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El timo de las estampitas
El 11 de mayo de 2006. Varios miles de almerienses y más de 300.000 españoles no olvidarán nunca esta fecha. Ese día se destapaba la que puede ser una de las mayores estafas de los últimos años. Las empresas Fórum Filatélico y Afinsa, que ofrecían una alta rentabilidad mediante inversiones en sellos, eran intervenidas judicialmente y sus máximos responsables detenidos. Todo parece indicar que ambas sociedades operaban de forma piramidal, pagando lo prometido a sus primeros clientes con lo depositado por los siguientes. Un fraude de proporciones gigantescas, maquillado gracias a unos sellos sobrevalorados. De la noche a la mañana multitud de pequeños (y no tan pequeños) ahorradores se encontraban con que su dinero había volado.
En Almería, Afinsa apenas contaba con implantación, por lo que la mayoría de afectados tenían su dinero invertido en Fórum Filatélico. El número global de perjudicados, así como el volumen económico de la presunta estafa en la provincia, varía según las fuentes. La Unión de Consumidores de Almería considera que podrían ser en torno a unas 8.000 personas. La Asociación Provincial de Afectados eleva la cifra hasta las 15.000, que habrían depositado en torno a 90 millones de euros entre las dos sociedades intervenidas. Se da la circunstancia de que la cantidad media invertida por cada cliente en Almería era superior a la de otras zonas del país.
La tipología de los afectados es tan heterogénea como los productos financieros que ofrecían Fórum y Afinsa. Muchos tenían contratados varios depósitos, unos iban metiendo una pequeña cantidad fija cada mes, otros ingresaban de golpe muchos miles de euros, fruto de la venta de alguna propiedad o de los beneficios de sus negocios. Los hay que habían confiado a Fórum o Afinsa las indemnizaciones cobradas tras algún accidente o los ahorros de toda su vida. También era frecuente que los clientes decidieran abrir nuevos depósitos después de haber cobrado los primeros beneficios prometidos.
La implantación de estas dos sociedades y la magnitud de la presunta estafa se explica por la forma en la que captaban a sus clientes. Una activa red de agentes comerciales era la que se encargaba de llevar inversores a la empresa. Estos agentes han sido los principales afectados, ya que no sólo habían convencido a amigos y parientes para que depositaran su dinero, sino que también habían confiado todo su capital a las empresas para las que trabajaban.
En algunas localidades de la provincia, como es el caso de El Ejido, existían varios de estos agentes, que habían aprovechado sus amplias relaciones sociales y contactos, para captar a multitud de clientes.
Aparentemente legales
La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿Cómo es posible que dos sociedades que movían millones de euros en una presunta estafa piramidal, hayan estado funcionando durante tanto tiempo sin que nadie haya hecho nada? “Si hubiera sabido lo que se escondía detrás de eso, jamás habría metido allí mi dinero”. Es la frase que repiten la inmensa mayoría de los afectados. Ninguno se explica cómo es posible que Afinsa y Fórum Filatélico, pudieran llevar tanto tiempo operando sin que ni el Estado ni la Justicia hubiera movido un dedo. Sin que nadie sospechara absolutamente nada. Por ello, culpan de lo ocurrido al Gobierno, al que acusan de dejación de funciones, al no haber protegido los intereses de los consumidores. Y es que sólo cuando Hacienda detectó ciertas irregularidades, se puso en marcha la maquinaria del Estado, que desembocó en la intervención judicial ordenada por el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.
Los más avispados ya sospechaban que detrás de los pingües beneficios que las dos sociedades ofrecían se escondía algo sucio. Que aquello ‘no podía ser legal’ y que cuanto menos resultaba sospechoso que pudieran ofrecer unos intereses mucho mayores que los bancos. Pero el caso es que aún tapándose la nariz, invertían ingentes cantidades de dinero en una u otra de estas sociedades. Y a nadie se le ocurrió pedir a las autoridades competentes que investigaran si Fórum o Afinsa tenían algo que esconder, fundamentalmente porque había más de uno que utilizaba los productos financieros ofertados por ellas para tratar de ocultar dinero negro. Circunstancia ésta que hace que no todos los clientes hayan querido reclamar la deuda.
Tras el estupor inicial, la siguiente pregunta es ¿qué podemos hacer para recuperar nuestro dinero? El camino se antoja largo y tortuoso. En vista del enorme agujero de varios miles de millones de euros, que la Justicia calcula en ambas sociedades, es poco probable que sus antiguos clientes puedan recuperar todo lo invertido y mucho menos los intereses que por contrato les habían prometido. Si se confirma que estamos ante una estafa piramidal, buena parte del dinero habrá volado para siempre. La gran esperanza, sobre todo en el caso de Fórum, es que los bienes inmuebles con los que cuenta la sociedad sirvan para recuperar al menos una parte del capital. Los valores filatélicos son otro cantar. Estaban claramente sobrevalorados.
A los afectados le quedan dos vías principales de actuación: la concursal y la penal. La primera parece ser la más esperanzadora. La Justicia ha nombrado a unos administradores concursales, encargados de elaborar una lista de los bienes de las sociedades y de sus acreedores. Estos últimos empezarán a ver algún dinero cuando comiencen a liquidarse las propiedades de Fórum y Afinsa. La mayoría de los clientes han optado por este camino. El problema para ellos radica en que a la hora de cobrar, el Estado tiene prioridad. Los afectados por la estafa quieren que los organismos oficiales, cómo Hacienda o la Seguridad Social, renuncien a la parte que les toca, a fin de que los clientes y empleados puedan recuperar algo más.
También se está intentando que los contratos firmados por los inversores sean declarados nulos. Si estos sucede, el Gobierno deberá devolver lo cobrado en concepto de IVA, que se sumará al montante global a repartir entre los afectados.
Hay quien sueña con recuperar todo lo invertido. Otros se conformarían con volver a disponer de entre un 45% y un 50%. Y también los hay que lo dan todo por perdido. En cualquier caso, será complicado que nadie pueda ver un duro antes de cuatro o cinco años.
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