Reseña Portada



Índice de esta sección

Apuntes sobre el discurso político-electoral


  

Antonio M. Bañón Hernández


Ética y servidumbre del periodista


  

Miguel Ángel Blanco Martín


Gabinetes versus periodistas


  

María José López Díaz


Decálogo para el buen gabinete de comunicación


  

Ana Almansa


No hay nada nuevo bajo el sol


  

Fina Martín


Periodismo por amor al arte


  

Ignacio Escolar


`Colgados´ en la web


  

R.A.


Un momento decisivo


  

Manuel Ángel Vázquez Médel


Los gráficos también se agrupan


  

Rocío Soria Kowarik


Envejecimiento activo, un reto para la comunicación


  

María del Mar Carrillo


Fotogramas de Palomares


  

Antonio Sánchez Picón y Jose Herrera Plaza


Del conflicto a la negociación


  

María del Mar Blanco


Perfil de Miguel Ángel Blanco


  

Ana Torregrosa Carmona




Artículos de este autor

Ética, política y periodismo: un trinomio que hace aguas


2009 | Política



Masivo descaro


2008 | Elecciones



Gabinetes versus periodistas


2007 | Comunicación



Gabinetes versus periodistas


Las relaciones profesionales entre los Gabinetes de Comunicación y los periodistas es ya objeto de estudio por activa y por pasiva y supone uno de los pilares fundamentales en el campo de las Ciencias de la Comunicación (ahora licenciatura en Periodismo y antes Ciencias de la Información). Afortunadamente, la literatura ‘científica’ al respecto empieza a ser variada y actualizada, algo que hace simplemente una década era impensable. La juventud de la carrera de periodismo –que apenas llega a la treintena frente a especialidades con siglos de historia- y la tímida implantación del llamado DIRCOM (Director de Comunicación) y/o jefe de prensa, ha ralentizado un ensamblaje profesional que, a estas alturas de la historia de la comunicación, debiera estar más que superado. Pero no es así. Son muchas las quejas de los profesionales de la información sobre la labor prestada por los gabinetes: algunos la tildan de “nula”, otros de “obstruccionista” en el trabajo periodístico, habrá quien piense que ejercen una función “anestesista” de la realidad y otros, que desempeñan un papel “a espaldas” de la dirección que les contrató y para la que prestan el servicio. Esta última, la más grave de todas las casuísticas, supone una auténtica confusión por parte del Dircom y/o Jefe de Prensa del papel que debe ejercer: no entiende que su trabajo es ser mero interlocutor entre el medio y la empresa o administración para la que trabaja. Del lado opuesto, tampoco son escasas las críticas o quejas sobre el comportamiento periodístico para con los gabinetes o jefes de prensa: un “puenteo” sistemático hacia el departamento de comunicación, el requerimiento “exigente y apremiante” de informaciones que necesitan elaboración, la actitud “comodona” del medio que pide una información que no es necesaria reclamar al gabinete o la “indolencia informativa” en la que no se contrastan datos o intenta suministrarse de otras fuentes que complementen o contrarresten la información facilitada. La fórmula óptima sería el funcionamiento eficaz de gabinetes con el suministro de información adecuado y el comportamiento equilibrado del periodista cuya obligación es buscar más allá de la información obtenida sin dificultad. Imaginen los cruces posibles: puede darse un gabinete eficaz al que le salga un periodista que lo puentea; un gabinete obstruccionista que también es puenteado pero cuyos comunicados son volcados o emitidos íntegramente por el periodista; o un gabinete que trabaja a espaldas de su propio jefe tomando decisiones que éste desconoce con un periodista que aún así, hace un trabajo equilibrado. Por supuesto, estos comportamientos o actitudes son muy genéricos, habrá otras casuísticas e infinidad de combinaciones (y también quien no comparta ninguna). La tabla que se adjunta resume y aglutina las más frecuentes:

 

Comportamiento del Gabinete / Comportamiento del periodista
Nulo / Puenteo sistemático
Obstruccionista / Exigente y apremiante
Anestesista / Comodón
A espaldas de la dirección / Indolente informativamente
Eficaz / Equilibrado

A continuación referimos anécdotas, reflexiones y autocríticas de la profesión tanto de un lado como del otro con testimonios de grandes profesionales. Ojalá sus apuntes hagan que nos comprendamos más y entre todos entonemos un mea culpa para ser no sólo buenos profesionales sino profesionales buenos. 

GABINETES: algunas quejas,   anécdotas o reflexiones sobre periodistas

Francisco Gerez. Gabinete de la Subdelegación del Gobierno. 

“Hay pocas cosas menos peligrosas que un periodista sin tema ante una página en blanco, sobre todo en un fin de semana largo. Pueden llegar a someternos al “tercer grado” buscando los asuntos más insólitos e increíbles y buscar detrás de todos los armarios y debajo de las alfombras. Sin embargo, eso tiene algo positivo: a veces nos encontramos que bajo las alfombras o tras los armarios hay cosas que no debieran estar ahí.

Uno de los problemas que se presentan más frecuentemente es compaginar la necesidad del periodista de tener la información cuanto antes y el fuerte condicionante institucional de no facilitarla sin que cuente con las necesarias garantías de veracidad. El periodista quiere estar en el lugar del suceso antes de que se produzca y conocer todos sus detalles, mientras que la noticia institucional no puede facilitarse hasta que no pase por una serie de controles obligados para garantizar su autenticidad, que se respeta la intimidad de las personas o que no altera investigaciones judiciales o policiales”.

José Carlos Tejada. Secretaría de Comunicación de CC OO. 

“Tengo dos anécdotas.  La primera hace alusión  a una rueda de prensa que CC.OO convocó para hablar de su posición ante el plan de ordenación territorial de Levante Almeriense. Una de las cuestiones que argumentábamos era la necesidad de habilitar nuevas canteras de áridos para asegurar el desarrollo sostenible de la economía y el empleo de aquella Comarca. Nos quedamos sorprendidos de que al día siguiente un periódico local nos mandaba "A los Leones" por esa de reivindicación.

La segunda anécdota ocurrió en noviembre, cuando me desplazaba hacia el Aeropuerto  por una cuestión de tipo personal. Nada más llegar al mismo, recibí una llamada de una televisión interesándose por hacerme una entrevista por la huelga de gasolineras que teníamos convocada por el sindicato. Al informarles que me encontraba en el aeropuerto, me dijeron NO HAY PROBLEMA, tenemos una redactora y un cámara allí cubriendo la huelga convocada por los trabajadores de mantenimiento. Total, que en cinco minutos el totalito estaba realizado. Lo dicho, AQUI TE PILLO AQUI TE ENTREVISTO”.

Elisa Rodríguez. Gabinete de Comunicación del PSOE.

“Mi queja o anécdota es que han llegado a pedirme un invitado a las 13.00 horas para una tertulia televisada que se grababa a las cinco de la tarde. O, por ejemplo, que los profesionales no dominen los cargos ni los nombres de los representantes políticos de los que hablan en sus noticias”. 

Mª Ángeles Prados. Gabinete de Comunicación de la Delegación del Gobierno. 

“Si la tónica habitual está marcada por la rutina del envío y recepción de notas de prensa y convocatorias y por la demanda y gestión de peticiones de información y/o declaraciones de determinada fuente, es cierto que, en ocasiones, se producen situaciones tensas, faltas de entendimiento e, incluso, momentos absurdos e hilarantes. 

Creo que la clave se encuentra, como en tantas otras parcelas de las relaciones humanas, en aplicar, en esta profesión en la que el corporativismo es casi inexistente, una pizca de empatía. Se trata de ponernos cada uno en la piel del otro, conociendo cuales son las funciones del periodista en los medios de comunicación y en los gabinetes de prensa, y, sobre todo, recordando que la inestabilidad y la precariedad que caracterizan al ejercicio del periodismo hace que los periodistas pasen por distintos medios y gabinetes a lo largo de su vida laboral. Lo importante es ser un profesional honesto en cada momento. Ya lo dice el refrán: ‘Arrieros somos y en el camino nos encontraremos’”. 

Eduardo Simón. Gabinete de Comunicación de la Universidad de Almería.

“Recuerdo una anécdota con un canal de televisión que se supone es serio y tiene más cobertura que la meramente local. Un redactor de este medio llegó tarde al inicio de una conferencia programada por la Universidad. Pidió que el conferenciante bajara del salón en donde impartía su charla en ese momento para que él le hiciera un total. ‘Si quiere salir en mi cadena que baje. Si no, no sale’, dijo. El hombre llevaba ya diez minutos con su conferencia”. 

Francisco Lucas. Gabinete de Comunicación de ASEMPAL.

“Recuerdo una anécdota de 2005, justo cuando el PSOE llevaba un año en el poder. Un periodista nos pidió que le hiciéramos un balance de las promesas incumplidas de Zapatero. Nosotros pensamos que, de primeras, basaba su información en el enfrentamiento político. Lo valoramos pero no lo veíamos claro y se nos olvidó contestarle. Al mes y medio volvió a llamar pidiendo lo mismo, seguíamos sin verlo claro y se nos olvidó otra vez. A los tres meses insistió. Casi se cumplió el ecuador de la legislatura sin que le contestáramos por su dependencia con la verdad oficial. Mi opinión personal es que se debe practicar un periodismo más valiente. Echo de menos que el periodista de calle arriesgue más y dependa menos del gabinete de prensa, aunque para nosotros es estupendo que ocurra porque así plasman nuestros comunicados de manera íntegra”. 

PERIODISTAS: algunas quejas, anécdotas o reflexiones sobre gabinetes

Antonio Lao. La Voz de Almería. 

“Los gabinetes no funcionan como deben. El 80% o el 90% lo que hacen es ejercer de filtros y barreras, cuando debe ser lo contrario. Deben facilitar el acceso a la persona con la que quiero hablar”. 

Francisco Molina. UAL Siglo XXI. 

“Mi primera queja es que los gabinetes, lejos de facilitar la información a nivel institucional se convierten en un filtro del que ni siquiera el titular tiene constancia. Supone un trámite burocrático que ralentiza cualquier petición de información. En otros casos los gabinetes intentan suplantar a la empresa o institución con unos argumentos más radicales, si cabe, que la propia dirección profesa. Profesionales que eran bastante buenos en los medios parece que se burocratizan, se desfasan en cuatro días y se desconectan del mundo real. Se desentienden. 

Tengo una anécdota: llamé un martes para pedir una información a un gabinete y me suministró lo que había leído en EL PAÍS el domingo anterior”. 

Guadalupe Sánchez. Diario de Almería.

“Mi anécdota es que un gabinete llamó a mi director para quejarse de que lo habíamos echado a los leones [el tradicional sube y baja de los medios escritos] y me acusaba a mí de no haber entendido la rueda de prensa. Se da la circunstancia de que la información publicada por mí era cierta. Me culpó de una cosa que era real”. 

María del Mar Ortega. Ex Europa Press 

“Hay mucha ineptitud del tipo ‘ya te lo miro’ y nunca más se supo. O la típica respuesta de ‘míralo en la web’. También creo que los gabinetes no son conscientes de la premura con la que trabajamos pese a que, paradójicamente, ellos también estuvieron a pie de calle en un pasado no tan lejano”. 

África Mateo. Diario Ideal. 

“Mi queja o crítica se ciñe a cuándo llamas pidiendo información para un tema concreto con objeto de dejarlo para fin de semana y lo envían como nota de prensa para todos los medios”.

Javier Blanco. Radio Nacional de España. 

“Hay algo que me molesta mucho de los gabinetes de comunicación: cuando funcionan ‘demasiado bien’. Cuando sucede eso, en vez de darte un servicio parece que te exigen un servicio a ti. Te llaman y te dicen ‘oye, tengo aquí a fulano, llámale y grábale’”.

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Este artículo fue publicado originalmente en el Anuario Crítico de Almería 2007, en la sección Comunicación


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