Archivo Histórico Provincial.
Con esa sequía de las fuentes, hemos tenido que realizar un desmedido esfuerzo para suplirlas. Se han realizado 33 entrevistas a 27 personas de las dos orillas del Atlántico, la mayoría testigos directos de los sucesos. Se ha barajado una ingente cantidad de documentación escrita, hemerotecas desde la URSS hasta los EEUU, de la que destaca el informe oficial del accidente del US AIR FORCE, con el que, por primera vez, se ha podido recrear con fidelidad en 3D cómo sucedió el accidente. El Informe Final de la US NAVY, casi 1500 folios repartidos en 4 tomos, con todos los detalles de la intervención de la Marina, para el que tuvimos que acogernos a la Freedom of Information Act, cuyo acrónimo despista un poco (FOIA), y que se puede traducir por Ley de Libertad de información; una de las muchas leyes progresistas que emanan de la primera constitución democrática.
Qué diferencia con nuestro país, cuando intentamos colaborar con el Dr. Pedro Antonio Martínez Pinilla en el único estudio epidemiológico realizado en Palomares. Nos ofrecimos a realizar el trabajo de campo de recogida de datos de mortandad de la zona desde los años 92 hasta el 2005, a cambio de la exclusiva de resultados para el documental. Datos que al Doctor, trasgrediendo la legislación vigente no le dejaron consultar, a partir de unos puntuales repuntes de las defunciones por cáncer ese periodo. Contar las vicisitudes que atravesamos durante dos años, para conseguir el acceso a los datos, daría para otro documental sobre la pervivencia semioculta de algunas estructuras residuales franquistas y caciquiles en la España profunda.
Hemos intentado mostrar el relato desde distintas ópticas, sin voz en off, dando siempre más importancia a los testigos e implicados, tanto de España como de los EEUU, en lo que se denomina Historia Oral. El encargado de sonido del documental, José Camacho junto con la voz de Francisco Rentero, han reconstruido un par de boletines de Radio La Pirenaica con los guiones originales conservados en el Archivo del PCE. Reconstrucción en la que se ha incluido la interferencia que Carrero Blanco obsequió a sus clandestinos oyentes, aunque reducida para no perder la inteligibilidad. También hemos mostrado la bipolaridad generada por la Guerra Fría en los medios de comunicación, la censura en España y la desconsideración generalizada de los poderes hacia el ciudadano, más cuando son pobres. Se ha intentado enseñar sus contradicciones al equiparar diarios de la URSS con España, EEUU, Japón o Francia. En suma, se ha intentado ser lo más fieles a lo ocurrido, desdeñando por inconsistentes muchas leyendas y mitos del suceso. Respecto a las distintas valoraciones, nos hemos esforzado en presentar las más significativas, cotejándolas para incitar al espectador a la reflexión abierta o concluyente de un evento con todos los estadios del tiempo, porque aún hoy día, tras más de 41 años, la historia continúa.
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